Los 50 actores más importantes de la historia - Del 40 al 36

En el artículo anterior de este divertidísimo ranking con los actores más reseñables que haya visto nunca el celuloide, hablamos de Sidney Poitier, Fred Astaire, Robin Williams, el mítico actor de reparto Karl Malden y para el 41º puesto viajamos a Francia de la mano de Jean Gabin. Ahora toca hablar de cinco más y cuidado, porque esto empieza a ponerse muy serio.

40 – PHILIP SEYMOUR HOFFMAN

Y hablando de grandes presencias en la gran pantalla, pocos en la historia moderna de Hollywood se acercan a Philip Seymour Hoffman, un actor que hubiese encajado perfectamente en los años 40 o 50 por la enorme calidad interpretativa que atesoraba y el porte que tenía delante de la cámara. Dice mucho de él que aparezca en esta lista con una carrera cercenada de forma muy prematura a causa de su suicidio. ¿Quién sabe lo que hubiera llegado a ser? Preguntas sin respuesta y con un sinfín de hipótesis.


Sin embargo, los más de sesenta créditos que tiene en su haber son testimonio de su legado. A menudo visto como un actor secundario –que es lo que fue la gran mayor parte de su carrera–, Hoffman siempre salió airoso de los duelos interpretativos que le pusieran: Meryl Streep, Tom Cruise, Joaquin Phoenix, Amy Adams, etc. Derrochaba talento y así lo demostró en su gran papel como protagonista en Truman Capote, película que él solito la eleva a la categoría de candidata al Oscar. Como no podía ser de otra manera, su interpretación le valió el Oscar, pero es que además estuvo nominado en otras tres ocasiones –igualmente merecedoras de ganar–. Un currículum al alcance de muy pocos que él consiguió antes de cumplir los cincuenta años. En mi opinión, Hoffman fue el mejor actor de reparto que haya contemplado Hollywood en las últimas décadas y seguramente tardaremos mucho en ver a alguien igual.

39 – BUSTER KEATON

Uno de los grandes hombres orquesta del séptimo arte, Buster Keaton es una de las grandes estrellas en la constelación hollywoodiense y un hombre que inventó un sinfín de conceptos y sobretodo de formas de entender y ejercer la maravillosa profesión de actor. Al igual que ocurriera con Fred Astaire, Keaton provenía del mundo del vodevil –profesión a la que también se dedicaban sus padres– y tras participar como titiritero en la I Guerra Mundial, donde perdería parcialmente el oído, su carrera en la industria del cine despegaría de forma fulgurante, gozando de libertad creativa y de grandes presupuestos para la época.

Ya en 1920, al poco de llegar, estrenaría Una semana, Vecinos o El espantapájaros y así continuaría rodando cortometrajes y mediometrajes de gran éxito de taquilla y de crítica, convirtiéndose en uno de los grandes nombres del panorama cinematográfico incipiente en EE.UU.


Buster Keaton fue un gran narrador visual, un revolucionario en el campo de los efectos visuales –todos recordaréis el tren cayendo barranco abajo en El maquinista de la general– y uno de los actores más comprometidos con su obra, llegando a arriesgar su propia vida en más de una y dos ocasiones por buscar la toma perfecta. Se podría decir que Buster Keaton fue Tom Cruise en una época en la que las medidas de seguridad no eran ni la millonésima parte de las que hay ahora.

Keaton cayó en desgracia con el auge del sistema de estudios, que tuvo su época dorada en los años 30 y 40, truncando definitivamente su carrera y relegándolo a un segundo plano. Tan triste como cierto. Sin embargo, cuando brilló, su luz fue realmente cegadora e inspiradora para todos los cómicos y los actores en general, que sueñan con ser directores.

