Tanto
en el análisis sin spoilers como con spoilers mostré mi disconformidad con ciertas
decisiones que tomó Rian Johnson en su guión; de hecho, ese es el mayor
problema que tengo con la película. Johnson plantea ideas interesantes, algunas
incluso brillantes pero la ejecución, el cómo las define y las muestra en
pantalla, resulta tosca. No obstante, a veces olvidamos que el trabajo del
guionista es uno de los más complicados de ejecutar –probablemente junto al de
edición– y pretender una sincronización perfecta entre la visión del guionista
y las de millones de aficionados expectantes raya lo absurdo. Personalmente, como
fiel seguidor de esta saga, uno de mis mayores placeres es explorar vías alternativas
que podría haber tomado la franquicia. ¿Qué habría pasado si Luke se hubiese
unido a su padre, Darth Vader, en El Imperio contraataca? ¿Y si Bobba Fett no hubiese muerto en la fosa
Sarlacc en Retorno del Jedi? Tras ocho capítulos numerados, hay muchas
preguntas interesantes y aún más respuestas. Por ello, he decidido escribir una
historia alternativa al filme, con el fin de encontrar otra dirección que creo
hubiese mejorado el Episodio VIII y el futuro de esta nueva trilogía en su
conjunto.
Algo
que está muy de moda actualmente en la red y que no me gusta nada es la ingente
cantidad de teorías que surgen día sí día también. Desde que se estrenara El
despertar de la Fuerza, han surgido incontables canales de Youtube, blogs y
foros dedicados única y exclusivamente a montar teorías –cada cual más
enrevesada– sobre qué esperar del próximo episodio. No me malentendáis, yo
también hice mis predicciones sobre qué esperaba ver en Los últimos Jedi pero
no estuve dos años mirando con lupa cada detalle de cada fotograma del Episodio
VII, porque lo veo una pérdida de tiempo. Claro que habrá quien opine lo
contrario y disfrute enormemente haciéndolo, aunque finalmente sepan que muchas
de sus hipótesis no vayan a materializarse. Sin embargo, cuando estás años de
tu vida construyendo una imagen de la realidad, cuando ésta llega puede que te
decepcione y eso creo que ha sido motivo del enfado de muchos aficionados.
¿Quiere decir esto que sus teorías sobre la identidad de Snoke o sobre los padres de
Rey son peores que las de Johnson? En mi opinión, no. Algunos quizá olvidan que
Rian Johnson es tan humano como cualquier otro y aunque sí ha demostrado tener
talento para la escritura y la dirección cinematográfica, eso no significa que
sus ideas siempre sean mejores que las de los demás. A él lo contrataron para
hacer una película, como a cualquier otro.
Sé
que es difícil mantenerse al margen de una franquicia que nos ha marcado tanto
como ésta pero hay que empezar a darse cuenta de que Star Wars no nos pertenece
ni a nosotros ni a Johnson. Ni siquiera a Disney. Star Wars nació en la mente
de George Lucas y después se propagó a la de millones de personas, cada una con
una idea distinta de lo que significa. Algunos quieren duelos a espadas láser,
otros quieren aventuras psicodélicas y hay quienes prefieren la política vista
en las precuelas. ¿Y sabéis qué? Que todas estas ideas tienen cabida dentro del
universo creado por Lucas. Por eso, Los últimos Jedi no es más que el producto
de la percepción que Rian Johnson tiene de la saga; podrá parecernos errado
pero para bien o para mal, fue él y no ninguno de nosotros el encargado de
hacerlo.
Disney
compró Star Wars a George Lucas a finales de 2013 y dos años más tarde ya habían
estrenado la primera parte de una nueva trilogía que, supuestamente,
entrelazaría con las dos anteriores. Cuando te propones escribir una nueva
historia que abarque tres películas y que además guarde coherencia con las seis
anteriores, tienes que tomarte mucho tiempo –no sólo para construir una trama
emocionante, adictiva y sorprendente sino también para encontrar nuevos
diseños, héroes y villanos– y tengo la sensación de que Disney no lo hizo. En
su lugar, optó por recurrir a la nostalgia de los fans veteranos, trayendo de
vuelta a los personajes de Luke, Han y Leia y emparejarlos con versiones
modernizadas de sí mismos: Rey, Poe y Finn. Lo demás permanece curiosamente
inalterado: Imperio o Primera Orden, Rebelión o Resistencia, Darth Vader o Kylo
Ren, Darth Sidious o Líder Supremo Snoke, Estrella de la muerte o Starkiller
Base, Tatooine o Jakku. Lo mismo pero con otro envoltorio.
Volviendo
al tema que nos concierne –que a veces me voy demasiado por las ramas– quiero
avisaros que habrán spoilers de Los últimos Jedi. Por último, también quisiera
añadir que toda crítica a esta historia alternativa debe venir desde el respeto
y un argumentario razonado. Por supuesto, si después de leerlo queréis dejarme vuestras ideas, podéis hacerlo en la sección de comentarios debajo de este artículo.
