La segunda temporada de la serie de televisión estrella de Netflix, Daredevil, ya ha llegado a las pantallas de nuestros ordenadores con sus trece episodios llenos de acción, nuevos y enigmáticos personajes y una historia sorprendentemente dinámica. Y digo que me sorprende porque normalmente las series suelen tener una narración más dispersa, resultando en que algunos episodios sean de relleno y sin embargo, esto aquí no ocurre. Nunca he visto una temporada aislada con tantas novedades, tan frenética -quizá demasiado en ocasiones- y a la vez tan satisfactoria. Porque, pese a su celeridad argumental, de alguna extraña manera los guionistas han logrado que todo suceda de forma tan orgánica y natural que, en vez de estar preguntándote qué está pasando y por qué -ejem, Batman v Superman-, me atrapó desde el primer hasta el último capítulo. Si has visto la primera temporada, esta segunda recoge la herencia que dejó tras de sí añadiéndole a El Castigador y Elektra, dos personajes clave en la mitología del diablo de Hell’s Kitchen que irrumpen en escena para tambalear sus códigos éticos y su filosofía como superhéroe. Entre medio, un viejo enemigo de la primera temporada regresará para dominar Nueva York. Los actores que se suman a este espectáculo son Élodie Yung (Elektra) y Jon Bernthal (El Castigador).

Si hoy día esta serie de televisión gana exponencialmente adeptos -entre los cuales me incluyo- eso fue porque en su día, Drew Goddard rescató a este carismático héroe del incendio que fue la adaptación a la gran pantalla en 2003. Con unas interpretaciones estelares de Vincent D’Onofrio, Charlie Cox y Deborah Ann Woll entre otras, aquella presentación fue la verdadera adaptación que se merecía este cómic de Marvel. No obstante, lo que a mí terminó por convencerme fue su tono, que se alejaba del visto en el filme retratando Hell’s Kitchen con un realismo parecido al visto en la trilogía de El Caballero Oscuro de Nolan protagonizada por Matt Murdock, un invidente que lucha contra el crimen y la corrupción como abogado de día y justiciero de noche y cómo nos narraban sus difíciles orígenes sin caer en clichés del género, frases grandilocuentes o altas dosis de fantasía. Goddard y su equipo consiguieron capturar la esencia de este martirizado personaje sin olvidarse de divertir a la audiencia con excelentes escenas de acción inspiradas en las películas de artes marciales más recientes. En la segunda temporada apuestan a “doble o nada”, no esconden ningún as en la manga, van a por todas desde el comienzo y eso se agradece. Se agradece que no reciclasen la trama de la temporada original, que innovarán, que sorprendieran a su público y se exigieran el máximo para conseguirlo. Estas exigencias desembocan en una mejora en los valores de producción, mejores coreografías, una historia más dramática y una conclusión más apoteósica. Los actores pueden confiar en el correcto desarrollo de sus arcos, centrándose en hacer suyos sus papeles; Charlie Cox regresa con mayor nervio y dominio del entorno, Ann Woll tiene más recorrido que anteriormente dándonos alguna pista sobre su pasado a la vez que continúa su gran labor como investigadora, Jon Bernthal nació para interpretar a Frank Castle y Élodie Yung conquista la pantalla con cada una de sus exóticas apariciones. Como digo, la narración es densa y avanza uniformemente a lo largo de sus trece capítulos, sintiendo casi como si hubieran dos o incluso tres “mid-season finales”, en donde cada uno cierra una pequeña trama. Tampoco me olvido de su fotografía, intercalando colores sombríos y apagados con rojos y fluorescentes reminiscentes a los cómics. Mi único inconveniente -algo malo tiene que haber en sus casi trece horas de duración- es que algunos personajes secundarios a Daredevil no tienen una resolución demasiado convincente, dejando algunas cosas algo confusas y quizá se deba a que algunas de esas cuestiones tendrán respuesta en una tercera temporada que espero ansiosamente, con ganas de profundizar y ampliar a la vez los confines del problemático barrio de NY.


Si tras leer esto aún no estás convencido de ver Daredevil, no se qué lo hará. Lo último que puedo añadiros para intentarlo es que en la actual fiebre del héroe, donde cada año Marvel y DC copan las carteleras mundiales y se bañan en dinero a costa de nuestros bolsillos, en contadas ocasiones nos hemos encontrado con una adaptación que realmente valiera la pena y conquistara nuestros corazones trascendiendo el celuloide. Esta serie es una de esas pequeñas joyas por las que merece la pena ver la televisión mientras Netflix sigue entregándonos productos de gran calidad a precio de costo. Si estáis cansados de ir al cine y ver siempre lo mismo, si creéis en que el séptimo arte puede -y debe- ser también entretenimiento pero estáis desconsolados por no encontrar últimamente muchas obras que lo corroboren, echadle un vistazo a esta serie porque no solo satisfará vuestros sentidos sino que os enganchará y no os decepcionará -al menos de momento-. Dos temporadas bien narradas, increíblemente bien coreografiadas, protagonizada por actores semidesconocidos que intentan abrirse hueco en la industria con esfuerzo y tesón y unos creadores Drew Goddard y Steven DeKnight que han sabido dar justicia al personaje, respetando el universo establecido mientras rompen con las tiránicas reglas impuestas por Disney y Marvel. Daredevil es un hombre con habilidades sobrehumanas, no es un dios ni es perfecto pero es un superhéroe con letras mayúsculas y vive independientemente bajo Netflix, sin las ataduras de los grandes estudios cinematográficos, sin tomar partido, sin ir con medias tintas. Sí, es violenta y sí, no es políticamente correcta pero es la historia más humana y emocional que un superhéroe haya tenido en muchos años y sí, Daredevil sangra, se fatiga y tiene remordimientos. Bienvenidos a Hell’s Kitchen.


8,5/10: MUCHO MÁS QUE SUPERPODERES

Calle Cloverfield 10 es la secuela espiritual de Monstruoso (2008) y está producida por J.J. Abrams, dirigida por Dan Trachtenberg y protagonizada por Mary Elizabeth Winstead y John Goodman. Este thriller pasó desapercibido, mantenido en las sombras hasta pocas semanas antes de su estreno, fiel a la filosofía de la “mistery box” de Abrams. El argumento gira entorno a Michelle, una joven que tras un accidente de coche se despierta en un búnker habitado por el propietario Howard y su compañero Emmett. Alegando un holocausto nuclear, Howard prohibe la salida del refugio pero, ¿está realmente diciendo la verdad? ¿Es Howard su salvador o su secuestrador? 



