Del 3/06/16 al 5/06/16


HACE 10 AÑOS...


Terrence Howard demostraba en Hustle & Flow que era un actor a tener en cuenta protagonizando al rapero DJay, el cual busca financiación para realizar su sueño: grabar su primer álbum discográfico. Producida por MTV Films, este drama revuelve alrededor del mundo del hip hop, como lo hiciera 8 millas años antes y aunque el filme no conecte demasiado conmigo, reconozco que los fans de este género musical la encontrarán entretenida. Precisamente fue en este apartado donde consiguió nada más y nada menos que el Oscar a mejor canción original, así como la nominación de Howard a mejor actor principal. Hablando del trabajo de dirección de Craig Brewer, personalmente prefiero Black Snake Moan -su mejor obra de lejos- que cuenta con el siempre carismático Samuel L. Jackson y la sensual Christina Ricci que se complementan a las mil maravillas y ayudan a construir una atmósfera a su alrededor de la que se beneficia esta peculiar película blaxploitation. En lo que aquí respecta, Brewer hace un trabajo oficioso sin grandes alardes ni mayor muestra de originalidad, limitándose a contar una historia genérica donde abundan los estereotipos.
Café Society es la última película del incansable genio neoyorquino Woody Allen que, en esta ocasión, utiliza como lienzo el Hollywood de los dorados años 30 y emplea a actores como Steve Carrell, Jesse Eisenberg y Kristen Stewart para recitar sus magníficas líneas. Una vez más, la historia vuelve a cobrar protagonismo por encima de las actuaciones, que nos expone la crueldad del amor y retrata el inconfundible existencialismo del realizador/guionista. En ella encontramos cada una de sus críticas a la religión, la familia y otras facetas de la sociedad. Sin embargo, en esta ocasión, regresa al amor imberbe y novicio y a las estocadas que éste nos depara. La narración arranca con un joven que deja su hogar en Nueva York en busca de fama y qué mejor que Hollywood para alcanzarla. Para ello decide reunirse con su tío, un reputado productor de cine, quien le abrirá las puertas de la Meca del cine y le brindará la oportunidad de entablar amistades así como de encontrar a su amor verdadero. Lástima que a veces, el amor, no nos corresponda.

En esta ocasión he decidido cambiar las tornas y pasar el mal trago al principio, dejando lo positivo para el final y hago esto porque, me duele decir que Café Society comete un fallo garrafal que en mi opinión es el de otorgar buen material a dos actores (Stewart y Eisenberg) que no lo saben ni apreciar ni interpretar con los matices oportunos. Obviamente yo no puedo hacerlo mejor -sino no estaría escribiendo estas líneas- y tampoco digo que estos actores no tengan talento, lo que digo es que para interpretar el exquisito diálogo que Allen escribe, hace falta sintonizar con su forma de ver el cine y la vida. Hace falta cierta sensibilidad de la que Kristen Stewart y Jesse Eisenberg aún carecen -nótese el aún-, ya que su temprana edad juega en su contra. En contraposición tenemos a un Steve Carrell magistral, que imparte una lección a estos dos novicios de la que seguro aprenderán. El actor nominado al Oscar por Foxcatcher hace gala de un rango soberbio interpretando al magnate de Hollywood dividido entre el amor febril y su responsabilidad marital. ¿Qué cuál de las dos vence? Bueno, la respuesta parece clara a juzgar por la trayectoria de Allen pero, no os confiéis, porque Café Society esconde un as en la manga: un sentido deliciosamente maquiavélico que busca enredar la historia y que podría clasificarse de la tragicomedia teatral. Como decía, el dúo protagonista conformado por Eisenberg y Stewart muestran una frustrante falta de emotividad que, junto a su falta de química y lo limitado de sus registros dramáticos, lastran el filme y consiguen lo imposible: aburrir a las piedras. ¡Vaya par de maromos! Eso debió gritar en sus adentros el bueno de Woody, viéndose incapaz de sacar nada mejor a estos dos actores. Por un lado tenemos a Eisenberg, también conocido por ser el actor que repite el mismo papel en todas las películas; antisocial, raro e hipocondríaco. Es decir, una marca blanca de Woody Allen. Por el otro está Stewart, cuyo único trabajo decente fue en Viaje a Sils Maria apoyada por Juliette Binoche, que aquí vuelve a poner esa expresión que está a caballo entre la indiferencia y el asco. Está interpretando a la bella mujer de este triángulo amoroso pero es incapaz de mostrar ni un solo rasgo de empatía, limitándose a recitar sus líneas y quedar expectante, esperando quizás que alguien venga a socorrerla. Entiendo que Allen quisiera apostar por la juventud, ya que la historia se presta a ello, pero teniendo a actores como Oscar Isaac, Domhnall Gleeson, Alicia Vikander, Saoirse Ronan, Rooney Mara o Brie Larson entre otros que morirían por colaborar con él, no comprendo muy bien el por qué de sus elecciones. 


