Una mirada al pasado


HACE 10 AÑOS...


Durante años, Simon Pegg y Nick Frost fueron estrellas de la comedia y ahora, mirando con retrospectiva y cierta nostalgia, los reconozco como uno de los mejores duos cómicos que haya tenido el placer de ver en las últimas décadas. Pegg y Frost tuvieron su máximo esplendor en la llamada trilogía del Cornetto, compuesta por la divertidísima Zombies Party, Arma fatal y Bienvenidos al fin del mundo. Mientras el realizador y guionista Edgar Wright movía los hilos en el backstage, ellos brillaban frente a la cámara y juntos, los tres formaban un tándem inolvidable. He de admitir que fueron de más a menos, irrumpiendo con fuerza y diluyéndose con el tiempo hasta su tercera y en mi opinión más floja colaboración, donde ya se les vio más cansados. Mi favorita siempre será Zombies Party, por la frescura de su propuesta y por parodiar un género como el zombi que, por aquel entonces, estaba en su máximo apogeo. Sin embargo, la cinta que nos atañe no es esa sino Arma fatal, una buddy movie que cuenta la historia de Nicholas Angel, un policía fanfarrón de Londres que es destinado a un tranquilo pueblo de la campiña británica donde nunca pasa nada...o eso cree él. Ayudado por su nuevo compañero, Met Sergeant, Nicholas Angel tendrá que desentrañar los secretos que esconde esta pequeña comunidad rural. Arma fatal mezcla el mejor humor británico y la parodia de géneros para crear un producto original y divertido, que sorprenderá a propios y extraños; por su parte, Edgar Wright dosifica la comedia y los guiños con maestría, no se olvida de construir una historia intrigante y ello le confiere personalidad propia a la película. Arma fatal no es una colección de gags ni sketches, es una película con mayúsculas y si no la has visto te estás perdiendo una auténtica delicatessen pop. Como un Cornetto.



P.D. Quería aprovechar esta oportunidad para disculparme. Sé que he estado mucho tiempo ausente y creedme cuando os digo que soy el primero al que le duele la falta de artículos que ha sufrido el blog últimamente. Como ya es sabido, yo no vivo de esto -¡ya me gustaría!- y por eso, al igual que ocurre con cualquier otro hobby, éste pasa a un segundo plano cuando la vida llama a tu puerta. En esta ocasión no sólo fue eso, sino que yo también quise tomarme un respiro de tantos años escribiendo. No sé cuando volveré a publicar con la frecuencia que lo hacía antes, lo que sí sé es que lo seguiré haciendo mientras tenga ganas y energía. A todos a los que os gusta el contenido, gracias por estar ahí apoyando todo este tiempo; vuestras palabras de aliento me llegan y ayudan mucho al blog. Con esto me despido hasta el próximo artículo; mientras tanto, seguid disfrutando de nuestra pasión, el cine. ¡Saludos!

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