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Villeneuve es un director prometedor, uno de los mejores en mi opinión, dentro del género de thriller psicológico. Con la oscura y demente “Prisoners” ya hizo gala de un gran repertorio cinematográfico pero con esta obra amplía sus técnicas. Está rodada de forma en que la mística, la intriga y el agobio se sienten como personajes más de la historia, cuenta con primeros planos del protagonista que, con el rostro a menudo ensombrecido, cavila. Los escenarios dan verdadero pavor, los gestos de los personajes son tensos y constreñidos y la lente sepia ayuda a “ensuciar” más la imagen, dando una sensación de noir inequívoca. La música es adecuada, manteniendo un sonido constante de fondo, una banda sonora que transmite lo que ves en la pantalla: la hipnosis conjuntada con el puro terror. El guión, basado en una novela del portugués Jose Saramago, es el apartado más complejo desde un punto de vista técnico, ya que el guionista tiene la ardua -casi imposible- tarea de llevar esta historia psicológica a la pantalla y adaptarla de tal forma que sin resultar demasiado abstracta tampoco caiga en la complacencia. Aquí es donde tengo mis dudas. Dudo que esta novela fuera adaptable al cine, entiendo que la idea sea original y novedosa, pero quizás el refrán “una imagen vale más que mil palabras” aquí no logre su efecto y resulte a menudo un fatigoso ejercicio mental intentar descifrar el mensaje oculto que da sentido a la cinta. Las actuaciones son correctas sin más, llevando todo el peso interpretativo -como es lógico- el absoluto protagonista Jake Gyllenhaal, que nos brinda una de sus interpretaciones más cerebrales de su carrera. Aquí logra un equilibrio entre la cordura y la locura sin resultar ni demasiado plano ni sobre actuado -a diferencia de Nightcrawler-. Su duración de noventa minutos da en el clavo, la labor de montaje y edición del filme es sobresaliente, ya que esta cinta trata una temática que suele tender a divagar e irse por las ramas con soliloquios existenciales interminables y cantidad de escenas que solo tienen sentido dentro de la mente del creador.
En definitiva “Enemy” es una película recomendable, un reto mental para el espectador, una historia que busca imbuirte en su mundo y lo logra -si realmente te atrae lo suficiente- satisfactoriamente. No es una película para disfrutar, sino más bien para saber sufrir y comprender su loco planteamiento, el cual desafía constantemente tu capacidad intelectual, en un pulso mental que difícilmente podrás ganar en el primer visionado, ya que te dejará confuso y probablemente con la sensación de que te han timado. Estamos hablando de una película muy subjetiva, es decir, dada a interpretación personal porque no tiene un camino marcado, no encierra una única respuesta. Si te gusta un buen thriller psicológico con giros dramáticos en la historia “Enemy” no te decepcionará.
6.3/10: LABERINTO CINEMATOGRÁFICO