Los 50 actores más importantes de la historia - Del 15 al 11

Estamos en la antesala del Top 10 y el nivel actoral de cada una de estas figuras comienza a subir vertiginosamente. Las diferencias son mínimas, cada puesto está ajustadísimo y por supuesto, como ocurre siempre, es muy debatido y debatible. Yo me conformo con que os lo estéis pasando bien y que haya merecido la pena el tiempo invertido en esta serie de artículos “especiales”; si aún estáis al otro lado leyéndome, es buen indicador. El artículo anterior estuvo marcado por actores de generaciones distintas, dejando claro que el talento no es exclusivo a una década ni tampoco a un territorio o raza específica; el talento no entiende de barreras.


15 – MARCELLO MASTROIANNI

Italia nos ha dado muchos actores de enorme talento. Estoy pensando en Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi, Vittorio De Sica, Alberto Sordi, Giancarlo Giannini, Nino Manfredi…la lista es larguísima y seguro que más de uno tiene méritos para considerarlo dentro de este ranking, pero yo personalmente me quedo con uno: Marcello Mastroianni. El gran e indiscutible icono del cine italiano y una de las más importantes estrellas del cine europeo, también fue un laureado actor tanto en su país como fuera de él.

De origen humilde, Mastroianni nació en 1924 en un pequeño pueblo a 90 km. de Roma y tuvo una infancia marcada por el hambre y por el fascismo que asolaba Italia. Cuando la II Guerra Mundial estalló, Mastroianni ya había alcanzado la adolescencia. Fue recluido en un campo de concentración nazi, aunque afortunadamente logró escapar y huir a Venecia donde pasaría el resto de la contienda escondido en una azotea.


Sus primeros contactos con la interpretación fueron como actor de teatro, donde pasó diez exitosos años de su vida antes de saltar a la gran pantalla en los años 50. Lo demás es historia del cine: alrededor de 150 títulos acreditados, una infinidad de premios entre los que se incluyen tres nominaciones al Oscar –que se dice pronto, pero para un actor de habla no inglesa y más en aquella época suponía todo un hito–, un Globo de Oro, dos BAFTAS, etc. Ha ganado todo lo que un actor podría soñar y lo ha hecho por méritos propios.

La mejor cualidad de Marcello Mastroianni, aparte de su versatilidad, galantería y gran presencia frente a la cámara, es su longevidad. Su capacidad para mantenerse en la cresta de la ola interpretativa durante décadas está al alcance de muy pocos. Por mencionar algunos de sus títulos más importantes: La dolce vita, Divorcio a la italiana, La noche, Los camaradas, Fellini 8 ½, Una jornada particular, etc. Podríamos estar así todo el día, porque su carrera abarca desde los años 50 hasta el mismo año en que fallece, 1996. Se puede decir que Marcello Mastroianni murió matando, con ese carácter que distingue a los actores de pura raza. 



14 – BURT LANCASTER


Otro actor con gran intensidad frente a la cámara ha de ser sin duda Burt Lancaster. Una de las más grandes estrellas que haya dado nunca EE.UU. y un actor inconmensurable, que tiene en su haber títulos como Forajidos, El abrazo de la muerte –ambas dirigidas por el gran Robert Siodmak–, De aquí a la eternidad –donde le acompaña Montgomery Clift en un papel memorable–, Duelo de titanes, El hombre de Alcatraz, El gatopardo de Visconti, etc.

Podríamos estar todo el día enumerando los grandes títulos en los que participó, pero con una pincelada creo que es suficiente para entender la relevancia que tuvo. Yo personalmente valoro mucho a aquellos actores que han sabido mantenerse con regularidad en el estatus de estrella absoluta, ganándose la admiración de sus compañeros de trabajo. Lancaster obviamente lo hizo y con creces, participando en más de ochenta títulos y abarcando cuatro décadas de historia cinematográfica. Ha trabajado con los actores y directores más grandes de Hollywood, siempre siendo cabeza de cartel y con un trabajo siempre destacable.


Quiero hacer una mención especial al tremendo papel que hace en Atlantic City (1980), ya en el ocaso de su carrera, interpretando a un timador de baja estofa. Acompañado por una joven Susan Sarandon y dirigidos por el francés Louis Malle, Burt Lancaster nos brinda una interpretación muy notable y ajustada al tipo de personaje que interpreta. Débil pero arrogante, galán venido a menos, Lancaster cumple a las mil maravillas en el papel del timador timado. Soberbio.


13 – HENRY FONDA

El hombre recto, siempre respetable y respetado por todos. Henry Fonda no podía perderse esta fiesta del cine en forma de ranking, por muchos motivos. Para empezar, pocos actores han tenido el aura de Fonda y menos aún han sabido mantenerlo intacto a lo largo de las décadas. Por él no pasaba el tiempo, siempre imperturbable, un valor seguro para cualquier película en que participase.