Tras exponer lo negativo, toca deleitarse con lo positivo de Café Society. Empezando por la historia, que me enganchó desde el primer minuto y me entretuvo hasta el final, gracias al inconmensurable talento de Woody como narrador. Hablando de narrador, el propio cineasta interviene en forma de voz en off ocasional, ocupando un papel descriptivo tanto de los personajes como de sus neuras. Un añadido que le viene muy bien al filme, dada su naturaleza sentimental. Probablemente no me equivocaría al decir que ésta es su película más humana desde Match Point (2002) con la que curiosamente guarda ciertas similitudes como la vengativa idea del amor y las consecuencias que éste acarrea en nuestras vidas. Sin llegar a su dramatismo, Allen deja entrever las mismas reflexiones y nos propone de nuevo un debate interesante centrado sobre la difusa línea que separa el deseo del amor verdadero. Podríamos hacer una disertación entera sobre este tema pero, para qué liarse la cabeza con ideas metafísicas cuando el bueno de Woody ya te las sirve en bandeja de plata, para una mejor digestión. También me gustó la amplia paleta de personajes que presenta; desde el exitoso hombre de negocios sumido en una crisis existencial hasta la pobre señora judía chapada a la antigua, malviviendo en un humilde apartamento en el bullicioso Nueva York, pasando por una pareja de jóvenes que embriagados de amor viven ajenos a la realidad que les rodea. Una realidad que golpea duro a nuestro protagonista y que le hace abandonar las ideas románticas propias de la inocencia, que tan firmemente defendía, completando la complicada fase de la vida llamada madurez. El jazz vuelve a hacer acto de presencia y en Café Society más que nunca, por razones obvias. Los dorados años 30 vieron nacer a uno de mis géneros musicales favoritos y como enamorado y músico de jazz, Woody se cerciora de que ocupe el lugar que se merece. 


En definitiva, Café Society es una obra que me dejó un regusto amargo porque algunos de sus fallos tenían fácil corrección y el casting me pareció que estuvo terriblemente desacertado. Desde Roma con amor fue la primera participación de Eisenberg, donde ya desentonó, pero aquí Woody vuelve a entregarle los mandos de su obra y una vez más vuelve a decepcionar. Resulta aún más frustrante porque la obra resulta ampliamente satisfactoria en todo lo demás; la ambientación y el vestuario es sensacional, el metraje es el correcto -aunque no dejo de pensar que algunas subtramas podrían haberse cortado más- y la historia recuerda más a una obra de teatro, por lo cercano que resultan sus situaciones. Por eso, guardo la esperanza de que algún día este guión pueda ser reinterpretado y podamos ver versiones más redondas que ésta. Sin embargo, los adeptos del artista neoyorquino -entre los cuales me encuentro- se alegrarán de ver que su ídolo sigue encandilando al público con sus historias. 

7/10: EL AMOR ES EL OASIS DE LA VIDA

Del 27/05/16 al 29/05/16


HACE 10 AÑOS...



Menuda racha negativa llevamos. Si hace una semana se estrenaba la paupérrima adaptación de El Código Da Vinci, ésta probablemente fuera incluso peor. La tercera parte de la saga X-Men llegaba entre interrogantes ya que su director Bryan Singer había abandonado el barco para dirigir la también pésima Superman Returns y en su lugar colocaron a Brett Ratner, director de clásicos del cine casposo como: El dinero es lo primero, El gran golpe y la trilogía de Hora Punta. Como muchos temían, el bajón de calidad respecto a su predecesora fue antológico. Película que casi enterró el futuro de la franquicia pero que, cinco años más tarde, renacería gracias a la respetable X-Men: Primera Generación.

Ficha técnica


Título
: Nueve reinas

Año: 2000

Duración: 120 min.

País: Argentina

Director: Fabián Bielinsky

Guión: Fabián Bielinsky

Fotografía: Marcelo Camorino

Música: César Lerner

Género: Thriller. Intriga.

Reparto: Ricardo Darín, Gastón Pauls, Leticia Brédice

Sinopsis: Juan y Marcos son dos estafadores de tres al cuarto, uno joven y el otro veterano, que operan en la ciudad de Buenos Aires. Un día, el azar o el destino se topa con ellos y les brinda la oportunidad de hacerse millonarios pero, para ello, tendrán menos de un día para llevar a cabo una operación que no pueden fallar.

Brillante película de culto que proyectó la carrera de uno de los grandes actores del panorama actual, Ricardo Darín. Un thriller enérgico y trepidante que te mantendrá expectante en todo momento, gracias a la química entre sus protagonistas y una historia que no deja de sorprender hasta su desenlace. Bielinsky emplea numerosos trucos y trampas narrativas para jugar constantemente con nuestro ingenio, facturando de esta manera un producto de entretenimiento sublime que lejos de fatigarte, te extasiará.


