Los 50 actores más importantes de la historia - Del 45 al 41

Seguimos con este ranking donde desgranamos los que para mí son los actores más destacados de la historia del cine. En el artículo anterior, que abarcó desde el puesto 50 al 46, estos fueron los actores mencionados: Harrison Ford, Charlton Heston, Peter Lorre, Sean Penn y Max von Sydow. Dicho esto, vayamos directos al puesto número 45.

45 – SIDNEY POITIER


El primer gran actor negro en Hollywood no podía faltar en esta lista. Se puede decir que Sidney Poitier rompió tabús en la industria de cine americana a base de papeles memorables, que lo erigieron por derecho propio en toda una estrella. Puede que su filmografía no sea demasiado extensa, pero lo compensa con algunos films remarcables como En el calor de la noche, Adivina quién viene esta noche o Fugitivos, así como una increíble regularidad a lo largo de los años 50 y 60, aguantando el tipo y brillando en pantalla junto a figuras del celuloide como Richard Widmark, Glenn Ford, Rod Steiger, Paul Newman o Spencer Tracy. Ahí es nada.


Desde luego, no lo considero el mejor actor afroamericano de la historia –ese puesto está reservado para otro ilustre que aparecerá mucho más arriba en esta lista–, pero sí el que abrió las puertas de la diversidad en Hollywood, brindando una oportunidad a todos los que vendrían más tarde. Solo por eso creo que Sidney Poitier merece ser considerado leyenda viva del cine.

Aparte de esto, su interpretación en Los lirios del valle (1963) le valdría un más que merecido Oscar, convirtiéndose de facto en el primer actor negro en ganarlo.

44 – FRED ASTAIRE


Sus bailes enamoraron a generaciones y generaciones de espectadores. Su dúo con Ginger Rogers es legendario. Gracias a él existen los musicales tal y como los conocemos y eso ya dice mucho de lo importante que fue para la historia del cine. Fred Astaire es seguramente el mejor bailarín profesional que haya tenido el placer de ver la gran pantalla y como tal debe figurar en esta lista.


Pocos actores pueden contar entre sus logros haber impulsado y llevado a la fama a todo un género; Fred Astaire es uno de ellos. Y ahora me diréis: “Rick, pero actor actor tampoco es”. Sería absurdo negar que su talento interpretativo se limitaba a su talento con las coreografías, pero en su defensa hay que decir que, en su época de mayor apogeo, el vodevil estaba muy de moda en Estados Unidos y ese tipo de espectáculos eran muy valorados por el público. En mi opinión, el hecho de ser el precursor del cine musical y ser aún a día de hoy reconocido como una de sus figuras más eminentes, ya es motivo suficiente para incluirlo en esta lista. Pocos dejaron boquiabiertos al espectador como lo hizo Fred Astaire.

43 – ROBIN WILLIAMS


Me cuesta mucho ser objetivo cuando se trata de Robin Williams, uno de los actores cómicos más entrañables que haya tenido el placer de ver. Crecí con su cine, riendo y llorando con sus actuaciones, pero siempre haciéndome sentir algo. Lo que fuese. Williams tenía un don para la comedia, era un torbellino de las risas y más tarde se revelaría como un fantástico actor dramático.

Cuando hablamos de Robin Williams solemos acordarnos de sus papeles en Jumanji, Señora Doubtfire o Good Morning, Vietnam, pero tiene más facetas de las que en ocasiones le damos crédito. Dicen que transitar de la comedia al drama es más fácil que a la inversa, porque muchos cómicos suelen reírse para olvidar sus propias desgracias, algo que es especialmente cierto en este actor de gran sonrisa y triste mirada que destacó por su comedia y se consagró en la industria por su faceta dramática.


El club de los poetas muertos, Despertares, El rey pescador, El indomable Will Hunting y otras cintas demostrarían su valía para interpretar a personajes más reflexivos, golpeados por la vida y de carácter apesadumbrado. Williams abrió su corazón a la pantalla y se dejó la piel para conmovernos y hacernos pensar sobre el propósito de la vida y cómo hacerla valer. Pero es que además de sobresalir en estos papeles más sensibles, también brilló fugazmente como villano en Insomnia y como inadaptado social en Retratos de una obsesión, ambas películas muy reivindicables, aunque solo sea por sus tremendas interpretaciones. Por estas razones y por más, Robin Williams es merecedor de aparecer en esta lista.

42 – KARL MALDEN


Mladen Sekulovich, fruto del matrimonio entre una mujer checa y un hombre serbio en Chicago, Illinois, se labraría una gran carrera como secundario de lujo en la industria de los sueños. Es cierto que Karl Malden nunca consiguió ser el protagonista de su propia película, pero también es cierto que casi siempre estaba a la altura –sino por encima– de la estrella que ocupaba ese lugar. ¿Quién no se acuerda de él en Un tranvía llamado deseo, en La ley del silencio, en Patton o en El árbol del ahorcado por mencionar algunas? No se me ocurren muchos actores que, teniendo todo en contra para alcanzar el éxito, lograse cosecharlo y eso habla maravillas de lo que este monstruo de la interpretación era capaz de hacer.


El rol de secundario siempre ha sido vilipendiado y frecuentemente ha caído en el olvido a favor de los protagonistas, que acaparaban todas las miradas –antes incluso más que ahora–. Como veíamos antes en el caso de Peter Lorre, esta lista va a contener algún que otro actor secundario que en mi opinión merece ser protagonista en los anales de la historia del cine. Con una carrera llena de éxitos y de personajes inolvidables, Karl Malden aparece por derecho propio en esta lista.

41 – JEAN GABIN

Cruzamos el Atlántico para hablar del que seguramente sea el mejor actor francés de la historia o al menos el más reconocible de ellos. Para llegar a comprender lo que supuso este enorme actor, hemos de referirnos principalmente a una filmografía plagada de clásicos del cine francés. Filmes como La gran ilusión (1937) de Jean Renoir, Pépé Le Moko, El muelle de las brumas o El placer de Max Ophüls son solo algunas muestras del impacto que tuvo y continúa teniendo Jean Gabin en el cine. Como principal figura escénica del realismo poético francés, movimiento cinematográfico dominante desde principios de los años 30 hasta mediados de los 40, sus obras sirvieron como fuente de inspiración para la Nouvelle vague.


Tras su éxito en tierras francesas, Gabin probó suerte en Hollywood, aunque su periplo por tierras americanas no duraría demasiado, siendo lo más notorio su relación sentimental con la gran Marlene Dietrich –que en el top de actrices estaría muy alto–.

De aspecto rudo y siempre con el ceño fruncido, Gabin interpretó a muchos personajes de la calle, elevándolos al estatus de héroes no mitificados. Sus películas tenían un tono popular y costumbrista, fiel retrato de los estratos más humildes de la jerarquía social. Sin él y su mirada fría y penetrante, quizá no tendríamos a actores franceses de la talla de Alain Delon o Jean-Paul Belmondo y seguro que muchos cineastas no hubiesen encontrado una muy necesaria inspiración para sus dramas y películas de cine negro.

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