Los 50 actores más importantes de la historia - Del 6 al 4

¿Qué os pareció el artículo anterior? ¿A quién hubieseis cambiado de posición o incluso sacado del Top 10? Me interesa mucho conocer vuestra opinión y os invito siempre a compartirla con el resto para enriquecer el debate y hacer de esta una experiencia aún más interesante. Sin más, ¡veamos quién ocupa la cuarta, quinta y sexta posición!

6 – JACK LEMMON


Este hombre fue un genio de la interpretación. Un auténtico todoterreno que encajaba en cualquier género y siempre lo bordaba. Jack Lemmon dominó un arte tan difícil como la comedia y dominó el escenario durante décadas, pero es que luego también brilló en papeles de gran dramatismo y en thriller notables como El síndrome de China junto a una sólida Jane Fonda. Mantuvo su calidad interpretativa desde que iniciase su carrera en los años 50 hasta su última gran película, Glengarry Glen Ross, donde hace un papel clave para entender el subtexto que tan acertadamente escribe entre líneas el gran David Mamet.


La habilidad para hacernos reír, para encariñarnos con un personaje hasta el punto de considerarlo un buen amigo, es una cualidad escasa entre los actores, principalmente porque es realmente difícil de adquirir. Al habitual carisma de muchas estrellas de esta lista, hay que añadirle también una capacidad innata que lleve al intérprete a fundirse con su personaje. Jack Lemmon tenía un desparpajo y una vis cómica como muy pocos han tenido –o nadie–, pero además tenía una fuerza en pantalla apabullante. Días de vino y rosas tiene para mi gusto uno de los dúos actorales más absorbentes y trágicos de la historia del cine y en ella, Jack Lemmon hace un papel para la eternidad. Su escena en el invernadero se queda grabada en la memoria de todo el que la ve: emociona tanto que llega a dolerte, creándote un nudo en la garganta mientras ves la lenta autodestrucción del personaje. Tanto Remick como él están soberbios, pero es que Lemmon no destacó solo junto a esta actriz, sino junto a todos con los que tuvo el placer de trabajar. Él tenía una capacidad inusitada para crear sinergias con su compañero/a de reparto: Tony Curtis, la mencionada Lee Remick, Shirley MacLaine, Kim Novak, Marcello Mastroianni y por supuesto, su mítico compañero de fatigas, Walter Matthau, grandísimo actor que encontró en Lemmon el mejor acompañante para arrasar en la comedia.

Con faldas y a lo loco, El apartamento, Días de vino y rosas, Irma la dulce, En bandeja de plata, La extraña pareja, Primera plana, Missing…su filmografía es absolutamente legendaria, contando con las mejores comedias y dramas que haya visto el cine. Muchos me diréis que como se me ocurre colocarle por encima de Daniel Day-Lewis o Humphrey Bogart; quizá tengáis razón, pero nadie me hizo reír y llorar, a veces en la misma película, como lo hizo él. Por su naturalidad, su don tanto para la comedia física como conversacional, su facilidad a la hora de compenetrarse con su coprotagonista y un registro interpretativo amplísimo que lograba conmoverte y hacerte gracia en un cambio de escena, Jack Lemmon merece entrar en esta lista.

5 – SPENCER TRACY


Spencer Tracy arranca su carrera en el teatro, años después de alistarse en La Marina, donde se labra una increíble reputación que lo convierte en uno de los intérpretes más prometedores de Broadway. En 1930, John Ford se fija en él, ofreciéndole su primer papel protagonista en Hollywood, apareciendo junto a otro actor incipiente de nombre Humphrey Bogart.

Sus primeros años en la meca del cine, trabajando para la Fox, no serían del todo exitosos. Ello le llevaría a cambiar de productora, yéndose a la MGM en 1935, donde explotó realmente su talento. Bajo el sello de la Metro, Tracy lograría múltiples nominaciones al Oscar y dos estatuillas consecutivas en 1938 y 1939, convirtiéndose en el primer intérprete en lograr semejante hazaña. Pero más allá de premios y galardones varios, Spencer Tracy fue un actor que derrochaba talento y naturalidad en la pantalla. Hacía que actuar pareciese fácil y asequible, cuando la realidad era la contraria.