Dos buenos tipos es una comedia detectivesca realizada por el inclasificable director Shane Black y protagonizada por Russell Crowe y Ryan Gosling. La secuela espiritual de Kiss Kiss Bang Bang -del mismo director- nos retrotrae al Los Ángeles de finales de los 70 y nos presenta una “buddy film” de acción, intriga y mucha, mucha comedia. La historia, que no podría ser de los más estridente y exótica, comienza con el aparente suicidio de la actriz porno Misty Mountains que había saltado a la fama por su voluptuoso cuerpo y sus películas X. Sin embargo, algo esconde la industria ya que lo que parece ser un incidente aislado terminará por convertirse en un embrollo de dimensiones bíblicas. ¿Qué quién lo solucionará? La verdad es que no hay nadie capacitado pero, mientras tanto, lo intentará una pareja de “investigadores” privados poco ortodoxa formada por Holland March (Gosling) y Jackson Healy (Crowe). La pregunta del millón es; ¿pese a su evidente falta de profesionalidad y su incalculable torpeza, podrán resolver el caso de una vez por todas?

Me gustaría arrancar con la sublime ambientación y la vida que le insufla el director al filme. Es ostensible que le guarda mucho respeto y mimo a esta época en especial, en esta ciudad en particular ya que el nivel de detalle está tan cuidado que te transporta automáticamente al ambiente que se respiraba en aquellas calles, garitos y fiestas. Los coches, los looks y los guiños al cine y a la cultura de los 70 son elementos que nutren a Dos buenos tipos de gracia y carisma. Tampoco va mal de localizaciones emblemáticas como la Comedy Store de Hollywood o Burbank y por supuesto como olvidarse de la banda sonora, que tiene presencia durante todo el metraje, protagonizada por artistas como Earth, Wind & Fire, Kool and The Gang, The Temptations o los Bee-Gees. Todos estos pequeños detalles funcionan como un perfecto engranaje para sacar a relucir la nostalgia del público. El guión elaborado por Shane Black con tremendo esmero y meticulosidad durante años es una auténtica joya, no tanto por su historia que quizá pueda resultar algo estereotipada sino por sus situaciones inolvidables e ingeniosos a la par que divertidos diálogos. Tampoco se olvida de darle cierta profundidad a sus personajes, sobretodo al de Ryan Gosling, cuyo arco narrativo fue el más completo de todos. Al término de la cinta, mientras los créditos finales salen y suena el tema “Love and Happiness” de Al Green, no pude evitar esbozar una sonrisa evocando los mismos sentimientos a los cuales el propio Green dedica la canción. Pero, sin lugar a duda, lo que más brilla en esta historia son sus personajes especialmente el carismático dúo protagonista que pasan desde ya a ocupar un espacio entre los grandes. Sin embargo tampoco está exenta de errores y muchos de ellos vienen precisamente por lo ambiguo e impreciso de un guión que en ocasiones divaga mucho. Nada que no pueda pasarse por alto pero que probablemente haga que Dos buenos tipos no sea del gusto de todos. Es una historia tan atrevida que no gustará a los más puritanos pero, en mi opinión, ahí reside su mayor fortaleza. El director y guionista no tuvo reparos a la hora de plasmar su historia en el celuloide, no tuvo que ser políticamente correcto ya que tampoco pretende caer bien a todos. Habrá algunos que no entenderán su humor y habrá otros -entre los que me incluyo- que se lo pasarán en grande. Otro inconveniente que le encuentro es que no me pareció que el humor y el drama o la intriga estuvieran suficientemente balanceados y, aunque hay momentos profundos en la cinta, son tan aislados y están tan fuera de lugar que la balanza termina irremediablemente decantándose por la comedia. Pasando a las actuaciones de unos irreconocibles Crowe y Gosling que han sorprendido a propios y extraños con una relación de colegas, archiconocidos por encarnar a personajes dramáticos. Su tira y afloja, apoyado sobre el trabajo creativo de Shane Black, es perfecto y se agradece mucho en el apesadumbrado panorama cinematográfico actual. Es muy evidente que ambos actores están riéndose de sí mismos y de sus trayectorias profesionales, complementándose a las mil maravillas, como si de un dúo cómico se tratase. Pero, si bien el show les pertenece, hay un tercero en discordia que en ocasiones les hace sombra y no, no estoy hablando de Kim Basinger, cuyo peso en la cinta es prácticamente nulo. Estoy hablando de la hija de Holland March, una chiquilla muy entrometida con un intelecto y un desparpajo superior al de su padre. Entrañable y dulce interpretación de la joven Angourie Rice, la cual además cuenta con suficientes minutos para demostrar el talento que posee. Un nombre que oiremos mucho en el futuro, no me cabe duda. Continúo hablando de otro aspecto esencial como es el estilo de fotografía que, como no podría ser de otra forma, abunda en colores llamativos y está acompañado por unas tomas aéreas de L.A. que hacen su vez de homenaje a las películas de acción de los 80. Por último en el apartado musical, donde el Funk y la música Disco de los 70 cobran mayor peso, he de reconocer que habría preferido que fuera algo más variada y sorprendente. Muchos estarán de acuerdo en que aquella década supuso una revolución musical y pienso que un poco de Jimi Hendrix, Jefferson Airplane, Bob Dylan o incluso Carlos Santana habrían encajado muy bien con el tono desenfadado y psicodélico del filme y habrían aportado mayor diversidad a la que ya de por sí es una gran banda sonora.


