Los 50 actores más importantes de la historia - Del 10 al 7

Chicos, chicas, amigos lectores de Universo Lumière, por fin entramos en el territorio de los diez actores más ilustres que ha dado nunca el séptimo arte. Si en el artículo anterior, donde hablamos de Marcello Mastroianni o Paul Muni, ya estábamos pisando terreno sagrado para todo buen creyente del cine, ahora ya hay que presignarse. Sin más dilación, ¡vamos allá!

10 – HUMPHREY BOGART

Hay que tener mucho coraje, agallas y un don innato para la interpretación como el que tenía el bueno de Bogart, para desafiar a todo el “star system” y convertirse contra todo pronóstico en una estrella por derecho propio. La carrera de Humphrey Bogart jamás debió ocurrir… ¿por qué lo digo? Bueno, desde luego no porque le faltase calidad, sino porque le faltaba el “look”. Imaginaos la escena: Hollywood en los años 30, por sus calles se pasean ilustres como Errol Flynn, Cary Grant o Clark Gable y de repente estos se cruzan con un tipo bajito, feucho y enclenque llamado Humphrey Bogart. Los grandes productores de la época debieron mearse de la risa cuando lo vieron por primera vez, pensando: “chico, te has equivocado de sitio”. Vaya si se equivocaban, porque Bogart no solo les cerró la boca, sino que acabaría codeándose con esos galanes como uno más.


Cuando hablamos de Bogart hay que hablar de una presencia extraordinaria. Muy pocos tuvieron el estilo que tuvo él y menos aún su filmografía. Echando un vistazo a sus títulos, uno no deja de quedar asombrado con la cantidad de obras maestras que hay: El último refugio –cinta que impulsó su carrera como ninguna otra–, El halcón maltés, Casablanca, Tener y no tener, El sueño eterno, La reina de África, etc. Bogart irrumpió “tarde” en la constelación de estrellas hollywoodienses, pero cuando lo hizo brilló como nadie. Su currículum es envidiable y su racha impresionante, dominando con puño de hierro la gran pantalla. Se puede decir que, desde principios de los 40 hasta mediados de los 50, Bogart fue casi a obra maestra por año y eso es algo solo alcance de los más grandes. Y es que, pese a encontrarse en las antípodas del prototipo de estrella clásica de Hollywood, Humphrey Bogart rompió el molde y creó el suyo propio.

9 – KIRK DOUGLAS

Y de un grande pasamos a otro –spoiler, así va a ser hasta el final–, porque Kirk Douglas le ha dado muchísimo al cine, tanto delante de la pantalla como también en los despachos. Cuando hablo de actores más importantes, no solo lo digo porque sean grandísimo actores sino también porque marcaron un antes y un después; porque se rebelaron contra el sistema o simplemente aprendieron a estar por encima de él. Eso para mí marca la diferencia entre un actor verdaderamente relevante y uno que, aún siendo bueno, quizá no haya dejado esa impronta de los grandes.

Yo creo que nadie hizo el papel de héroe férreo y de carácter imperturbable como lo hizo él. Cada película que hacía demostraba un poder, un ímpetu interpretativo colosal; una vehemencia tal que se salía de la pantalla y nos llegaba directo a los corazones. Es cierto que no ganó tantos premios como otros coetáneos suyos, pero logró el mayor premio de todos: la admiración del público y de sus compañeros de reparto. Kirk Douglas era el símbolo por antonomasia de la masculinidad clásica y además también era un actor muy sensible, prueba de ello es su papel en El loco del pelo rojo, dirigida por Vincente Minelli, donde Douglas nos regala una interpretación sublime y llena de matices que reconstruyen a la perfección un personaje tan enigmático y complejo como Vincent Van Gogh.


El actor nacido en Nueva York y con ascendencia rusa irrumpió en escena a base de puñetazos, dando vida a un ambicioso boxeador en Ídolo de barro (1949), cinta que, si bien no es la mejor del género, sí fue la precursora del mismo. Rocky o Toro salvaje le deben mucho a películas como esta o Marcado por el odio de Paul Newman –al que, por cierto, aún no he visto en esta lista–. Hizo mayoritariamente de héroe, pero siempre actuaba de manera magistral y ajustada al personaje que le tocaba.

