True Detective es una serie -o película episódica- creada por Nic Pizzolatto, dirigida por Cary Fukunaga y protagonizada por el binomio Harrelson-McConaughey. La historia, dividida en ocho episodios, se centra en la investigación de un asesinato de tintes satánicos en la siniestra Louisiana. Este es el punto de partida en la búsqueda de un asesino implacable, misterioso y perturbado, secundado por toda una red de maldad y ocultismo que resulta escalofriante y cuyas macabras acciones calarán profundamente en las almas y mentes de ambos detectives, desmoronando sus vidas y la de aquellos que les rodean, absorbiendo todas sus energías hasta llevarlos a la extenuación y la desesperación ante un caso de dimensiones monstruosas, un entramado de perversidad malsano ante el cual tanto ellos como nosotros sufriremos.
Empezando por la dirección, Fukunaga recrea la atmósfera lúgubre y escabrosa de la serie a la perfección. Esa suciedad y oscuridad envuelve a los personajes, las localizaciones, las conversaciones, etc. logrando la sensación de que algo terrible está maquinándose en algún lugar de la pantanosa Louisiana. La fotografía hace genial su trabajo capturando esos pantanos, bosques y pueblos, colocando al espectador en un estado de alarma continuo. El guión, basado en una historia verídica, está pulido hasta la perfección consiguiendo la ardua tarea de trascender la pantalla dejando frases y diálogos memorables. Cada uno de los personajes está meticulosamente diseñado, remarcando uno en concreto: Rust Cohle. Este hombre sostiene la gran mayoría de la serie con esa personalidad magnética, hipnótica y nihilista que encaja a la perfección en el mundo oscuro y pesimista de “True Detective”. A parte de sus aportaciones filosóficas, la serie mantiene también un gran pulso narrativo consiguiendo que cada uno de los episodios mantenga la historia dinámica y atractiva y la tensión vaya siempre in crescendo. La música, dirigida por el mismo que orquestó la reciente cinta de los hermanos Coen “A propósito de Llewyn Davis” es una delicia, muy variada y acompasada a cada momento preciso de la serie. Un ejemplo claro de ello es el “opening” donde la belleza de las imágenes acompañan a una soberbia canción. Las actuaciones, tanto de Harrelson -en su papel de padre de familia descarriado y borracho- como de McConaughey que lleva, en mi opinión, la voz cantante con su impertérrita a la par que demoledora actuación, se salen de la escala. Los actores secundarios también cumplen sobradamente con su papel, desde Maggie (Monaghan), la desgraciada esposa de Harrelson, hasta el demente y psicópata “Rey Amarillo”.
En conclusión, “True Detective” es una serie mayúscula, con unas interpretaciones inolvidables, una historia psicológica e intrigante que aúna lo mejor de “Se7en” de Fincher, “Psicósis” de Hitchcock o “El extraño” de Orson Welles, marcando su propia seña de identidad. No hay ni un solo borrón, nada que reprocharle a Nic Pizzolatto ni a su equipo que han dejado el pabellón muy alto para la siguiente temporada. En definitiva, imprescindible obra maestra que trasciende la brillante investigación policial para describirnos la eterna lucha entre el bien y el mal, ahondando en la psique del ser humano -analizando algunas de las diferentes personalidades y filosofías de vida que abundan en la sociedad moderna americana- y los sacrificios que algunos eligen hacer -pese a auto-lesionarse mental y físicamente por ello- en aras de mantener a la oscuridad a raya, actuando de paladines que, forzados, deben cruzar esa línea enemiga y, asomarse a un mundo vil, descarnado e inimaginablemente cruel para lograr con éxito su cometido.
10/10: IMPRESCINDIBLE
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