Sin duda alguna si tuviera que recomendar una película para estas vacaciones sería Dos buenos tipos, ya que ofrece el paquete completo; originalidad, una historia y unos personajes llenos de carisma, gran música y diversión a raudales en compañía de estos dos detectives “sui generis”. La última obra de Shane Black es tan irreverente y tan maleducada que no puedes evitar implicarte en ella y dejarte llevar por su humor resultará un viaje de lo más placentero. ¿Estáis cansados del género de superhéroes? ¿Añoráis los viejos tiempos, cuando las películas no tenían miedo de arriesgar, de ser diferentes? Pues aquí viene un torbellino dispuesto a agitar la cartelera mundial, a reírse de la formalidad imperante y amenazar a todos los productores conservadores con el regreso de un estilo cuya única norma es ofrecer diversión desenfadada sin necesidad de grandes efectos especiales ni escenarios fastuosos.

8.5/10: HOLLAND-HEALY, UN DÚO HECHO A LA MEDIDA.

Del 20/05/16 al 22/05/16


HACE 10 AÑOS...


Adaptación de la novela best-seller de Dan Brown, El Código Da Vinci cuenta con un director notable como Ron Howard, una premisa intrigante y un reparto de lujo encabezado por Tom Hanks y Audrey Tautou. Sin embargo, ni siquiera tanto talento reunido pudo salvar a esta adaptación del bodrio. Desgraciadamente es una película carente en todos los aspectos; un guión previsible, actuaciones planas e insulsas y un metraje innecesariamente largo. Ni siquiera puedo recomendarla a los fans de las novelas. Es tan insípida y desperdicia tanto su potencial que llega a resultar frustrante. Su secuela, Ángeles y Demonios, tampoco se salva de la quema pero al parecer Tom Hanks, Ron Howard y la productora Imagine no tienen suficiente martirio, ya que este año veremos la tercera -y espero que última- entrega titulada Inferno. Una semana aciaga para el cine.

Del 13/05/16 al 15/05/16


HACE 10 AÑOS...


Patrick Wilson y Ellen Page nos recuerdan que el mayor terror de todos es el que se esconde detrás del ser humano, capaz de hacer cosas que helarían la sangre. Hard Candy (2005) fue el brillante debut como director de David Slade, trayéndonos una historia verdaderamente escalofriante acompañada de una fotografía lúgubre y desesperanzadora y unas actuaciones de lo más siniestras. Definitivamente no es una película que invite al entretenimiento sino más bien al desagrado, lo cual era el objetivo esencial que buscaban. Su inquietante tono me recuerda a Retrato de una obsesión (2002), dirigida por Mark Romanek y protagonizada por el gran Robin Williams. Ambas las recomiendo a los fans de las intrigas más retorcidas. 


HACE 20 AÑOS...


Las películas episódicas nunca fueron santo de mi devoción debido a su desigual ritmo narrativo. De pronto, una historieta te enganchar en la dinámica de la película hasta que luego llega otra que te tienta a apagar el televisor. Foour Rooms es el máximo exponente de esta clase de películas donde cuatro directores, de los cuales conoces la mitad, se encargan de hacer una obra que también queda a medias; tiene buenos momentos, sobretodo cuando Tarantino y Rodriguez están involucrados y luego tiene otros que bueno... no lo son tanto. 
Trumbo es un drama biográfico sobre la vida del novelista, escritor y realizador Dalton Trumbo que formó parte del grupo llamado los “Diez de Hollywood”, un colectivo de artistas envueltos en actividades comunistas en una época en la cuál dicha corriente ideológica fue perseguida y castigada. Jay Roach, director conocido por Los padres de ella y por la trilogía de Austin Powers, asume el papel de llevar a buen puerto una historia compleja y densa que critica duramente un período tan convulso como el macartismo. Bryan Cranston, que pasó a la fama al dar vida a Walter White en Breaking Bad, es el encargado de encarnar a este prolífico autor que fue tristemente repudiado por un sector de la sociedad americana cegada por el miedo. Además de él, podremos ver actores de la talla de Helen Mirren, Diane Lane, Louis C.K. y John Goodman. 