8 – JAMES CAGNEY

Una de las estrellas más preeminentes del escenario y un tipo que, igual que le ocurría a Bogart, no respondía a los estándares del actor clásico. James Cagney es una leyenda por muchos motivos: primero, porque él es uno de los grandes abanderados del cine de mafias y en mi opinión aún sigue siendo el referente del gangster cinematográfico; segundo, porque a pesar de su baja estatura y aparente fragilidad, nadie sabía golpear tan fuerte ni mirar con tanta rabia y desdén como él; tercero, porque siempre le daba un toque personal a sus películas, su voz y sus gestos eran inconfundibles y geniales; y cuarto y último, porque tenía un rango interpretativo enorme, pudiendo hacer comedia y baile con suma facilidad y gran naturalidad.


Cagney, de ascendencia noruega e irlandesa, tuvo su etapa de mayor éxito trabajando para la Warner, donde obtuvo su primer gran éxito con El enemigo público, película fundacional del cine de gangsters al que tanto daría el actor neoyorquino. Más tarde se consagraría con la obra maestra Ángeles con caras sucias, cinta que destacaba por un gran reparto, una increíble ambientación y un sólido guion, que crearía el mito romántico del ascenso y la caída del mafioso. Evidentemente, otros títulos como Little Caesar o Scarface vinieron antes, pero James Cagney hizo muchísimo por evolucionar y añadirle su impronta al género –impronta que podemos observar por ejemplo en Al Pacino y su Tony Montana o en Joe Pesci en Uno de los nuestros y Casino–.

Además, no deberíamos menospreciar su vis cómica y su talento para el espectáculo solo por ser conocido como un tipo duro. James Cagney es uno de los intérpretes más polifacéticos que haya tenido el placer de ver, pudiendo cambiar de registro en una fracción de segundo; en un momento pasa de cero a cien y lo hace todo con una facilidad y un carisma que es imposible no quererlo. El bueno de Cagney, que a menudo pasa desapercibido y olvidado por muchos, tenía talento para dar y regalar y por supuesto, tenía que entrar en esta lista.

7 – DANIEL DAY-LEWIS

Algunos me lincharéis por no situarlo más arriba en esta lista, pero creo sinceramente que le faltan títulos. Sin duda ha tenido una carrera brillante y por eso entra directo a este Top 10. No lo incluyo más arriba porque, independientemente de si se ha retirado definitivamente de la actuación o no, necesitaría engordar su filmografía con más títulos notables o sobresalientes. ¿Quiere decir esto que no tiene suficientes? No. Mi pie izquierdo, En el nombre del padre, The Boxer, Pozos de ambición, Lincoln…todas estas películas destacan sobretodo por contar con él como protagonista. Day-Lewis eleva todas las películas en las que está, de ahí que lo sitúe tan alto en esta lista.


Yo soy de los que opina que Daniel Day-Lewis es patrimonio del cine actual, santo y seña del buen hacer cinematográfico, aunque eso le cueste años de preparación y estudio. Porque este actor se sumerge en la vida de sus personajes; los vive tan intensamente que se funden en uno. Un ejemplo claro de esto es Pozos de ambición, una de mis películas predilectas del siglo XXI, que cuenta con una interpretación tan creíble que resulta escalofriante. Es un vendaval en pantalla: arrasa con todo y con todos. Cuando ves a Daniel Day-Lewis, los demás actores desaparecen. Ya ha ganado tres oscars en seis nominaciones y cada uno se lo ha ganado por méritos propios.

Me apenaría verle retirarse, porque creo que aún le quedan muchos años de gran cine y porque podría perfectamente coronarse como el mejor actor de todos los tiempos. Hay quienes creen que ya lo es y no les voy a quitar la razón: viendo su apabullante trayectoria, yo también dudo si colocarlo más arriba o dejarlo como está. Sin embargo, si realmente se retira, sentiré ese sabor agridulce de la oportunidad perdida; un actor que eligió la tranquilidad y la sencillez de una vida alejada de los focos, en lugar de la grandeza absoluta tiene todo mi respeto y admiración.

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