Empezaré por su brillante campaña publicitaria a cargo del señor Abrams. He de admitir que no tenía ni idea de la existencia de esta obra hasta hace relativamente poco, cuando los trailers irrumpieron y captaron nuestra atención por sus inquietantes imágenes y la tensión que emanaba de ellas. Muchos cineastas y eruditos critican que, en esta era digital donde la información es poder, las películas son expuestas sobremanera hasta el punto que, una vez estrenada, el elemento sorpresa ha desaparecido casi por completo. J.J. Abrams trata de luchar contra esta tendencia con Calle Cloverfield 10 y los resultados son alentadores. La obra de Trachtenberg se alimenta del misterio que la envuelve y es que su argumento está plagado de enigmas a resolver desde la butaca, no en los clips promocionales. El único problema que esto conlleva es que no sabemos realmente qué esperarnos y corremos el peligro de crearnos falsas expectativas. Por ejemplo, pocos saben que esta obra guarda lazos de sangre con Monstruoso, película de ciencia-ficción del 2008 protagonizada por un alienígena gigantesco que causaba el caos en la ciudad de Nueva York. Yendo con este bagaje seguramente disfrutes más de la película, sino puede que su desenlace decepcione y defraude por traicionar su concepto inicial. Y es que Calle Cloverfield 10 no es un thriller al uso, sino que tiene un fuerte componente de ciencia-ficción como su predecesora aunque lo esconda durante gran parte del metraje. Ahí viene su mayor fallo y donde francamente más me frustró porque, si construyen una cinta de suspense a fuego lento, psicológica y perturbadora no hay necesidad de incorporar elementos sobrenaturales que rompan con el tono establecido. Al guión le falta consistencia y una historia menos manida, sobresaliendo más por unos diálogos que resultan interesantes en su mayoría. Tampoco acertaron en el broche final recurriendo a escenas espectaculares y fuegos de artificio, cayendo en todo aquello de lo que, en un principio, pretendían huir. Pero vamos con las actuaciones estelares de Winstead y Goodman que deleitan al espectador con un duelo mano a mano. Jugando a ser el gato y el ratón dentro del reducto ambos actores nos brindan un intercambio de golpes eléctrico, parecido a un Frazier contra Ali, donde no hay vencedor hasta el último asalto. Aquí es donde la película muestra sus bazas, dejándonos extenuados al salir del cine. Dan Trachtenberg muestra, en su ópera prima, una habilidad innata para ponernos de los nervios, jugar con nuestro corazón y nuestro intelecto con un ritmo lento que avanza seguro hacia su desenlace, construyendo progresivamente una atmósfera opresiva que termina casi por asfixiarnos, apoyada sobre una banda sonora subversiva y estresante. Por último, la fotografía juega un papel muy importante, sobretodo con la filmación de las expresiones faciales de ambos protagonistas. Sientes en todo momento que algo no va bien pero no sabes exactamente el qué, lo que te coloca en mayor tensión si es que puedes soportarla.


En conclusión, Calle Cloverfield 10 no defraudará a los amantes del suspense. Si quieres pasar un mal rato con una historia plagada de sorpresas y escenas memorables, bien filmada,  perfectamente interpretada y aderezada con una banda sonora escalofriante ésta es tu película. Sumérgete en la narración y en los sucesos que van desencadenándose, pero no esperes que esté anclada en la realidad porque puede defraudarte. Si has visto Monstruoso, entrarás con una idea preconcebida de lo que puedes esperarte y saldrás satisfecho, aunque teniendo en cuenta que mucha gente no la vio en su día y que no guardan relación directa, hay que apuntarle el fallo al equipo de dirección que no supo hacia donde orientarla. De esta forma, queda a caballo entre la intriga más oscura y realista y la ciencia ficción de H.G. Wells y esa indecisión perjudica un producto con grandes mimbres.

6.8/10: LA IMAGINACIÓN ATERRA MÁS QUE LA REALIDAD
¡ATENCIÓN, SPOILERS! 

NO SIGAS LEYENDO SI NO HAS VISTO AÚN LA PELÍCULA. 

-------------------------------------------------------------------------------------------------


Una vez terminada la crítica oficial sin spoilers, me gustaría adentrarme en los aspectos positivos y aún más en los negativos que presenta BvS. Empezaré comentando que la primera mitad sobra, puesto que la gran mayoría de lo que aquí acontece tiene escasa o ninguna repercusión en el desenlace. Ninguno de los ingeniosos planteamientos son llevados a buen puerto, dejándonos con la miel en los labios -¿qué llevó a Batman a convertirse en un antihéroe? ¿Cuáles son las consecuencias a las que tendrá que hacer frente Superman tras su pelea con Zod y cómo aceptan los hombres el hecho de estar rodeados de dioses? ¿Quién es Lex Luthor Jr. y por qué quiere acabar con todo rastro heroico? ¿De dónde sale Wonder Woman?-. Si el único fin de Snyder y co. es sacarse un monstruo indestructible de la manga y así tener una nueva excusa para destruir otra ciudad, entonces que no me cuenten historias sobre cómo Superman tiene que enfrentarse a las leyes de La Tierra por sus actos vistos en El hombre de acero, porque en lo que llevamos de este universo oscuro de DC, sus historias se fundamentan en el caos absoluto y la destrucción total. De verdad que me gustó la dirección que tomaban en la primera hora pero sino vas a llevar esa idea hasta el final, si vas a traicionarla para caer en convencionalismos, entonces no intentes darle profundidad a una historia vacía. Dejando de lado el “arco” del personaje del último hijo de Krypton me gustaría centrarme en los motivos que mueven a Batman a cabrearse con Superman, porque por mucho que su estilo atormentado y desengañado luzca muy bien en pantalla y Affleck haga lo posible por sustentarlo, eso no basta para justificar su despótico comportamiento. Si hubieran hecho una película individual de Batman antes que ésta, al menos habríamos entrado a la sala sabiendo qué esperarnos, olvidando la versión radicalmente opuesta de Bale y Nolan. Si tuviera que resumirle a alguien en una palabra las dos horas y media, esa sería apresurada y no solo en la presentación de Batman sino también en la de los futuros miembros de la Liga de la Justicia: Aquaman, Flash, Cyborg y Wonder Woman. Mientras esta última hace acto de presencia para soltar un par de frases mal dichas y pelear contra Doomsday, los otros tres ni siquiera se dignan a ello, limitándose a aparecer en forma de pequeños teasers dentro de unos archivos de ¿Lex? guardados en un ordenador Tres largos años, mil noventa y cinco días de producción ¿y la manera más espectacular que se les viene en mente a Terrio y Goyer para presentarnos a estos superhéroes es a través de una pantalla de ordenador? ¿Acaso son conscientes de que el año que viene se nos viene la primera parte de La Liga de la Justicia y que aquí tenían que hacer la primera toma de contacto con la audiencia? En fin, cambiando de tema, las pesadillas protagonizadas por Bruce Wayne son visualmente espectaculares pero tampoco guardan relación con nada en el filme y tampoco se esfuerzan demasiado por mencionarlo de nuevo. Mirad, entiendo que tengan que sembrar el terreno con las vistas puestas en una amenaza mayor -Darkseid- pero lo que no pueden pretender es embutir chapuceramente todo lo posible en esta obra con el propósito de alcanzar aquello que Marvel construyó desde Iron-Man (2008). Pero bueno, pese a todo, guardaba la esperanza - o quizá era ingenuidad- de presenciar un duelo épico entre estos pesos pesados y, aunque cumple su tarea, lo hace con pinzas. Nuevamente las secuencias son espectaculares pero de nuevo carecen de sustancia o relevancia alguna, puesto que si viste los trailers ya sabes como acaban y salvo la no muerte de Superman, no se reserva ninguna sorpresa. Pero es que ni siquiera logra el propósito de interesarnos por los motivos que mueven a estos dos superhéroes a enfrentarse, aparte de que Bruce Wayne esté pasando por una crisis existencial y que la madre de Superman -interpretado por Diane Lane- fuera secuestrada por enésima vez -en El hombre de acero Zod ya hizo lo mismo-. Estaba convencido de que las diferencias filosóficas en su código ético, serían el motivo de su violento enfrentamiento. ¿Qué quién provoca la pelea? Ese no puede ser otro que Lex Luthor Jr. Como lo habéis oído, ni siquiera se dignaron a poner al patriarca Luthor en el origen del problema, teniendo que resignarnos para nuestra desgracia con este piltrafa ególatra obsesionado con la destrucción. ¿Y Doomsday? ¡Qué forma más perezosa de presentar un villano a la altura! ¡Ni Panoramix tiene la habilidad para crear las pociones mágicas de Lex Luthor Jr.! Lo único que necesita es un cuerpo sin vida, un tanque de agua del espacio, un poquito de sangre y…¡equilicuá! Es tan risible que parece sacado de un episodio de El increíble Hulk de Lou Ferrigno. En realidad todo el acto final parece sacado de una comedia “spoof” dirigida por Mel Brooks o los hermanos Zucker. Todas las acciones que suceden en pantalla son tan atropelladas e inconexas que provocan la indiferencia -y ocasional cachondeo- del espectador ¿Y la trama de Lois Lane en África? Un pastiche mal presentado, confuso, innecesario e intrascendente. No necesitamos ver sus pesquisas periodísticas si Superman va a terminar rescatándola cada ocasión. Gran culpa de la confusión viene por el nefasto trabajo de los editores que, al parecer, deben trabajar asiduamente con el director porque literalmente todas sus obras pecan en el mismo aspecto a excepción de 300. La gran mayoría de tramas -la de Lois Lane, la senadora, Lex o Batman- no repercuten en nada al devenir del filme