Un relato como éste siempre enriquece y nos ayuda a descubrir episodios de nuestra historia reciente para informarnos más sobre ellos y crecer como individuos. La historia que nos relata Roach es tensa y dramática como pocas que se hayan visto en los últimos años, sobretodo porque esta “caza de brujas” se extendió a nivel nacional imbuyendo a gran parte de la sociedad en la creencia de que pensar distinto, de que exigir cambios, suponía un peligro inminente. Una amenaza que Trumbo, su familia y sus amigos tuvieron que sufrir durante años acosados y marginados por todos, viviendo en un clima de tensión permanente, ni siquiera pudiendo expresarse artísticamente. Quizás fuera esta última parte la que más disgustara a Trumbo, ya que veía como su postura política se entrometía en su carrera profesional e incluso personal, resignado a vivir como un paria durante décadas retumbando por la vida como un encarcelado y exiliado. El director consiguió transmitir exitosamente el telón de fondo, el contexto y la ambientación de aquel Hollywood de los años 50 donde las traiciones y los chivatazos estaban a la orden del día. Alcanzando la madurez como realizador, Roach  sabe equilibrar el ritmo al que fluye la historia sin ir tan acelerado que te pierdas en la narrativa ni tan escalonado que te duermas en la butaca. Una carrera marcada por la comedia, este director norteamericano ha mostrado que sabe tratar con mano diestra intrigas políticas sobretodo en Recuento (2009), telefilme de carácter político protagonizado el mismísimo Kevin Spacey, también conocido como Frank Underwood en House of Cards. Hablando de series, Bryan Cranston disparó su carrera con Breaking Bad y aquí nos brinda su mejor interpretación en la gran pantalla hasta la fecha. Un camaleónico Cranston se mete completamente dentro de la psique de este complejo literato, padre de familia y activista al mismo tiempo. A este personaje no se le podría haber hecho mejor homenaje, una actuación merecedora de Oscar -personalmente, la mejor de 2015-. Todas sus muecas, sus tics y su labia están perfectamente adaptados por Cranston, así como su lado más oscuro y conflictivo manifestándose cuando las cosas se ponían más inseguras para él y para su mujer y sus hijos. No olvidemos que ésta persecución no fue cosa de unos meses ni de un año, sino que se llevo a cabo durante décadas y eso queda muy claro con el uso del maquillaje en el filme. Pequeño paréntesis para hablar del maquillaje que, si bien se aplica muy bien a algunos protagonistas, otros como la mujer de Trumbo no parecen verse afectados por el paso de los años. El guión fue escrito por un desconocido John McNamara, que pasa de esta forma del mundo televisivo a la gran pantalla. Anteriormente, este guionista colaboró en series de escasa relevancia como Aquarius o Lois y Clark: las nuevas aventuras de Superman, pero aquí destapa el verdadero tarro de las esencias con unos diálogos dinámicos y sorprendentemente graciosos e imaginativos sobretodo aquellos en los que conversa Dalton Trumbo. Pero McNamara no se limitó a hacer de él un personaje con labia sino que supo darle verdadero dramatismo cuando la ocasión lo brindaba, incluso criticando al propio Trumbo por alguna de sus conductas hacia su comprometida familia. Supo hacer un biopic interesante y lleno de matices y sutilidad, dos características de las que a menudo carece este género -sí Invictus, te miro a ti-. No hace falta encumbrar a nadie, simplemente retratarlo tal y como es y dejar que la audiencia fundamente una opinión por sí misma. Esta historia respira cine por cada una de sus páginas, convirtiéndola en una verdadera joya para todos los amantes del cine clásico. Por último, algo que siempre me gusta ver fielmente recreado en una película de época es la ambientación y vaya si el equipo artístico y de vestuario lo ha conseguido. Una de las épocas modernas más llamativas, coloridas y elegantes como los años 50 tiene en Trumbo un homenaje a la altura de su grandeza, tanto que en sus dos horas no podía dejar de examinar los diferentes y variados escenarios.


En conclusión, Trumbo es sin lugar a dudas la mejor película en la cartelera española y una de las mejores películas del pasado año 2015, que tristemente recibió una sola nominación en los Oscar por la inconmensurable interpretación de Bryan Cranston -en mi opinión, mejor que la de el ganador DiCaprio-.Jay Roach abandona la comedia para narrarnos una historia tan fascinante como trágica sobre un ejemplo de resistencia en defensa de uno de los derechos fundamentales del Hombre; la libertad de expresión. Dalton Trumbo creía en unos ideales que desgraciadamente iban a contracorriente y por ello lo persiguieron y lo defenestraron, privándolo de ejercer su trabajo, apartándolo de su amada familia, obligado a esconderse como un delincuente de primer orden. Pese a ello, su talento y su energía se sobrepusieron a los imponderables, llegando incluso a ganar dos Oscars y dejando en evidencia a todo el sistema macartista del momento. Una triste realidad que se esconde tras el cartel de Hollywood, un oscuro episodio en la historia de nuestro cine, un relato de cómo unos pocos pudieron propagar su odio a una nación entera y aprovechar su miedo para castigar a todos aquellos que pensaran distinto.