Antes
de empezar, quiero aclarar cómo construiré esta historia. Dividiré la historia
de Rian Johnson en subapartados, para que todos los que hayamos visto la
película estemos en sintonía. De esta forma, expondré qué tramas quiero
modificar y cómo lo haría. Hay que entender que cada una de estas subtramas se
sucederían simultáneamente y todas concluirían en la escaramuza final de
Crait, justo como en la película.
1.
La trama contrarreloj de la Resistencia.
En la crítica con spoilers comenté por qué no me gustó que la Almirante Holdo escondiese
su plan a toda la tripulación, forzando la reacción de Poe, Finn y Rose y
provocando un motín a bordo. Así que yo eliminaría su personaje y también el
accidente de Leia –sí, ese en el que vuela como Mary Poppins–, para que ésta
pudiese encomendar a estos tres una misión para buscar alianzas rebeldes en la
galaxia. Por otra parte, la Primera Orden enviaría a Phasma y a su escolta
personal en su búsqueda y captura. De esta forma, arrancamos una persecución
del gato y el ratón con el factor contrarreloj en juego. Conocerían nuevos
personajes por la galaxia; algunos se unirían, otros los rechazarían e incluso
podrían traicionarlos. Rose y Finn mostrarían cierta afinidad a lo largo de la
aventura y Poe tendría que asumir liderazgo en una misión más diplomática. Al
final, Rose cae herida por los disparos de Phasma y Finn la rescata, terminando
con ella de una vez por todas y comprendiendo que ayudar a los que amas es más
importante que salvar tu propio pellejo (coincidiendo con el arco que Johnson
quiere darle al personaje pero quitándole esa dosis de cursilería). Mientras,
Poe sería testigo de la opresión de la Primera Orden sobre los civiles y
adquiriría un grado mayor de compromiso con la causa. Tras alcanzar con éxito
su misión, llevarían al grupo de rebeldes reunidos a Crait, justo antes de la
pelea final.
2. La historia de Kylo Ren y Snoke. En El
Imperio Contraataca vimos a Yoda entrenando a Luke pero, ¿y si en Los últimos
Jedi conociésemos por primera vez el entrenamiento desde el punto de vista del
lado oscuro? Tras matar a su padre, Han Solo, Snoke lo sumerge aún más en las
tinieblas al hablarle de Darth Vader y llevarlo hasta el templo donde se
encuentran sus catacumbas. Al aprender el legado de Vader, crece la obsesión de
Kylo Ren por trascender en la galaxia y convertirse en el Sith más poderoso de
todos. Pero Snoke tiene un as en la manga que ignoran todos: otro aprendiz con
el que se comunica en privado y al que ha enviado a recoger unos artefactos
secretos.
3.
La historia de Rey y Luke. Esta sería la otra cara de la moneda, al más
puro estilo Rocky vs Ivan Drago en Rocky IV; si el otro entrenamiento nos
mostró la filosofía del lado oscuro, Luke le muestra el camino de la Luz y también
los lugares que oculta la isla. En un principio veríamos a un Luke impotente y
desconsolado, por múltiples razones: la traición de su sobrino y varios de sus
alumnos (los autoproclamados Caballeros de Ren), la desilusión por haber
fracasado en construir una Nueva Orden Jedi y la muerte de su viejo amigo Han
Solo. Se ha vuelto muy escéptico y cree que la Fuerza ya no esconde secretos
para él, en parte porque lleva muchos años recluido. Sin embargo, cuando ve a
Rey y ésta le cuenta sus humildes orígenes en Jakku –bastante similares a los
de Luke–, éste ve en ella un reflejo de sí mismo. Una oportunidad de enmendar
sus errores. Rey es alguien a quien traspasar su sabiduría. Pero aún así Luke
no consigue reconectar con la Fuerza; pese a sus esfuerzos, el miedo a fracasar
lo bloquea. Al menos hasta que se reencuentra con Yoda y le cuenta una gran
verdad acerca de la importancia del fracaso y la superación personal. En uno de
sus últimos entrenamientos, Rey habla con Kylo Ren telepáticamente y cree poder
cambiarlo, así que acude a su llamada (aquí no cambio nada). Luke intenta
convencerla con razones pero ella no lo escucha y se va en el Halcón Milenario.
4.