De verdad no me gusta ser un cenizo, creo que todos esperábamos que BvS fuera un gran producto de entretenimiento que arrancara otro universo comiquero donde poder sumergirse, pero es que, ni siquiera sus esporádicos momentos de grandeza -léanse las coreografías en las escenas de acción y alguna que otra conversación ingeniosa- pueden salvarla de arder en la hoguera. Que nadie me venga con la excusa de que ésta era una película para fans porque yo crecí con las películas de Batman de Tim Burton y Michael Keaton y guardo excelentes recuerdos de la serie de animación así como de Batman: La máscara del fantasma, que surgió de dicha producción televisiva. Lo que diferencia a estas sólidas obras de BvS es que no tienen prisas, no insisten en atizarnos con diversas tramas presentadas a destiempo porque no están obsesionadas por crear un universo entorno a ellas lo antes posible. Las grandes franquicias son aquellas que se toman su tiempo para contar buenas historias, fomentar vínculos emocionales con sus protagonistas y sorprender al espectador en cada ocasión. Por una parte, Ben Affleck debió disfrutar junto a Jeremy Irons de su propia película antes de lanzarnos a la cara esta versión radical de El caballero de Gotham. Mientras, Superman cae víctima de la prontitud de WB muriendo por ocurrencia del guión, gastando una valiosa bala en la recámara, desperdiciando una oportunidad de oro para crear una verdadera película dramática de superhéroes. Batman v. Superman recuerda a un adolescente virgen en su noche de estreno; torpe, acelerado e inseguro de sí mismo. La supuesta madurez alcanzada por Zack Snyder ni está ni se le espera y ahora, ante el papelón de corregir este desastre, deberá hacer sus deberes raudo y veloz porque su próximo test está a la vuelta de la esquina y se ha quedado sin comodines.
"Magia a la luz de la luna" es el último título del majestuoso realizador Woody Allen, que transcurre durante finales de los años 20 donde a un prestigioso ilusionista londinense (Colin Firth) le es encargado, a través de un amigo de la profesión, destapar a una vidente norteamericana (Emma Stone) que usufructúa a una familia adinerada de la Provenza y comienza a hacerse un nombre en la zona gracias a misteriosos embrujos que tienen a todos hechizados a la par que asombrados. Este es el punto de partida de una historia relajante que no exige demasiada atención al espectador y simplemente te pide dejarte llevar por los idílicos encuentros y paisajes que la película muestra con soltura.

Me reconforta saber que Allen no pierde la frescura de sus historias porque esta cinta mantiene los estándares de calidad al que nos tiene acostumbrados: personajes definidos y en conflicto, una historia atractiva y original (el tema de la magia es algo recurrente en sus películas, sin embargo aquí es la protagonista) y situaciones divertidas y reflexivas. Puede que no sea una revolución ni para Allen ni su filmografía pero mantiene al espectador sentado en la butaca disfrutando de noventa minutos seductores. La música es uno de sus puntos fuertes, como de costumbre, haciendo de esos temas de jazz, de los trajes, la ambientación y los escenarios costeros galos un coctel magníficamente combinado. Las actuaciones no son las mejores pero no por ello son malas, donde tanto Firth como Stone se complementan bien y muestran esa extraña relación amor-odio, mientras los demás personajes se vuelven más que secundarios, insulsos, ya que es esa inusual química la que mantiene viva la cinta.


En conclusión, personalmente no desmerece en nada a Blue Jasmine -su anterior obra- porque ofrece un punto de vista original, donde el mundo de lo increíble toma forma y hace pensar al espectador que quizás la lógica racional esté sobrevalorada y la impulsividad sea, tantas veces, necesaria para hacer de la vida algo más que un camino predefinido, un insulso plato mejorado con la sal de lo improvisado, de lo espontáneo, porque ¿realmente debemos de pensar siempre con la cabeza?

8/10: DÉJATE LLEVAR POR LA MAGIA DEL AMOR
Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia -un título casi tan largo como su metraje- es la carta de presentación del universo de Warner Bros./DC cómics, comandado por el realizador Zack Snyder (300, El hombre de acero). Los encargados de dar vida a estos dos titanes de los tebeos son Ben Affleck como el murciélago de Gotham y Henry Cavill regresando al personaje de Clark Kent/ Kal-El y a ellos se les suman actores de la talla de Jeremy Irons, Amy Adams o Laurence Fishburne, entre otros. La historia se centra en el épico enfrentamiento entre sendos superhéroes, explorando sus diferencias; mientras el hijo de Krypton aún está adaptándose a las leyes de La Tierra, confrontando las críticas que surgen entorno a su figura, más aún tras el desastre visto en El hombre de acero, el justiciero enmascarado Bruce Wayne no sólo tendrá que enfrentarse a Superman, sino también a su propia vejez y al aislamiento social que lo ha convertido en antihéroe. El primero sufre las consecuencias de aquellos que lo condenan por ser diferente, asustados de aquello que desconocen la humanidad trata de expulsarlo a toda costa. El segundo lidia con la muerte de algunos de sus allegados -léase Robin-, sufriendo secuelas tras tantos años de lucha sin cese contra el crimen. Entre medio, aparece un enemigo inesperado, Lex Luthor interpretado por Jesse Eisenberg, el cual tratará de capitalizar sobre el combate del siglo en beneficio propio.