Además, Tracy pasó por muchos géneros y directores distintos: drama, thriller, aventura, terror –no olvidemos que encarnó al Dr. Jekyll en la adaptación de 1941–, comedia, etc. Tenía una gran versatilidad y magnetismo que lo hacían siempre creíble en sus personajes. No en vano, trabajó con prácticamente todos los grandes realizadores de su época: Victor Fleming, Fritz Lang, King Vidor, George Stevens…la lista es interminable y apabullante al mismo tiempo. Resulta difícil de creer que un actor en su trayectoria pudiese llegar a trabajar con todos los grandes, pero así fue. No solo eso, sino que siempre rendía a un altísimo nivel, tanto en sus inicios como en el ocaso de su vida profesional. Fíjense que aún en los años 60, cuando él llevaba ya treinta años de carrera, protagonizó películas inolvidables como El juicio de Nuremberg, El mundo está loco, loco, loco y su último papel en el extraordinario drama social Adivina quien viene esta noche, donde se marcó una interpretación magistral haciendo del suegro de un imponente Sidney Poitier.

Os lanzo una pregunta: ¿creéis que el dúo romántico formado por Katharine Hepburn y Spencer Tracy es el mejor de todos los tiempos? Yo no tengo dudas: evidentemente, sí. Si antes hablaba de su figura de manera individual, no podría acabar esta breve descripción sin rendirme a la dupla que formaba junto a la extraordinaria Katharine Hepburn. Una pareja de cine como jamás se ha visto.

4 – ROBERT DE NIRO


Él es Travis Bickle, Jake LaMotta, Al Capone, Rupert Pupkin…Robert De Niro vive dentro de sus personajes, los asimila y los hace suyos. Uno de los actores más influyentes e importantes tras la edad de oro de Hollywood y un verdadero titán de la interpretación. Viéndole a largo de su amplísima trayectoria, uno no deja de preguntarse cómo lo hizo para mantener esa intensidad y ese buen hacer durante tantas y tantas décadas.

Nacido en Manhattan, Nueva York en agosto de 1943, Robert De Niro creció rodeado de arte. Sus padres, Virginia y Robert De Niro Sr. eran artistas –él fue un reconocido pintor a quien HBO le dedicó un documental en 2013 titulado, “Remembering the Artist: Robert De Niro Sr.”– y enseguida descubrió su pasión por la actuación, ingresando en el conservatorio de Stella Adler y en el legendario Actors Studio de Lee Strasberg. Años más tarde, él y Martin Scorsese –ambos de la misma generación y nacido en la misma ciudad, igual que otro ilustre como Al Pacino– trabajarían junto en Malas calles, película independiente que contaba con otro gran actor como Harvey Keitel para retratar a las mil maravillas la atmósfera y la delincuencia juvenil de Nueva York. Así comenzaba a fraguarse una colaboración que nos daría obras maestras del cine moderno como Taxi Driver o Toro salvaje.


Seguro que todos los que me estáis leyendo habéis visto al menos una película suya y es que su filmografía es tan extensa que resulta fácil perderse. A los títulos ya mencionados hay que añadirle El cazador, Érase una vez en América, Novecento, El padrino II, La misión, Los intocables de Elliott Ness, Despertares, el remake de El cabo del miedo, Heat, Casino…¿estáis tan asombrados como yo? Pues este solo es un extracto de todos los grandiosos filmes que protagonizó siempre con gran presencia y con su particular seña de identidad que lo hacían inconfundible. Su carrera abarca desde los años setenta hasta el presente, habiendo estrenado El irlandés hace tan solo unos meses, donde da vida a Frank Sheeran y nos deleita nuevamente con una muy notable interpretación, más sentida y llena de emociones de lo esperado.

Ganador de dos Oscar y nominado en ocho ocasiones, este legendario intérprete y realizador italoamericano pasará a los anales de la historia como uno de los más grandes, merecedor incluso de ocupar el trono al mejor actor de toda la historia.

1 comentario:

  1. Espectacular compañero,como de costumbre...ah y si son la mejor pareja 👏

    ResponderEliminar