38 – WALTER BRENNAN

El actor más laureado de reparto de la historia de los Estados Unidos tenía que entrar en esta lista y tenía que aparecer muy arriba, porque a pesar de no tener el cartel de una estrella como Gary Cooper, por ejemplo, lograba eclipsarlos en más de una y de dos ocasiones gracias a su naturalidad frente a la cámara.


Para que os hagáis una idea de su grandeza, Brennan se codea con lo más granado de la historia de los Oscar habiendo ganado tres estatuillas –mérito que solo alcanzaron titanes de la industria como Daniel-Day Lewis, Jack Nicholson o Meryl Streep–. Todas las dudas que pudieseis tener sobre el talento de este actor de cara afable y una capacidad innata para camuflarse dentro de su personaje.

Aunque muchos le recordarán en papeles simpáticos en westerns como Río Bravo, su filmografía deja patente su facilidad para cambiar de géneros y amoldarse a cualquier proyecto y cualquier estrella de la constelación hollywoodiense. Por eso no subestimemos a Walter Brennan, el actor que demostró que no hacía falta ser un galán para tener gran éxito en el cine.

37 – GEORGE C. SCOTT

Con el paso de los años, hay algunos actores que caen tristemente en el olvido y dejamos de tenerlos tan en consideración como lo estuvieran en su día. Scott me parece uno de esos grandes silenciosos; un actor que nunca gozó de la categoría de estrella de cine como tal, pero que era todo oficio. Pocos tienen la capacidad de mejorar cualquier proyecto en el que participen, sin importar lo penoso que sea: George C. Scott fue uno de ellos.


Aún tengo grabado en la memoria ver por primera vez Patton (1970) de Franklin J. Schaffner con mi padre y quedar alucinado con el poder y el magnetismo que transmitía Scott. Luego vi otros de sus trabajos más ilustres, ya fuese como protagonista o como secundario, y refrendé mi opinión sobre él. Pese a no gozar de una carrera tan consistente como otros en este listado, creo que pocos pueden presumir de ser el aliciente de todas las películas en las que participó, llenando la pantalla como nadie y ofreciendo algunas actuaciones como la del General Patton que aún a día de hoy son referentes en su campo. Con un Oscar y otras tres nominaciones, el carismático e intenso George C. Scott ocupa el trigésimo séptimo puesto.

36 – LEONARDO DICAPRIO

Antes de que los fans de DiCaprio se me echen encima, creo que el mero hecho de figurar en esta lista ya dice mucho de su contribución al cine moderno, sobretodo a partir del nuevo milenio, forjando una colaboración con Martin Scorsese de las que marca época. ¿Qué se puede decir de él que no se haya dicho ya? Talento le sobra para bordar papeles de todo tipo: unos más serios, otros más gorrones y todos ellos llenos de carisma.

Recientemente ha ganado un Oscar por su interpretación en El renacido –actuación que no me parece ni mucho menos la mejor de su carrera–, pero lo podía y lo debería haber ganado mucho antes.


Lo que más me sorprende en la carrera de DiCaprio es su predilección por antihéroes y/o villanos en lugar del héroe tradicional, cuando su perfil indicaría lo contrario. El aviador, Atrápame si puedes, Django desencadenado, Shutter Island, El lobo de Wall Street y podría seguir nombrando películas donde interpreta a personajes despreciables, lunáticos y sinvergüenzas con una capacidad brutal para que te caigan simpáticos. Algunos dirán que no merece entrar en el Top 50, pero creo que su figura ha ayudado a revitalizar el cine y mantenerlo relevante para jóvenes generaciones que a menudo crecen más con los videojuegos y los teléfonos móviles que con el cine. Ha colaborado con directores tan importantes como el mencionado Scorsese, Tarantino, Iñárritu o Steven Spielberg por mencionar algunos y ha sabido pasar de niño prodigio a ídolo adolescente y finalmente a actor consagrado, sin perderse por el camino como muchos, muchísimos otros. DiCaprio merece esta posición y seguramente escale unas cuantas en los años que quedan por venir.

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