Me gustaría empezar por los aspectos positivos, porque no todo es blanco u oscuro, genial o desastroso y desde luego, Batman v Superman es prueba de ello. Seguramente muchos coincidirán en que Ben Affleck interpreta esta versión del filántropo de día, justiciero de noche, Bruce Wayne a la perfección y con esto no pretendo compararlo con otros, más bien alabar su trabajo. Esta versión de El caballero oscuro recuerda mucho a aquella introducida por Frank Miller allá por los años 80. Para los que no sepan de que hablo, básicamente este es un Batman herido psicológicamente, forzado a retirarse por motivos personales que lo han alejado de la senda del bien, desengañado con el mismo código que juró defender. Affleck consigue transmitirnos sobriamente esa rabia, esa ira -en palabras de Alfred, encarnado por Jeremy Irons- que invade su personalidad. Queda patente que desde Daredevil ha adquirido esa madurez interpretativa que le permite brindarnos esos matices tan necesarios para dibujar el carácter de este atormentado personaje. Tampoco sorprendo a nadie cuando digo que Jeremy Irons personifica al mayordomo Alfred, aunque no se le permita desenvolverse demasiado. Por la otra parte, Henry Cavill cumple como ya hiciera en El hombre de acero y Amy Adams, por momentos, resulta creíble en su rol de Lois Lane aunque en otros se contenta siendo la dama en apuros. Las escenas de acción me encantaron sin excepción. Cierto es que la épica batalla final se apoya quizá demasiado en el CGI, dándole un aspecto cercano a un videojuego, aunque no llegó a molestarme lo suficiente ya que soy consciente que una película de estas características debe sustentarse sobre unos buenos efectos especiales y BvS aprueba notablemente en esta faceta. Hablando del apartado visual, Zack Snyder vuelve a demostrar un talento particular a la hora de deslumbrarnos con imágenes de excelente calidad, colorido -aquí dominan los tonos grises- y gran originalidad. Otro punto positivo -y quizás el último a reseñar-, es la dirección que Warner Bros. y DC cómics toman para diferenciarse de su gran competidor: Disney y Marvel. Me atrae ese mundo descarnado, pesimista, deshumanizado y lóbrego, inspirado en la trilogía de El caballero oscuro de Christopher Nolan, ya que en este mercado tan competitivo no hay sitio para dos universos calcados, así que si Marvel opta por la ligereza propia de Disney que mejor para DC que apostar por lo contrario, dirigiéndose hacia el sector más adulto. 


Dicho esto toca hablar de aquello que nadie quiere oír, sobretodo habiéndose depositado tantas ilusiones en esta obra. Como cualquier cinta, BvS no es perfecta y aunque su intento de acercarse lo más posible pueda ser admirable, su tozudez a la hora de querer abarcarlo todo termina por ofuscar dicha tentativa. Hay un dicho cinematográfico que manifiesta que una obra debería, como máximo, situarse alrededor de las dos horas de duración. Bueno, pues los editores de BvS parecen no estar muy de acuerdo visto el corte final de dos horas y media, al que habría que sumarle una versión extendida para mayores de 18 años de tres horas. Lo que esto conlleva -aparte de disminuir sus ingresos- es que el ritmo debe ser impecable para no correr el peligro de perder la atención del espectador. ¿Lo consigue? No. Zack Snyder no es conocido por dominar el arte de contar linealmente una historia como tampoco de saber captar la atención del público, sus películas suelen ser muy inconsistentes en lo que a ritmo se refiere-véase Sucker Punch o El hombre de acero-. Aquí vuelve a cometer ese mismo error, dividiendo su obra en dos partes tan diferenciadas como inconexas; la primera recuerda a un drama judicial o político, centrado en la polémica con Superman mientras observamos, a su vez, la atropellada presentación del antihéroe Batman así como los planes de Lex Luthor para acabar con la amenaza que suponen ambos. Esta parte es un lío, está mal editada, salta de trama en trama sin aparente nexo de unión ni repercusión alguna en la historia principal, los motivos que mueven a Luthor no están bien descritos, lo cual disminuye su presencia amenazadora. Además, los guionistas Terrio y Goyer se esfuerzan inútilmente en hacernos ver a Superman como una amenaza en potencia, culpándolo por todas las acciones que acontecen esté o no envuelto en ellas. Abriendo un pequeño paréntesis, he de admitir que el debate fomentado entre la ciudadanía sobre si Kal-El es un salvador o un falso dios me pareció cuanto menos interesante y me gustaría que lo exploraran mejor. Pero volviendo a la negatividad, la segunda mitad nos expone a secuencias de acción continuas y frenéticas, sin cabida para el diálogo. Podría decirse que los responsables del proyecto se olvidaron de que la película era Batman contra Superman y decidieron explotar todo lo construido previamente (literalmente) y transformarla en un festín de efectos especiales y mamporros. Esto no sería motivo de queja si dicha acción la hubieran distribuido más equitativamente, permitiendo al público divertirse un poco entre conversación y conversación. Al parecer, en tres años de producción-el proyecto se anunció en la Comic-con de San Diego 2013- y dos retrasos entre medio, no supieron hacer una narración más compensada y coherente que esta. Y si hay un momento donde las precipitaciones se apoderan por completo del argumento, ese no puede ser otro que la presentación del resto de miembros de La Liga de la Justicia (Los Vengadores de DC). Vaya manera más absurda, indolente e insulsa de mostrarnos a Aquaman, Flash y compañía. Parece como si, a última hora y con la filmación finalizada se dieran cuenta de que se olvidaban de esto y lo metieran a calzador, así por que sí. Como ya mencioné antes, los combates son espectaculares pero no por ello dejan de ser absurdos, sin verdaderas razones para existir más que para darle a la audiencia algo de carnaza. Y a menos que no hayas visto los trailers promocionales, ya sabrás que Batman, Superman y Wonder Woman se unen para combatir a una bestia llamada Doomsday, destapando las pocas sorpresas que guardaban. No voy a entrar en detalles, sólo diré que el proceso de gestación de este monstruo no podía ser más estúpido y repentino. Pero alguien debe encumbrarse como villano absoluto y ese alguien no es otro que... Enigma, ¿o era Willy Wonka? No, creo que era el Joker. Mis dudas vienen ya que no estoy muy seguro de que el personaje que interpreta Jesse Eisenberg sea Lex Luthor o más bien un cruce entre el Enigma de Jim Carrey en Batman Forever y el Willy Wonka de Johnny Depp. Su caricaturesca interpretación resulta muy cargante hacia el tramo final, desentonando dentro de este mundo serio y deprimente, dominado por el clima de tensión entre dos de los superhéroes más poderosos de la historia. Teniendo en cuenta que actores del porte y del carisma de Gene Hackman o Kevin Spacey encarnaron previamente a la némesis de Superman, ¿en serio pretenden convencernos de que el actor de La red social, con su cara de adolescente pervertido y su actitud caprichosa, va a derrotar a Batman y a Superman? Lo siento pero no puedo creérmelo por más que sea una película de ficción. Por último pero no por ello menos importante, hablaré del papel de Gal Gadot, actriz cuyo contrastado currículum cuenta con títulos del calado de A todo gas 4, 5 y 6. No es broma, la heroína más popular de la historia de los cómics la tiene a ella como intérprete y pese a que su aportación en este embrollo sea testimonial, lo visto no hace que me entusiasme demasiado la idea de ver una película suya en solitario. 


En definitiva, Batman v Superman tiene algunas luces y muchas sombras. Guarda conceptos interesantes que esperemos exploten más acertadamente en futuras entregas, peca demasiado y lejos de corregir sus debilidades, cae una y otra vez en ellos. Esta era la primera de una larga lista de películas del universo cinematográfico de DC que están por venir, tan solo confío en que les sirva de lección para volver con más fuerza.  Escuadrón Suicida de David Ayer es la próxima parada y espero, por su propio bien, que haga olvidar al público este gigantesco lío. Zack Snyder deberá ir a su Fortaleza de la Soledad -ocasional cuartel general de Superman- o a su batcueva para reflexionar de cara a la primera parte de La Liga de la Justicia. Irregular, confusa y falta de ritmo, Batman y Superman no tuvieron un homenaje a la altura y me temo que tendremos aún que esperar que se les haga justicia.

