HACE 20 AÑOS...




En mi opinión, los últimos estertores del cine de comedia ocurrieron con la entrada del nuevo milenio. Lejos de ser repentino, el paulatino bajón de calidad y sobretodo de atrevimiento provocó  un desinterés progresivo por parte de la audiencia hasta el punto de que, hoy día, las carcajadas se encuentran en peligro de extinción dentro de una sala de cine. Cierto es que actores como Adam Sandler, Ben Stiller o Steve Carell entre otros, ayudaron a mantener el género con vida hasta el final de la primera década de este siglo pero otros reyes de la comedia, como Eddie Murphy o Jim Carrey, se han esfumado; incluso Sandler y cía. han abandonado el género que les proyectó a la fama, por películas de corte más dramático como The Meyerowitz Stories o Foxcatcher. Es por eso que títulos como Algo pasa con Mary cobran aún más relevancia. Porque las comedias puras han caído en desgracia y en su lugar han de vivir de prestado con otros géneros como el de acción –véase Deadpool, por ejemplo–. Dirigida por los hermanos Farrelly, que por aquella época andaban en su mejor estado de forma, Algo pasa con Mary es una desternillante comedia americana protagonizada por Cameron Diaz y Ben Stiller. En apariencia, la historia pertenece al subgénero de lo romántico pero la verdadera magia es el toque ácido y retorcido que los Farrelly le añaden. En esencia es una vuelta de tuerca del cine romántico de entonces, pero no es una que parasite a las otras ni utilice su éxito para ganar unos millones en taquilla. Los hermanos Farrelly, que acababan de firmar Dos tontos muy tontos, se superaron y crearon la que para mí es su mejor obra –seguida de Yo, yo mismo e Irene que también tiene momentos inolvidables–. Una película irreverente, sin tabúes ni tapujos, cuyo único objetivo es hacernos reír durante unas horas con las disparatadas y tronchantes desventuras que atraviesan nuestros protagonistas. 





¿Qué pensaríais si os dijera que existe una película donde Woody Allen y Sylvester Stallone trabajan juntos? Pues me diríais que eso es imposible y técnicamente tendríais razón...si descontamos las películas de animación. Sino, Antz –traducida ingeniosamente al español como Hormigaz– valdría como respuesta; así que ya sabéis qué responder si os salta esta pregunta en una sesión de trivia. Quién iba a imaginarse a Woody Allen convertido en hormiga, cambiando las calles de Nueva York por los túneles de un hormiguero. La verdad es que la película no fue un gran éxito: ahí donde la veis, su coste de producción fue de $107 millones de dólares –nada mal para unas pequeñas hormiguitas– y recaudó alrededor de $170 millones. Lo curioso es que aquel mismo año, Disney también estrenó una película que giraba alrededor de la vida de los insectos, titulada Bichos, que llegó a recaudar más del doble que Antz.  Lo cierto es que ambas son muy entretenidas y supieron trasladar de forma convincente y amena la vida de un insecto. Además cabe añadir que, para los veinte años que tienen, ambas lucen excelente y en mi opinión no han envejecido nada. Una excelente oportunidad para reunirse en familia e iniciar a los más pequeños de la casa en el noble arte del cine. 


Y a vosotros, ¿cuál os gusta más? ¿Visteis alguna en el cine? Dejadme vuestras respuestas aquí abajo, en los comentarios. Hasta otra, pasadlo bien y disfrutad del cine. ¡Saludos!