Siempre con un tono solemne, Fonda era un baluarte de la moralidad y el buen hacer. Alguien irreprochable que se ganó el favor de muchos y la admiración de todos, compañeros de trabajo, críticos de cine y público en general. Es una leyenda de la interpretación y es que pocos han alcanzado su brillantez en películas tan distintas como Las uvas de la ira, Pasión de los fuertes o Fort Apache, todas obras maestras indiscutibles. Y es que su filmografía está plagada de cintas inolvidables, digo más, referentes para generaciones y generaciones que llegan hasta nuestros días.



Su memorable papel en 12 hombres sin piedad, donde casi interpretaba más a un concepto que a un personaje en sí, es magistral. Pero es que su faceta más canalla, en películas como Hasta que llegó su hora o la mencionada Fort Apache, tampoco se quedan cortas. Es un gigante del cine y alguien que merece estar en el Olimpo junto a los más grandes.

12 – PAUL MUNI

Hay actores que han caído en el olvido con el paso de los años. Intérpretes que en su día fueron muy grandes y que ahora no son más que un vago recuerdo, igual que un viejo libro en una estantería sin más que hacer que guardar polvo y esperar que algún día, alguien haga buen uso de él.

Paul Muni, nacido en la antigua Austria-Hungría el 22 de septiembre de 1895, descubrió pronto su devoción por las artes escénicas. Habiendo estudiado en varias escuelas públicas de EE.UU., Muni acabó recalando en la escuela de arte Yiddish de la ciudad de Nueva York en 1908 e iría saltando de institución en institución hasta 1926, cuando empezó a trabajar en el teatro. Así fue como la Fox se fijó en su talento y le ofreció un contrato que le abriría las puertas de Hollywood.


Intercalando trabajos entre Broadway y Los Ángeles, Muni se labró una gran reputación en ambas industrias, obteniendo su primera nominación a los Oscar en 1929.

Tres años más tarde protagonizó Soy un fugitivo, dirigida por Melvyn LeRoy, un papel lleno de gestos y matices que lo encumbraron como uno de los intérpretes más creíbles del momento. Seguramente fuese uno de los primeros en desaparecer por completo en su personaje, igual que ahora consideramos a Daniel-Day Lewis o a Joaquin Phoenix, Muni fue el antecesor a todos ellos. El angustioso descenso a los infiernos que vive su personaje está maravillosamente retratado por el actor austrohúngaro y es una prueba fehaciente de su indiscutible talento. Por eso y porque se le tiene injustamente olvidado, quiero reivindicar a Paul Muni en este ranking.

11 – JAMES STEWART

Todo carisma y bondad llenando la gran pantalla. Así era James Stewart, un actor verdaderamente colosal que sobresalía sobretodo en papeles cómicos y también dramáticos, siempre vistos desde una perspectiva muy cálida, cercana y humana. Él no era tan dado a papeles especialmente intensos como otros en esta lista, sino que interpretaba a personajes con los que el personaje empatizaba rápidamente. Y es que esa es una de sus mayores cualidades: la capacidad que tenía para crear un vínculo inseparable entre el espectador y él, como dos imanes.

Quiero colocar a Stewart en esta posición, porque creo que su carrera tiene un gran mérito. Desde su primer papel protagonista en El séptimo cielo (1937) hasta que abandonase Hollywood para participar en la II Guerra Mundial, Stewart estrenó una gran película por año: en 1938, Vive como quieras; en 1939, Caballero sin espada y Arizona; en 1940, Historias de Filadelfia y El bazar de las sorpresas. En 1941 se alistó en las fuerzas aéreas para ayudar a vencer a la Alemania nazi. Stewart ingresó en el Ejército, pero su estatus de estrella lo mantuvo entre algodones en un primer momento, hasta que él mismo se hartó y le pidió a su superior que le enviase al frente. En noviembre de 1942, Stewart se sumó a las fuerzas británicas en el frente inglés y participó en incursiones aéreas en Alemania. Acabó siendo promocionado a coronel y obtuvo la Cruz de Vuelo Distinguido, condecoración de las Fuerza Armadas de los EE.UU. por su heroísmo en combate dirigiendo la segunda unidad de bombarderos.


Ahí podría haberse acabado su carrera. Tras años alejado del “star system”, Jimmy Stewart estuvo al borde del abismo del olvido. Por fortuna, un combativo Stewart regresó con la fuerza y la ambición que solo los más grandes tienen. Ese instinto ganador le llevó en 1946 a protagonizar su obra magna, ¡Qué bello es vivir!, una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Después de eso le seguirían más obras maestras como La soga (1948), Winchester 73 (1950), La ventana indiscreta (1954), Vértigo (1958) o Anatomía de un asesinato (1959) entre muchísimas otras películas inolvidables donde él también dejó una huella indeleble. Ganador de un premio de la Academia y nominado hasta en cinco ocasiones, James Stewart se ha ganado un hueco entre los más grandes.

1 comentario:

  1. Por fin van a llegar los primeros. ¿Habrá sorpresas? Yo espero que sí.

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