6/10: MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES
La habitación (Room en su título original) es el nuevo filme del prometedor realizador irlandés Lenny Abrahamson que firma aquí su mejor título hasta la fecha y donde nos cuenta la historia de una mujer que lleva secuestrada siete años, cinco de los cuales criando a su hijo Jack, en una celda. Siete años sin poder ver el mundo exterior, forzada a tener relaciones sexuales con su secuestrador, sin esperanzas y postrada al fatal destino que le ha tocado, deberá reunir fuerzas para mantener a su hijo al margen de todo. Protagonizada por Brie Larson y Jacob Tremblay -joven actor nominado al Oscar por su tierna interpretación-, La habitación es un tour de force por parte de ambos durante las casi dos horas de cinta. Sin duda, una de las mejores películas del pasado año 2015, absoluta merecedora de los elogios que recibió, entre los que se encuentran un SAG para Brie Larson y un Oscar también para la actriz norteamericana, aparte de presentarnos a una promesa de futuro como Tremblay.


Empezaré hablando del guión, gran culpable del éxito o fracaso de una obra. En este apartado sin duda destaca, en parte por ser una adaptación de una aclamada novela, escrita por Emma Donoghue, pero también por su gran trabajo de adaptación a la gran pantalla. Los diálogos entre nuestros dos protagonistas son emotivos y están llenos de tensión, porque no hemos de olvidarnos que ambos viven bajo condiciones deplorables, alimenticias y de higiene. Son dos luchadores, cada uno a su manera: el pequeño crece ante la adversidad que supone vivir sin comodidades privado de su libertad y la madre se aísla de todos los problemas que la rodean centrándose en cuidar de su hijo, su ser más preciado y evitar que su triste existencia no contagie al pequeño. No obstante, esta película está plagada de cambios sorprendentes y eso también afecta a la relación entre ambos y ahí fue donde comencé a darme cuenta de la riqueza de este guión. Evitando spoilers, sólo diré que hay cierto acto hacia la mitad del metraje que tiene grandes repercusiones en las vidas de ambos y nos muestra cómo reaccionan psicológicamente ante dicho cambio. Sin embargo, no está libre de fallos sobretodo a la hora de desarrollar algo de profundidad con el personaje de Brie Larson. Personaje que brilla más por la portentosa interpretación de la actriz que por el esfuerzo de la guionista por matizar al personaje. Ciertamente nos hace sentir por ambos, aunque eso no es tan complicado teniendo en cuenta las vivencias que atraviesan. Tampoco comprendí por qué no exploraron algo más los estados de ánimo que experimenta la madre durante su cautividad, antes y después del nacimiento de Jack.Pero, ¿qué importa cuán bueno o detallado sea el guión si las actuaciones no están a la par? Bueno, pues aquí lo están, superando incluso a la propia historia ya que la relación madre-hijo funciona como un reloj suizo, encaja a la perfección y te sumerge aún más en la narración. Te hacen sentir miedo cuando ellos lo sienten, tensión cuando la acción los coloca en peligro, felicidad en sus momentos más esperanzadores, podría continuar poniendo ejemplos eternamente ya que La habitación es una “montaña rusa” sentimental sin caer en convencionalismos o trucos melodramáticos. Aquí las emociones afloran en ti por lo grotesco de los acontecimientos que transcurren en pantalla y me asustan más aún porque esto puede ocurrir en un mundo tan frío y despiadado como puede llegar a ser el nuestro. Lenny Abrahamson saca lo mejor del joven Tremblay, demostrando gran capacidad para lidiar con actores de distintas franjas de edad. Una interpretación tan brillante como la suya no viene por casualidad, no se consigue por arte de “birlibirloque” sino por un trabajo colectivo sobresaliente y un ambiente sano de trabajo. Me encantó la gran habilidad y manejo de la cámara durante la primera mitad de película sobretodo. No hay que olvidar que filmar en un set tan limitado donde la variedad de planos es tan pequeña como el tamaño de la habitación, no es una tarea fácil de realizar.


En conclusión, La habitación es uno de esos raros filmes que te atrapan desde sus primeros compases, con unas interpretaciones estelares y una historia de lucha como nunca antes hayamos visto. La habilidosa dirección de Lenny Abrahamson y una fotografía intensa -sobresaliendo en la primera mitad- también ayudan en la realización de una de las mejores películas del año pasado. Como dije antes, habría preferido una mayor exploración en la psique de nuestra protagonista para poder relacionarnos mejor con ella en la segunda mitad de metraje. Algunas tramas y personajes secundarios se desperdiciaron -el personaje de William H. Macy defrauda por su falta de relevancia y por el desperdicio de uno de los secundarios más respetados de la industria- pero son detalles menores, buscando imperfecciones en algo casi perfecto. ¿La recomiendo? Absolutamente ¿Es para todo el mundo? No para el que vea el cine como un producto de entretenimiento. Estamos ante un retrato de un terrible secuestro que se alarga siete tortuosos años, cinco de ellos cuidando de un chico mal nutrido y aislado de todo lo que le rodea. Pero como él mismo dice, el mundo es inmenso y está lleno de árboles, perros y personas, algunas buenas y otras malas y, por si alguien cree que el mundo está del revés, estas obras nos recuerdan que siempre hay algo o alguien por lo que merece la pena luchar.

9/10: EL MUNDO PUEDE PASAR DE SER BELLO A UN INFIERNO EN UN INSTANTE, El AMOR NOS MANTIENE CON VIDA

Algunos de vosotros ya estaréis al tanto, otros no. Para los segundos, este dispositivo llamado Screening Room promocionado por cineastas del calibre de Steven Spielberg, Martin Scorsese o Peter Jackson nos permitirá ver películas de estreno en casa por el módico precio -véase la ironía- de 150 dólares más un suplemento de 50 dólares por película alquilada. Alquiler que dura 48 horas, tras las cuales perderás los derechos y tendrás que volver a pagar por verla. Supuestamente este sistema está ideado para acercar el cine a los hogares de familias con niños o gente que, por cuestión de movilidad, no pueda ir constantemente y mirándolo de esta forma no me parece tan mala idea. Sin embargo, el alto precio del servicio y el hecho de que tarde o temprano pueda poner en peligro de extinción a las salas de cine me hace reconsiderarlo. Porque no nos engañemos, un aparato que te cobra 150 dólares (unos 120 euros) por ver un puñado de taquillazos al año que de todas formas en unos meses estarán disponibles, tanto digitalmente como en Blu-Ray, para la venta personal va destinado a la gente con alto poder adquisitivo, gente que probablemente ya disfrute de su propia sala de cine en su hogar, aquellos que odien tener cualquier contacto con el mundo y puedan encerrarse en su lujosa mansión, no va destinado a los mortales como tú o yo. Pero esta moda de sedentarismo llevado al extremo me preocupa, porque nuestra sociedad corre el peligro de que, en un futuro no tan lejano, las tecnologías se apoderen de nosotros (¡como aquel episodio de Los Simpson!) y nos destruyan y no hablo tanto de la aniquilación física sino de la mental y la psicológica. Imaginaos un mundo en el que no necesitemos salir de casa para nada, en el que todos nuestros deseos (como ir al cine) se vean cubiertos al instante con hacer un click, no cuesta mucho figurárselo, ¿verdad? Ya empezamos a ver la punta del iceberg que presagia nuestro naufragio social, pero aún tenemos tiempo a rodearlo y seguir navegando tranquilamente sino caemos en inventos como esta Screening Room, inventos que nos idiotizan y nos dejan postergados y aletargados en el sillón de casa, mermando nuestras capacidades tanto físicas como intelectuales. Cuando pienso en esta distopía me imagino la película Gamer con Gerard Butler y Michael C. Hall (Dexter), en la cual hay un personaje que, seguramente debido a su pasividad, padece obesidad mórbida. Pues así me imagino un futuro con todos estos inventos que esos lumbreras de Hollywood con su gran sabiduría -y gran avaricia-, continúan tentándonos con objetos que no necesitamos, aprovechándose de nuestras flaquezas para cargarnos con unos costes insultantes que sufragan sus áticos. Si para muchos ir al cine es un evento especial, la Screening Room es el anticristo, engendrado por aquellos que revolucionaron el mismo arte que tanto amamos. !Si una entrada cuesta alrededor de 7 euros y este trasto demoníaco pretende cobrarnos 40! ¡Con ese dinero podría ver 5 películas en una sala adecuadamente equipada y aún me sobrarían 5 para tomarme unas cañas! Aunque siendo justos tampoco les podemos culpar, ya que otras empresas llevan haciendo estas mismas prácticas durante años; 600 euros por un teléfono móvil, 3’000 por una televisión nueva, 300 por una tablet (que, según se mire, viene siendo un ordenador más pequeño o un móvil de mayor tamaño). Muchas empresas se lucran a nuestra costa y nosotros acudimos a sus llamadas como el perro de Pavlov. Ha llegado el momento de decir ¡STOP! ya basta, una película se ve en al cine igual que una ópera se ve en el teatro, todo es arte sin distintivos. Si los costes de la vida cada vez son mayores, ¿cómo esperan que nos gastemos ese dinero en algo innecesario? ¿cuál será el destino del cine independiente, aquel que proyectó las carreras de Spielberg y Scorsese, si cobramos 40 euros por filme? ¿Quién va a pagar ese precio por ver Yo, Earl y Raquél o El hijo de Saúl entre otras? Como digo, ir al cine es como ir a un restaurante o ir a un concierto, no se puede sustituir, no debe sustituirse porque muchos se enamoran de esta forma de arte por cosas como el olor de las palomitas recién hechas, ocupar una butaca en una sala llena de espectadores como tú y esperar a que se apaguen las luces para sentir esa magia, el sonido que te envuelve y las imágenes que te deslumbran y que crean esa conexión espiritual: tú, tus sentimientos y una experiencia cinematográfica. 


