El género de superhéroes ha alcanzado un punto
de madurez impensable a principios de la década de los 2010. En sus
inicios, la mayoría de producciones estaban cortadas por un mismo patrón: nos
presentaban a un protagonista, el héroe de turno, que tendría que lidiar con
una serie de obstáculos personales a la vez que salvaba al mundo de una amenaza
física. Era la típica historia del bien contra el mal que lleva narrándose desde
los albores del cine y que sigue funcionando a las mil maravillas. Unos años más
tarde, justo a punto de entrar en una nueva década, esa idea del cine de superhéroes
como forma de entretenimiento ha dado paso a otras formas de entender el género.
De esta forma nacieron exitazos como Deadpool, Logan o Joker. Inspiradas por otras
precursoras como Blade (1998), El caballero oscuro (2008), Watchmen (2009) o
Kick Ass (2010), este acercamiento al mito del superhéroe golpea ahora más
fuerte que nunca: la serie original de Amazon, The Boys, rompe en escena para
trasladar este fenómeno a la pequeña pantalla. Basada en el cómic homónimo de
Garth Ennis y Darick Robertson, la serie narra las desventuras de un excéntrico
grupo de inadaptados que busca vengarse de los superhéroes. Sí, como lo habéis
oído. Sin embargo, en The Boys nada es lo que parece: la línea entre el bien y el
mal ya no está claramente definida, sino que está muy borrosa, tanto que resulta
imperceptible. Protagonizada, entre otros, por Karl Urban y Elisabeth Shue, The
Boys engancha al espectador con ocho episodios llenos de diversión gamberra, personajes
variopintos y situaciones de lo más surrealistas. ¿Os interesa?
Había oído grandes cosas de esta serie pero hay
tantas buenas producciones estrenándose ahora mismo en televisión, que The Boys
corría el riesgo de acabar en el olvido. Ninguno de los intérpretes es
especialmente conocido y eso podía echar atrás a una audiencia mal acostumbrada
a ver nombres como el de Bryan Cranston, Nicole Kidman o Henry Cavill aparecer
en los créditos de sus series favoritas. Aún así, The Boys compensa esta “falta
de estrellas” con una propuesta tan interesante como atrevida: Los Siete son
una especie de Liga de la Justicia que ayuda a salvar al mundo de las garras de
los malos…o eso creemos, porque en realidad estos “héroes” cometen las mismas atrocidades
que aquellos contra los que dicen luchar. En este universo de ídolos caídos y
falsos profetas, poco sitio queda para las heroicidades. De buenas a primeras, la
serie puede parecer demasiado cáustica y cínica pero es mucho más que eso. La
historia, adaptada del cómic –que, dicho sea de paso, desconocía por completo–,
es mordaz y malhablada, tiene un humor muy negro que en ocasiones puede llegar
a incomodar, pero si conectas con él verás que es endiabladamente divertido. Todo
eso lo consigue gracias en parte a un guion que subvierte nuestras expectativas
y juega con ellas a lo largo de la temporada, ofreciéndonos giros de guion brutales
y escenas que se quedarán grabadas en nuestra retina mucho después de acabada
la serie. La mayoría de personajes tienen un por qué, un significado y un propósito
para estar ahí. No son meros espectadores pasivos y es que en ocasiones, sus
tramas secundarias resultarán más intrigantes que la principal. The Boys trata
de ser al género de superhéroes lo que el Joker es a la ciudad de Gotham: un
factor sorpresa y juguetón que no le importa quien caiga con tal de dejarnos a todos
boquiabiertos.
Las actuaciones son sorprendentemente buenas y
digo esto no porque dude de actores contrastados como Elisabeth Shue o Karl Urban,
que están a la altura de lo que se espera de ellos, sino porque el resto del
elenco protagonista era toda una incógnita para mí. Pero tranquilos, que esto
no os de miedo, no penséis que por ser actores desconocidos van a hacer un mal
trabajo, porque nada más lejos de la realidad. El grupo liderado por Karl Urban
se compenetra muy bien, sus idas y venidas, tira y aflojas son tremendamente
dinámicos y divertidos pero, además de eso, cada uno de los actores logra darle
a su personaje las dosis necesarias de personalidad y carisma. De entre ellos
destacaría a Frenchie, un ratero francés interpretado a las mil maravillas por
Tomer Capon y a A-Tren, el hombre más rápido del mundo y uno de los integrantes
de Los Siete, al que da vida Jessie T. Usher. Por otra parte, los que menos me
convencieron fueron Laz Alonso (Leche Materna) y Jennifer Esposito (Susan
Raynor), dos actores que aún sin hacer un mal trabajo, no consiguen brillar en buena
parte por culpa del guion. En la segunda temporada, cuyo estreno está previsto para
verano de 2020, deberían hacer más hincapié en estos dos personajes, sobretodo
en el de Alonso, que me pareció muy desaprovechado.
El ritmo se mantiene constante a lo largo de
los ocho episodios y conforme llega el final, uno no puede evitar querer que la
temporada se extienda unos capítulos más. La tarea de dirección y construcción de
este loco universo resulta totalmente coherente y convincente –en ocasiones
quizá demasiado–, lo cual contribuye a dar esa sensación de inmersión al espectador.
Los Siete son una especie de Vengadores televisivos, pero son igual o más
interesantes que estos últimos. La dirección y los valores de producción subyacentes
están muy logrados y nunca te sacan de la experiencia. Se nota que Amazon está
apostando fuerte por sus series: para que os hagáis una idea, otra de sus
producciones titulada “El hombre en el castillo” –adaptación de la novela distópica
de Philip K. Dick– costó $180 millones de dólares y a esta hay que sumarle
otras como Castle Rock, Too Old to Die Young o Jack Ryan que tampoco se quedan
cortas. Desde luego, el gigante del comercio digital no se lo está tomando a
broma.
En definitiva, The Boys puede llegar a ser
aspirante a serie del año junto a otros títulos como Chernobyl o Mindhunter.
Ofrece entretenimiento a raudales, cuenta con una premisa fascinante que desarrolla
de forma ingeniosa, dándole un nuevo giro de tuerca al género de moda. Todo
ello apoyado en un reparto comprometido con la historia y con sus respectivos personajes.
Como puntos negativos resaltaría algunas subtramas que se quedan a medias o directamente
se abandonan, desperdiciando a personajes que podrían haber dado más de si.
Aparte de eso, en ocasiones da la sensación de que la trama principal, véase vengarse
de Los Siete y de la corporación que maneja los hilos, lleva más peso del que debería.
Como decía, esto va en detrimento de ciertos personajes cuya personalidad se
esquematiza demasiado. Con sus pros y sus contras, el balance de esta serie es
sumamente positivo y lo más importante, invita al optimismo de cara al futuro.
¿Os vais a perder The Boys?
8/10: SUPERHEROES INFRAHUMANOS.
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