8.5/10: 
“LA DEMOCRACIA NO ES UN TRAJE PARA LUCIR LOS DOMINGOS EN UN DESFILE. LA DEMOCRACIA ES EL TIPO DE VIDA QUE LLEVA UN HOMBRE DECENTE, ALGO POR LO QUE MERECE LA PENA VIVIR Y, LLEGADO EL CASO, MORIR.”- Dalton Trumbo. 
Valoración (de mejor a peor): Gran compra, recomendable, en rebajas y ¡no, gracias!

Nota: aquellas que no tengan valoración, se debe a que no las he visto.


11 de mayo


  • The Assassin. Película de artes marciales taiwanesa protagonizada por la bellísima Shu Qi -conocida por ser la acompañante de Statham en Transporter-, ambientada en China en pleno siglo IX narra la historia de una asesina que se debate internamente entre el amor y el deber. A destacar la excelsa fotografía de Mark Lee así como la dirección de Hou Hsiao-Hsien, veterano realizador chino que extrañamente nunca rompió a la fama en Occidente. Si os gusta el cine de autor oriental que se toma su tiempo en contar una historia y destaca por su cuidado apartado estético os recomiendo echarle un vistazo a su filmografía. The Assassin puede ser una excelente toma de contacto. RECOMENDABLE


13 de mayo


  • La novia. No puedo decir mucho acerca de esta adaptación de la novela de Federico García Lorca, aparte de que recibió elogios de la prensa especializada y de gran parte del público que acudió a verla. Además ganó dos premios Goya; uno por su fotografía y otro por la actuación secundaria de Luisa Gavasa.

  • Macbeth. Tengo una larga lista de películas pendientes y dentro de ésta, en primer lugar, figura esta reinterpretación del clásico de Shakespeare. Una de las novelas más adaptadas en el cine, cuya larga lista de directores - Orson Welles, Polanski y Béla Tarr- se les une ahora el australiano Justin Kurzel. Una película más estética y visual que argumental per sé, que deslumbró en todos sus trailers y que irrumpió con fuerza el años pasado en el festival de Cannes ahora está disponible a la venta privada. Si no la visteis aún, ésta puede ser una gran oportunidad para hacerlo. 


17 de mayo


  • True Detective (T2). Ya deje por escrito mi opinión sobre la segunda temporada de la sensacional True Detective. Aquella historia que nos hipnotizara en 2014, no regresó ni remotamente en 2015 aunque el esfuerzo de su creador, Nic Pizzolatto, fuera encomiable. Aunque se esfuerce por presentarnos nuevos personajes y una trama completamente distinta, en ningún momento consigue capturar la misma esencia y aunque probablemente tampoco lo pretendiera, probablemente esperaba que tuviera un algo más de magnetismo. ¿Quizás fueron las prisas? No lo sé, pero debido a la densidad de los temas que trata, pienso que habría que dejar reposarla un tiempo antes de aventurarse de nuevo en este retorcido universo. ¡NO, GRACIAS!


18 de mayo


  • The End of the Tour. El filme se centra en los cinco días que duró la entrevista entre el reportero de la revista Rolling Stone David Lipsky y el excéntrico literato David Foster Wallace, que tuvo lugar en 1996 tras la publicación de su novela más revolucionaria, "La broma infinita". Aún no la he podido ver desgraciadamente y tampoco me entusiasma demasiado la idea, ya que la protagoniza uno de mis actores menos preferidos: Jesse Eisenberg. De todas formas, la actuación de Jason Segel como Foster Wallace y la historia de este escritor en sí me intriga lo suficiente como para adquirirla en Blu-Ray. Si os gustan los dramas con una narrativa pausada y una historia filosófica y espiritual, The end of the tour puede interesarte. 

  • Green Inferno. La carta de amor de Eli Roth a la película gore por excelencia, Holocausto caníbal, cambia a los reporteros por activistas ecológicos y mantiene la misma casquería indisoluble del retorcido realizador. Es una película para fans del género, todos los demás no la disfrutarán e incluso llegarán a pasar un mal rato en la butaca. Por otra parte, resulta irónico que un grupo de protectores del medio ambiente resulten torturados y engullidos por una tribu de la selva amazónica. En mi opinión, muy lejos de la perturbadora y controvertida obra original del año 1980 de Ruggero Deodato.


20 de mayo


  • Creed. La leyenda de Rocky. Vuelve "Sly", vuelve Rocky Balboa, vuelve la leyenda. Gran regreso del púgil cinematográfico por antonomasia de la mano de Ryan Coogler -director de la infravalorada Fruitvale Station- y co-protagonizada por un Michael B. Jordan que encarna ni más ni menos que al hijo del difunto Apollo Creed, asesinado a manos de Ivan Drago. En esta séptima entrega de la saga, la historia toma un viraje de 180º dejando de lado a Sylvester Stallone para centrarse en el futuro de la franquicia Adonis Creed. Una de las mejores películas de boxeo de las últimas décadas. RECOMENDABLE


25 de mayo


  • Pesadillas. ¿Os acordáis de aquellos libros episódicos que narraban aventuras de pesadilla? Bueno, pues ahora han recopilado todas esas historias en esta obra en clave comedia que tiene un cierto estilo Jumanji y la protagoniza el siempre carismático Jack Black. Entretenida comedia de terror que no termina de pasar de la mediocridad. ¡NO, GRACIAS!