De todas formas, esta es solo una opinión y quiero dejar bien claro que aquí expuse mis razones, las cuales pueden diferir de las vuestras. Esas diferencias no deben enfrentarnos sino fomentar el debate que suscitan temas tan candentes como éste. Para ello, no dudéis en dejar vuestros comentarios, compartid vuestros puntos de vista sobre esta Screening Room.
Ficha técnica

Título
: Paint Your Wagon

Año: 1969

Duración: 170 min.

País: EE.UU.

Director: Joshua Logan

Guión: Paddy Chayefsky & Alan Jay Lerner

Fotografía: Willliam A. Fraker

Música: Frederick Loewe

Reparto: Clint Eastwood, Lee Marvin, Jean Seberg.

Género: Western. Musical. Comedia

Sinopsis: La historia de una ciudad formada por buscadores de oro, se centra en las aventuras y desventuras de un granjero de Michigan llamado Ben, un pendenciero buscador de oro que se hace llamar "Socio", y la delicada esposa que ambos, sorprendentemente, comparten. Ellos tres serán testigos directos de la transformación de la Ciudad sin Nombre


Del 18/03/16 al 20/03/16



HACE 20 AÑOS...


Hay un amigo en mi... así decía la canción que abría esta inolvidable película, que aún a día de hoy continúa siendo máximo exponente del sello de calidad del estudio de animación Pixar. Tanto yo como una generación entera de cinéfilos le da las gracias a su creador John Lasseter y al fascinante mundo que creó a partir de algo tan propio e inherente a la infancia como son los juguetes. Personajes indelebles tales como Buzz Lightyear, Woody o el Sr. Patata y una historia rica, edificante y cautivadora como pocas hacen de Toy Story (y sus subsiguientes secuelas) un clásico del cine a secas. La originalidad e inventiva de este filme es lo que más me fascina, cómo parten de una premisa tan obvia a priori para terminar dándonos mucho más que un montón de juguetes, logrando encapsular un período de nuestras vidas durante el cuál la imaginación se apodera de nosotros. Ahí es cuando soñamos con juguetes que cobran vida y nos sumergimos completamente en esta gran obra que todos deberían ver al menos una vez en la vida. 
Ficha técnica

Título
: Predator

Año: 1987

Duración: 110 min.

País: EE.UU.

Director: John McTiernan

Guión: Jim Thomas & John Thomas

Fotografía: Donald McAlpine

Música: Alan Silvestri

Reparto: Arnold Schwarzenegger, Carl Weathers.

Género: Acción. Ciencia ficción

Sinopsis: Un grupo de mercenarios es contratado por la CIA para rescatar a un grupo de pilotos apresados por una guerrilla centroamericana. Ya de regreso y con el encargo realizado exitosamente, los soldados de fortuna se encuentran con un inesperado rival contra el que nadie en la Tierra está preparado para medirse. Un clásico del cine de acción y aventuras dirigido por el realizador de Jungla de Cristal o la caza del Octubre rojo, John McTiernan. Electrizante música creada por el gran Alan Silvestri (Forrest Gump, Regreso al futuro), que ayuda a construir la atmósfera de terror. Schwarzenegger vs. Depredador, balas contra láseres, ¿quién vencerá? Tendréis que verla para averiguarlo.



Del 11/03/16 al 13/03/16


HACE 10 AÑOS...


Película polaca dirigida por Krzysztof Kieslowski, más conocido por su trilogía Tres colores (Azul, Blanco y Rojo) o por sus 10 décalogos, que como no podía ser de otra manera en este realizador ahonda en las cuestiones humanas más polémicas y dramáticas. No lo he visto con lo cual no puedo emitir un juicio al respecto, lo que sí puedo decir es que está considerada como una de las obras cumbre en contra de la pena de muerte. Un mordaz alegato contra el asesinato llevado a cabo por el ser humano. El filme, datado de 1988, no fue emitido en España hasta el año 2006.

HACE 20 AÑOS...



Este fin de semana va de dramas controvertidos. Es el caso de No matarás hace 10 años y es el caso de esta película protagonizada por Sean Penn y Susan Sarandon y dirigida por el también actor Tim Robbins. Fotografía a cargo de Roger Deakins, Dead Man Walking -o Pena de muerte en castellano-  es un drama carcelario basado en hechos reales que cuenta la historia de un convicto condenado a la pena capital que, en su última semana de vida, reclama la ayuda de una Hermana para intentar conseguir la paz espiritual. Le valió el Oscar a Susan Sarandon además de respectivas nominaciones para Penn y Robbins.



En sus tres horas de duración, el polémico realizador Oliver Stone nos hilvana un drama biográfico sobre la figura política del trigésimo séptimo presidente de los Estados Unidos Richard Nixon. Envuelto en uno de los peores recuerdos de la democracia americana como fue el escándalo del Watergate,  Nixon fue uno de los ejecutivos más controvertidos de la historia y uno de los más interesantes de conocer en mi opinión. Gran trabajo el de un irreconocible Anthony Hopkins en el papel principal que destaca dentro de un reparto inmejorable con nombres como James Woods, Joan Allen, Bob Hoskins, Ed Harris o Powers Booth. Música de John Williams y fotografía del favorito de Quentin Tarantino, Robert Richardson para firmar uno de los dramas políticos más interesantes del cine contemporáneo.
  1. DIVIÉRTETE a costa de las normas preestablecidas, el humor socarrón es la sal de la vida.
  2. ESTABLECE un vínculo con tu público…¡o no, qué te importa si eres el más molón!
  3. AMPLIA horizontes, crea personajes irreverentes, no caigas en el conformismo.
  4. DISPARA a todo cabrón que se cruce en tu camino, el cine está para pasarlo bien.
  5. PARTICIPA con tu audiencia, rompe la cuarta pared siempre que tengas la oportunidad.
  6. OFRECE espectáculo ya sea con katanas, desert eagles o con tu ingenio.
  7. OPTA por una historia divertida y original, no te dejes llevar por el presupuesto. Menos es más.
  8. LÚCETE en pantalla, después de todo, tus rivales creían que ibas a fracasar. ¡Ey Marvel, Disney, chupaos esa!