Kylo Ren y Rey. Snoke, que había visto el
debate interno de Ben Solo por el asesinato de su padre, desconfía de él y lo
utiliza para atraer a Rey. Aquí no cambiaría nada, porque la idea es que la
vanidad de Kylo Ren crezca al verse cada vez más cerca del poder de Vader y
desee ocupar el trono de un Snoke sabio pero débil físicamente. Él le pide que
se una a ella; Rey se ve tentada pero las enseñanzas de Luke –que también coqueteó
con el lado oscuro– la disuaden. Todo esto se suma al sacrificio del almirante
Ackbar, lanzándose contra la nave de Snoke y dándole una oportunidad a Rey de
escapar en el Halcón Milenario. Mientras, la Primera Orden –liderada ahora por
Kylo Ren– es consciente que en Crait hay una antigua base rebelde y supone que
con el poco carburante que les queda, lo más probable es que se dirijan hacia
allí; así preparan sus AT-ATs para acabar con ellos. Rey también se va hacia
Crait para ayudar a sus amigos.
5. La batalla en Crait. Llegó el momento de
la verdad. Los escasos aliados reunidos por Rose, Poe y Finn están preparándose
para la llegada de la Resistencia. Luke presiente la desesperada
situación de la Resistencia en Crait y rescata el Ala-X de entre las aguas,
reconectando por fin con la Fuerza. Buscando exorcizar sus demonios, emprende
su camino a Crait junto a su fiel compañero R2-D2, que prefirió quedarse con él
en vez de irse en el Halcón con Rey, para enfrentarse a su alumno caído Kylo
Ren. La lucha se sucede justo como vimos en la película, añadiendo a los
aliados reunidos. Pero la Primera Orden saca su arma secreta, un cañón hecho con tecnología rescatada de La estrella de la muerte. Poe, cuya vida siempre se
ha centrado en intentar derrocar a la Primera Orden, teme que la Resistencia esté
al borde de la aniquilación y decide inmolarse contra el cañón para salvarles
la vida. Muere pero su acción lo ha convertido en un héroe.
6. El duelo final. Los enfrentamientos a
espada láser se inspiraron en el esteticismo del género samurái de Kurosawa y
Kobayashi y en el romanticismo crepuscular del western. Aquí tenemos a dos
personajes, Luke y Kylo Ren, que están en polos opuestos de la Fuerza. Por un
lado, Kylo Ren quiere colgarse la medalla de acabar con su antiguo maestro e
hijo de Darth Vader, para erigirse como único heredero y gobernar la galaxia
con puño de hierro; por otro, Luke pretende acabar con Kylo Ren, no sin antes
hablar con Leia para pedirle su consentimiento –sin él jamás sería capaz–. Uno
es la nueva insignia de la Primera Orden; el otro, la nueva luz de la República.
Mientras ellos pelean, la Primera Orden se recupera tras perder su cañón y la
batalla aérea (en la que Finn, Rose, Chewbacca y Rey aplastan a las tropas
lideradas por el General Hux); por otra
parte, la Resistencia encuentra en ese tiempo de confusión una ventana para
replegarse y escapar de sus enemigos. Una pelea épica en la que Luke y Kylo Ren
se debaten entre la vida y la muerte. Al final, Kylo muere y ve su sueño hecho
añicos. Luke ha cumplido con su deber aunque no por ello está contento.
7.
Desenlace. En sus instantes finales en la
tierra de Crait, Kylo Ren llama a su madre –a la cual no pudo matar
anteriormente– y Leia acude. Madre e hijo reunidos. Kylo Ren ve en su fracaso
una forma de castigo por sus crueles actos a su familia y decide hacer las
paces con ellos, trayendo de vuelta el espíritu de Han Solo. La reunión de los
Solo por fin se hace realidad, aunque no con el final feliz que ellos hubiesen
querido. Luke observa arrodillado a su familia por fin unida, sin odios ni
rencores de por medio y sabe que su objetivo se ha cumplido. Tras tanto
sufrimiento, por fin han encontrado paz espiritual. También ha transmitido
mucha parte de su conocimiento a Rey y se ha asegurado la supervivencia de los
rebeldes. Sin alardear ni llamar la atención de nadie, ni siquiera de sus seres
queridos, Luke muere, encuentra la paz y se hace uno con la Fuerza. Por otra
parte, Leia felicita a Rose, Finn y Rey por su capacidad de liderazgo y se
retira a vivir pacíficamente sus últimos días.
En
el siguiente episodio se activaría el plan secreto de Snoke, que pasaba por un
segundo aprendiz en las sombras que había recogido unas reliquias. Snoke sabía
que su debilidad le impedía alcanzar su máximo potencial y por ello habita el
cuerpo de su aprendiz, justificando su muerte a manos de Kylo Ren. La Nueva
República se establece bajo la amenaza incipiente del lado oscuro. Por otro
lado, nos desvelarían la identidad de los padres de Rey y ésta completaría su
entrenamiento con el fantasma de Luke; Finn y Rose, que escaparon por los pelos
de Crait, tendrán que convertirse en líderes inesperados, a la vez que exploran
su relación amorosa y rinden tributo a su gran amigo Poe; mientras, la Primera
Orden se dispone a luchar su última batalla en un intento desesperado por
recuperar el control sobre la galaxia.
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