27 de mayo


  • Sherlock: la novia abominable. Por lo que he oído, la serie producida por la BBC y protagonizada por Benedict Cumberbatch y Martin Freeman es muy intrigante y está bien interpretada. Personalmente, no voy corriendo a la tienda a comprar este telefilm pero tampoco sigo la serie de televisión. No obstante, habrá muchos aficionados del famoso detective británico que estará encantado de verla en las tiendas. Si perteneces a este último grupo, la novia abominable es una obra imprescindible. 

  • Sufragistas. Una obra que pasó un tanto desapercibida el año pasado. Cuenta con un reparto excepcional con estrellas femeninas como Meryl Streep, Helena Bonham-Carter y Carey Mulligan. Ambientada en Gran Bretaña en el período previo a la Primera Guerra Mundial, muchos trabajadores sufrían condiciones laborales deplorables y de ahí surgieron los primeros movimientos sociales y sindicales defensores de los derechos civiles. En este clima de crispación, Maud lo arriesgará todo por reivindicar la dignidad de la mujer.


La máquina expendedora de Disney sigue funcionando a plena capacidad y, tras reventar las taquillas mundiales con El libro de la selva, están preparados para volver a hacerlo con la última entrega de El Capitán América: Civil War, que cierra el arco argumental del personaje interpretado por Chris Evans, antes del apoteósico final que supondrán las dos partes de Los Vengadores: Infinity War. Los hermanos Russo, Anthony y Joe, regresan a la dirección tras el taquillazo de El soldado de invierno. La historia revuelve alrededor del enfrentamiento ideológico entre Iron Man y Capitán America, dividiendo a los demás superhéroes, enfrentándolos en un combate fratricida que abrirá muchas heridas y causará daños irreparables.

Unas cuantas colaboraciones en series de éxito como Arrested Developement y algún intento fallido en la gran pantalla -¿os acordáis de Tú, yo y ahora…Dupree?- les sirvieron como credenciales para que Kevin Feige - mandamás del universo fílmico de Marvel- les otorgara las llaves de este dantesco proyecto -que ya agotó a ilustres como Joss Whedon, Kenneth Brannagh y Jon Favreau-. Los hermanos Russo hacen de Civil War una delicia para los ojos; unos efectos especiales insuperables que no cansan a la vista ni emborronan las excelentes coreografías de acción, que marcan un nuevo listón en el género. Gran parte de este éxito es gracias al altísimo nivel de la segunda unidad de dirección, encargada de filmar grandes escenas de acción. En Civil War todas las peleas se sienten épicas, a gran escala, una sensación beligerante única dentro de este universo cinematográfico, porque algo que se le ha achacado a Feige y a Disney es que sus películas no consiguen ser todo lo serias que podrían, que la comedia y la ligereza se apodera de la gran mayoría de los argumentos. Los hermanos Russo tienen muy presentes estas críticas, así como lo superfluo de los superhéroes de Marvel y por ello quieren asegurarse de que esta historia sea lo más madura y adulta posible. Alcanzan el equilibrio deseado para una película del género: entretenimiento con contenido. La historia que McFeely y Markus -guionistas de El soldado de invierno- adaptan del afamado cómic homónimo de Mark Millar es muy meritoria, sobretodo teniendo en cuenta la cantidad de personajes que intervienen con mayor o menor peso en la cinta.  Civil War está tan poblada que muchos la califican como Los Vengadores 2.5, y aunque la campaña publicitaria tienda a hacernos creer eso e incluso por momentos lo aparente, los guionistas logran mantener el foco sobre la trama que nos concierne, recordándonos que ésta no es únicamente un medio para hacer explotar cosas e impresionar al público. Sin embargo, hubo ocasiones en las que tanta narrativa me sacaba de la excelente acción y me causaban cierto sopor. Su encomiable intento de hacernos vislumbrar atisbos de remordimiento en la psique de estos titanes no termina de convencerme, quizá porque nunca experimentaron tales sentimientos. No obstante, agradezco que se esmeren tanto por ofrecernos una toma fresca y original y solo espero que este dúo pueda continuar con este estilo argumental en obras subsiguientes. Mi mayor inconveniente no llega por su enrevesada historia ni por su prolongado metraje, sino por sus actuaciones. De acuerdo que una película de acción no suele resaltar por sus interpretaciones pero Civil War es tanto una de acción como un thriller y ahí sí que deben exigirse mejores actuaciones que las vistas. Salvo Downey Jr., Chadwick Boseman y Tom Holland, la mayoría de intérpretes no muestran demasiada expresividad pese a los dramáticos acontecimientos que suceden. Se me hizo demasiado repetitiva, faltaba alguien que insuflara de vida a la cinta mostrando un poco más de variedad en sus registros. Johansson, Evans, Stan y Bettany están hieráticos casi impedidos a mostrar algo de emoción, siempre con el ceño fruncido y la misma cara de circunstancia. Hablando de rigidez, Daniel Brühl no está a la altura en su encarnación del villano Barón Zemo, pasando sin pena ni gloria por todas de las escenas, indolente e intrascendente personaje cuyo peso en la cinta es meramente utilitario.