Y así es como con apenas 50 millones de presupuesto ganas por goleada a las encorsetadas, presuntuosas y estereotipadas películas de superhéroes. Que si un poder conlleva una gran responsabilidad, que si matar al villano te convierte en uno, bla, bla y más bla. Os digo una cosa, no sé vosotros pero yo hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien con una adaptación de un cómic de Marvel. Tanto salvar al mundo, tantas explosiones y Apocalipsis -si me refiero a vosotros X Men- por doquier ya me cargaban, a veces menos es más, no siempre tenemos que ver un bombástico espectáculo pirotécnico para disfrutar de una buena aventura y Deadpool es la prueba más reciente de ello. Sin grandes estrellas ni un gran villano invencible a priori, que termina demostrando aquella teoría de que el caballo del malo siempre corre menos, Deadpool deja en bragas al universo cinemático de Marvel, a Kevin Feige y al más pintao. Admito que la obra de Tim Miller -director novel por cierto- no será la más espectacular del año pero tampoco lo pretende, sus armas son otras. Armas que en un año en el que tenemos a Batman v Superman y Capitán América v Iron Man entre otras superproducciones puede que no volvamos a ver hasta Escuadrón Suicida. Ryan Reynolds y sus ganas de hacer justicia -recordemos que a parte de protagonizarla también la produce- con este imprevisible y mal hablado personaje, que tan pobremente había sido introducido de la mano de Gavin Hood unos años antes en la mediocre X-Men orígenes: Lobezno donde Ryan Reynolds ya lo encarnaba, nos muestran un camino sepultado dentro del género, al igual que hizo Mad Max: Furia en la carretera el año pasado salvando las distancias. 


7,5/10: THOUGH IT’S EASY TO PRETEND, I KNOW YOU’RE NOT A FOOL (CARELESS WHISPER- WHAM!)


Valoración (de mejor a peor): Gran compra, recomendable, en rebajas y ¡no, gracias!

Nota: aquellas que no tengan valoración, se debe a que no las he visto.


Ya a la venta


  • VictoriaVictoria es una chica española que se ha mudado a Berlín para trabajar. Una noche, cuando sale de un club de música tecno del barrio berlinés de Kreuzberg, conoce a un grupo de cuatro chicos que le convencen para enseñarle cómo disfrutan los auténticos berlineses de la noche de la ciudad. La cámara es testigo de todo lo que le ocurre a Victoria esa noche durante dos horas, de las cuatro de la mañana hasta las seis, y de cómo todas éstas harán que su vida cambie por completo en un límite de tiempo tan pequeño.

  • Una pastelería en Tokio. Sentaro tiene una pequeña pastelería en Tokio en la que sirve comida. Cuando una simpática anciana se ofrece a ayudarle, él accede de mala gana, pero ella le demuestra que tiene un don especial para cocinar. Gracias a su receta secreta, el pequeño negocio comienza a prosperar. Con el paso del tiempo, Sentaro y la anciana abrirán sus corazones para confiarse sus viejas heridas.


  • El becario. La joven dueña de un exitoso negocio online dedicado a la moda acepta a regañadientes que la compañía contrate, como parte de un programa laboral, a un hombre de setenta años como becario senior. Sin embargo, poco a poco irá dándose cuenta de lo indispensable que puede volverse para la empresa. ¡NO, GRACIAS!



9 de marzo


  • Niebla (Haemoo). Los intentos de un barco pesquero por transportar inmigrantes ilegales terminan en una catástrofe que llevará a la tripulación a la locura. Escrita por Bong Joon-Ho, talentoso realizador coreano entre cuyas obras se encuentran Memories of Murder, The Host, Mother y, la más reciente, Rompenieves.



11 de marzo


  • Straight Outta Compton. A mediados de los 80, el barrio californiano de Compton era uno de los lugares más peligrosos de Estados Unidos. Cuando un grupo de jóvenes convirtieron sus experiencias vitales en una música brutalmente sincera que se rebelaba contra la autoridad, le dieron voz a una generación silenciada. Nominada recientemente en los Oscar a mejor guión original, Straight Outta Compton fue un rotundo éxito en taquilla, recaudando más de 200 millones sobre un presupuesto de 20. También obtuvo buena acogida entre la crítica mientras que el American Film Institute (AFI) la nombró entre las 10 mejores películas del año. IMPRESCINDIBLE PARA FANS



16 de marzo


  • El clan. Tras la aparente normalidad de los Puccio se oculta un siniestro clan dedicado al secuestro y al asesinato. Arquímedes, el patriarca, lidera y planifica las operaciones. Los demás miembros de la familia son cómplices en mayor o menor grado de los crímenes del clan y viven de los beneficios obtenidos de los rescates que pagan los familiares de los secuestrados. Basada en el caso policial del Clan Puccio que tuvo una gran repercusión en Argentina a principios de los 80. RECOMENDABLE


  • La verdad. Elecciones estadounidenses de 2004. Inmerso el país en la guerra contra Iraq y Afganistán, todo parece indicar que George W. Bush será reelegido presidente de los Estados Unidos. La productora de noticias de la CBS Mary Mapes (Cate Blanchett) y su socio, el presentador Dan Rather (Robert Redford), descubren una historia que podría cambiar el curso de las elecciones: Bush había utilizado todo tipo de influencias para evitar ir a la guerra de Vietnam. Drama periodístico de índole política, basado en hechos reales, que nos habla sobre las controversias del cuadragésimo tercer presidente de los EE.UU. Interesante y oficiosa película escrita y dirigida por el director novel James Vanderbilt.



18 de marzo


  • Dheepan. Un hombre huye de la guerra civil en Sri Lanka y, para conseguir que Francia le conceda el derecho de asilo, hace pasar por su familia a una mujer y a una niña que huyen también del país. Una vez en suelo francés, encuentra trabajo como conserje en un edificio situado en un barrio problemático de las afueras. Ganador de la Palma de Oro (mejor película) en el último festival de Cannes.

  • Conducta. Cuenta la historia de Chala, un niño de once años cuya vida transcurre en un ambiente de violencia, con una madre adicta a las drogas y al alcohol, y perros de pelea que entrena para sostener su hogar. Este niño, que acude a la escuela sin despojarse de su marginalidad y conflictividad, tiene una relación especial con su maestra Carmela. 



23 de marzo


  • Los juegos del hambre: Sinsajo - Parte 2. La última entrega de 'Los juegos del hambre' nos muestra a una nación en guerra, en la que Katniss se enfrenta con uñas y dientes al presidente Snow. Capítulo final de la saga que lanzó a Jennifer Lawrence al estrellato, película de corto recorrido cuyo interés fue decreciendo conforme se sucedían las entregas. Los fans de la franquicia que posean el resto de partes ésta se convierte en una compra obligada, no así para el resto. ¡NO, GRACIAS!




