¡Adrenalina en vena!

Con estas palabras se podría resumir la experiencia cinematográfica que George Miller nos brinda con esta cuarta entrega de la franquicia ochentera Mad Max. Tomando el relevo de Mel Gibson está Tom Hardy al cual le acompaña Charlize Theron en este loco viaje de dos horas por los desiertos de Namibia. En esta ocasión, Max Rockatansky se ve involucrado en un intento de fuga, llevado a cabo por un grupo de mujeres, del tirano Inmortan Joe. Simple pero efectiva premisa la que nos propone Mad Max: Furia en la carretera.


George Miller regresa a la saga que él mismo creó por todo lo alto. El realizador australiano llevaba más de una década con esta película en mente y aunque se hizo de rogar, la espera ha merecido mucho la pena. Empezando por la acción -soberbiamente filmada- la cual da la sensación de caos organizado, haciendo de esto uno de los muchos motivos que la convierten en un espectáculo audiovisual sin precedentes. Pese a sus 70 años, Miller nos entrega una oda a la acción desenfrenada, al entretenimiento en su estado más puro y por eso su trabajo se vuelve aún más notable. Es digno de mención el esfuerzo que ha depositado en devolver a Mad Max a la cumbre cinematográfica y el mimo con el que ha llevado este proyecto desde sus inicios, buscando una fórmula ganadora y no un producto final precipitado -es admirable ese tipo de dedicación-. La fotografía de John Seale (Cold Mountain, La tormenta perfecta, Poseidón) es sublime, logrando una estética colorida muy apropiada, jugando mucho con los movimientos de cámara, dándole a la cinta aún más frenesí si cabe. Además, la imprevisibilidad es un factor clave, ya que el espectador no sabe cuándo ni qué va a pasar, manteniéndonos en permanente tensión hasta los créditos finales. Las actuaciones tanto de Hardy como de Theron son de gran nivel y a este dúo interpretativo le acompaña Nicholas Hoult (X-men) el cual encarna perfectamente el papel de lunático. El villano -aunque recuerde vagamente por la máscara al Bane de Hardy- está a la altura y junto a su banda, transmite la sensación de persecución continua de nuestros protagonistas. El guión, como dije antes, es simple pero no por ello malo. Este tipo de películas no necesitan una historia elaborada para funcionar, al contrario, cuanto más directa mejor. Si a esto le añadimos unos protagonistas tremendamente carismáticas -desde Max hasta el tipo de la guitarra escupefuego- el resultado es un guión insuperable. La música de Junkie XL (próximo compositor de Batman v Superman junto a Hans Zimmer), algo no siempre destacable en el género, es vibrante y contagiosa.


En definitiva, Mad Max: Fury Road es todo lo que se le puede pedir a una buena cinta de acción -y más-. Cuenta con buenas interpretaciones, personajes llamativos, una historia atractiva y lo más importante una incansable consecución de escenas de acción que lejos de aburrirte o cansarte -A todo gas 7- te sorprenden una y otra vez con su arsenal de armas, vehículos, personajes y situaciones variopintas. Puedo decir que es la mejor película en lo que va de año y un espectáculo difícilmente superable -casi imposible- por cualquiera de los muchos taquillazos que aún quedan por salir ¡Mad Max ha vuelto, ha arrancado su V8 Interceptor y ha adelantado a todas las grandes franquicias del momento en un suspiro!

10/10: UN NUEVO REFERENTE DEL GÉNERO.



1 comentario:

  1. Mad Max: Furia en la carretera es una oda en la cual se ve más claro el paso del tiempo hasta que se delimitan claramente los dos, el pasado y el presente. Uno corre hacia atrás, devora todo aquello que hemos vivido, mientras que el otro va hacia adelante descubriendo nuevas experiencias.

    Es la reunión de muchos principios manidos pero bien llevados. Mientras que unos pocos se rebelan para buscar la libertad y la esperanza, otros abrazan el concepto de redención. Una segunda oportunidad para encarar la vida, libre de dolor, de pecado o de sufrimiento.

    La obra de George Miller es el arte de la explosión. Es el arte de la acción, el elemento de interés, el que siempre queda en el ojo del huracán para que nuestra mirada no se desoriente ni se distraiga. Es cine en estado puro. Es la experiencia de querer pasarlo bien de verdad.

    Un saludo y buena reseña

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