En definitiva, Capitán América es toda una experiencia cinematográfica digna de verse en la gran pantalla. Cierto es que tiene algunos problemas pero, ¿acaso no los tenemos todos? La película protagonizada por superhombres más humana vista en años no está carente de defectos, entre los que cuento una duración excesiva -dos horas y media de metraje sigue pareciéndome una barbaridad en una obra de estas características- y unas actuaciones mediocres que no respetan debidamente el inmenso esfuerzo de los guionistas y de los directores por conferir algo de empaque y contexto a esta historia de intriga y suspense con grandes dosis de acción sin parangón. A todos los que os defraudara Batman v Superman, entre los cuales me cuento, Civil War calmará vuestra frustración ya que cuenta una historia similar infinitamente mejor confeccionada. No obstante, os advierto que Civil War es la culminación de muchos de los acontecimientos acaecidos en películas previas. Si no habéis visto ninguna de Capitán América puede que os sintáis perdidos así que, de alguna manera, ésta excluye a aquellos que no hayan prestado atención a este universo fílmico.

7/10: ¿LIBERTAD O SUPERVISIÓN?

Ficha técnica


Título
: The Long Goodbye

Año: 1973

Duración: 110 min.

País: EE.UU.

Director: Robert Altman

Guión: Leigh Brackett (Novela: Raymond Chandler)

Fotografía: Vilmos Zsigmond

Música: John Williams

Reparto: Elliott Gould, Sterling Hayden.

Género: Intriga. Neo-noir. Crimen

Sinopsis: Philip Marlowe es un detective privado que vive en un ático con su caprichoso gato. Los negocios no van bien para Marlowe y la cosa no tiene pinta de mejorar cuando su buen amigo -y misterioso personaje- Terry Lennox le pide ayuda para salir del país hacia Méjico. De regreso, Marlowe se verá envuelto en una trama de asesinatos, infidelidades y oscuros pasados que le exigirán su máximo desempeño -que no es mucho-.

Una película astuta e intrigante hasta su mismo desenlace, con un guión que divaga en múltiples ocasiones pero siempre termina dando con una respuesta. Podría decirse lo mismo del personaje protagonista, interpretado por Elliott Gould, cuyo carácter algo disperso y despreocupado no impide que sea un as en lo que hace: meter su nariz en los trapos sucios de los demás. Grandiosa canción compuesta por John Williams y entonada por Jack Sheldon, que suena en diversas variantes a lo largo del filme. Adaptación de una novela de Raymond Chandler, muchos critican Un largo adiós por no estar a la altura del libro pero yo creo que tiene el sello distintivo de calidad de su director Robert Altman. Te gustará más o menos pero no te dejará indiferente.

Del 6/05/16 al 8/05/16


HACE 10 AÑOS...


Un franco, 14 pesetas cuenta una historia bonita, entrañable y a la vez tan voraz como la vida misma. Una historia que encapsula a nuestra sociedad, tanto en lo bueno como en lo malo y que cuenta con una sólida actuación de Carlos Iglesias, el cual también desempeña las labores de director. Su ópera prima es en cierto modo un drama autobiográfico ambientado en los difíciles años 60 donde el creciente desarrollo industrial provoca reajustes y acarrea un gran número de despidos. Martín es uno de ellos. Padre de familia con mujer y un hijo de cinco años, Martín se ve obligado a emigrar en busca de un futuro mejor y elige Suiza como destino. El pequeño país helvético buscaba mano de obra y, por suerte para ellos, muchos españoles, italianos y portugueses estaban dispuestos a trabajar. La promesa de una vida mejor, más apacible y con mayor futuro para sus hijos se materializó en este caso. La cuestión es, ¿qué decisión debes tomar cuándo el sentido de pertenencia se ha difuminado y ya dejaste de sentir tuyo el país que te vio nacer, cuando la barrera que os separa es infranqueable, cómo debes responder?


Misión Imposible III fue dirigida por J.J. Abrams que, tras el exitazo que supuso su serie Perdidos y Alias, obtuvo aquí la oportunidad de lucir sus habilidades en la gran pantalla. Y qué mejor manera de debutar que con la franquicia de acción protagonizada por el espía Ethan Hunt. En esta entrega, Tom Cruise se enfrenta al villano más carismático de toda la saga protagonizado por el gran Phillip Seymour Hoffman. A título personal, esta tercera parte tuvo de lejos la mejor historia de las cinco. Una mezcla explosiva que cuenta con incontables gadgets, una historia dinámica y novedosa y, por supuesto, Ethan Hunt alcanzando lo inalcanzable una vez más.