30 de marzo


  • El viaje de Arlo. ¿Qué hubiera pasado si el asteroide que cambió para siempre la vida en la Tierra hubiera esquivado el planeta y los dinosaurios no se hubieran extinguido nunca? Un viaje al mundo de los dinosaurios donde un Apatosaurus llamado Arlo se hace amigo de un humano, aunque resulte asombroso. Mientras viaja por un paisaje desolado y misterioso, Arlo aprende a enfrentarse a sus temores y descubre de lo que es capaz. Completamente eclipsada por su compañera del estudio Pixar Del revés, El viaje de Arlo fue un fracaso en las taquillas de todo el mundo. Buena compra para los más pequeños de la casa.










Del 4/03/16 al 6/03/16


HACE 10 AÑOS...



El castillo ambulante es otra joya del encantador estudio nipón Ghibli y de su creador Hayao Miyazaki. Una aventura fantástica con un marcado estilo steampunk y una historia de amor realmente efectiva, que perdió en 2005 el Oscar a mejor película de animación frente a Wallace y Gromit, algo que me parece desafortunado cuando menos. No obstante, eso no niega en absoluto el hecho de que ésta es una obra imprescindible para cualquier amante del buen anime. 

HACE 20 AÑOS... 



¡Qué decir de Terry Gilliam, director de Brazil, una de mis películas favoritas!  En 12 monos regresa al género de la ciencia-ficción de reivindicación social, basada en un célebre mediometraje francés titulado La jetée. Una historia reciclada por David Webb Peoples -guionista de Blade Runner- para este genial filme, protagonizado por un Bruce Willis en pleno apogeo -venía de hacer Jungla de cristal III y Pulp Fiction-, la atractiva Madeleine Stowe en una de sus mejores interpretaciones y Brad Pitt. Imprescindible para cualquier fan de la ciencia ficción
¡Ave, César! es el último proyecto de los hermanos Coen, un dúo de cineastas que revolucionó el cine con sus conceptos y su loca narrativa, máximos exponentes de ello son Fargo, Muerte entre las flores, Barton Fink o El Gran Lebowski. Aquí nos cuentan una historia atípica como es costumbre en ellos. Desde el principio nos proponen una sátira sobre el mundo de los estudios de Hollywood en los gloriosos años 50, donde filmes de todos los géneros comenzaban a descubrirse y despuntar entre el público norteamericano. Comedias, musicales, westerns, grandes dramas y ciencia-ficción, todos los géneros tuvieron su explosión en dicha década. Ahí es donde entra el personaje Eddie Mannix (Josh Brolin), un exitoso ejecutivo de uno de los estudios más competitivos del sector, Capitol Studios. Él es el encargado de que todo funcione, de que los actores no descarrilen, de acallar los rumores entorno a ellos y lidiar con directores egocéntricos. sin embargo, todos sus problemas pasan a un segundo plano cuando, por arte de magia, desaparece la estrella de su película insignia ¡Ave, César!, Baird Whittlock (George Clooney). Con la ayuda de su ingenio y experiencia Mannix tendrá que solucionar el problema antes de que todos se den cuenta. En principio todo suena excelente, con ganas de embarcarme en otra aventura coeniana y disfrutar de los excelentes diálogos, situaciones tan inverosímiles como cómicas y alocados personajes que solo ellos son capaces de bordar.


Sin embargo -ahora es cuando empieza lo malo-, la historia que a priori podríamos esperarnos ni está ni se le espera, como si entre tantos homenajes y guiños se hubieran olvidado de contarnos algo concreto. La cinta a la que más se la ha comparado es Puro Vicio, una “comedia” con un trasfondo crítico con ciertos aspectos de la sociedad de la época en la que se ambienta. Tal y como hizo PTA, los hermanos Coen nos presentan un gran número de personajes secundarios que interactúan con nuestro protagonista. La principal diferencia es que mientras Doc “Sportello” le atañía un sólo objetivo, a Mannix le interesa todo y no llega a resolver nada tangible. Volviendo al tema que nos concierne -que me voy, como la película, por las ramas-, el guión es la gran baza y el gran fallo de esta película, a estas alturas nadie duda de que los Coen son capaces de escribir una gran historia pero en esta oportunidad creo que el medio que escogieron no es el adecuado. ¡Ave, César! brillaría más si disfrutara de tiempo para mostrarse tal y como es, por ejemplo, como una miniserie de la HBO. Se notan las prisas por terminar la obra y no olvidarse nada en el tintero, algo imposible teniendo en cuenta el material que tienen entre manos y la profundidad que dicho material puede -y debe- alcanzar. Por otra parte, las actuaciones están un tanto divididas entre el gran protagonista y estrella Josh Brolin y todos los demás. No os dejéis engañar por el tremendo plantel, la mayoría -por no decir todos- los secundarios tienen papeles testimoniales, aparecen y desaparecen, imposibilitando a actores del calibre de Ralph Fiennes o Tilda Swinton mostrar su clase. George Clooney que hacía, según los trailers, de inmediato protagonista tras Brolin decepciona no tanto por su interpretación sino por sus contadas apariciones evidenciando de nuevo la ausencia de una historia que contar. Esperaba -o al menos yo lo hacía- una mezcla entre el escenario de Barton Fink y la trama de El gran Lebowski y me encontré con un retrato superfluo de los rincones oscuros de la meca del cine occidental. En cuanto a la fotografía de Roger Deakins, asiduo colaborador de los hermanos, hace un trabajo oficioso, correcto y fiel a la esencia del cine clásico que querían rememorar. Deslumbra cuando debe y fluye armónicamente en todo momento, a ello se debe también el buen trabajo de edición y montaje. No aburre por su escueta duración sino por otros factores ligados a la dirección. Hablando de dirección, los Coen hacen aquí uno de sus trabajo más irregulares, inconexos e irritantes de su filmografía. Ninguna subtrama captó mi atención en parte por la precipitada manera en la que las presentan y por la falta de un personaje sólido y suficientemente carismático que sustentara la película. Igual cuando salga en Blu-Ray, lanzan una versión del director con media hora o una hora de contenido adicional, mientras tanto tengo que creer que lo que vi es lo que tenían en mente durante la pre-producción, que no falta ninguna pieza del puzzle y siendo así,  la gran culpa es de la visión de los realizadores. Mención especial para el diseño de producción, uno de los aspectos más destacables del filme, tanto que me dolería si a final de año no entrara entre las nominadas para los grandes galardones. 


En definitiva, ¡Ave, César! tiene mucho potencial pero nunca llega a demostrarlo, quizá por la errante ejecución de sus directores que parecen perdidos en su propia genialidad. Como dije, quítale los actores de caché y emítela como una miniserie en cualquier gran productora de televisión del momento -sea HBO, FX, Netflix, etc.- y tendríamos una gran historia cautivadora y entretenida, porque qué fanático del cine no querría ver un retrato de los estudios de la época dorada si estuviera bien ejecutado. Y con ejecución me refiero a tiempo, porque la profundidad que puede alcanzar en 8-12 horas de metraje dista mucho del producto final de hora y tres cuartos que vimos. Por esta razón no puedo, por más que me gustaría -estaba entre mis diez películas más esperadas-, recomendar la última cinta de los hermanos Coen y me duele más si cabe porque cualidades no le faltan, pero si se desaprovechan, si tenemos un pata negra y lo tiramos a la basura resulta aún más frustrante. A Julio César lo traicionaron sus propios senadores y a ¡Ave, César! la castigan sus propios creadores maniatándola y prohibiéndole la libertad creativa que merece.


5/10: HERMANOS COEN, LOS QUE VAN A MORIR OS SALUDAN