Del 19/03/18 al 25/03/18
HACE 10 AÑOS...
A lo largo de los años, se han hecho numerosas películas ambientadas en la II Guerra Mundial y centradas concretamente en el Holocausto. Algunas como La vida es bella o El prestamista de Sidney Lumet se centran más en el drama; mientras, otras buscan sumergirnos en el propio campo de batalla. Los falsificadores entraría dentro de la primera categoría, aunque se desmarca de sus compañeras por su polémica temática. La historia nos sitúa en 1936. Sorowitsch es uno de los mejores falsificadores judíos de moneda de Berlín. La situación de su país le trae sin cuidado mientras pueda seguir fabricando dinero. No obstante, al estallar la guerra, Sorowitsch es detenido y llevado a un campo de concentración nazi, donde le obligan a trabajar junto a un equipo de falsificadores. Su objetivo es fabricar libras esterlinas y dólares americanos para hundir la economía de sendos países. A cambio, Sorowitsch y el resto del equipo consiguen mejores condiciones de vida que los demás del campo. Como podéis imaginaros, esta "colaboración" les plantea un grave dilema moral: continuar trabajando para tus verdugos y ayudarles a ganar la guerra o no. Es una cinta austríaca, lo cual se traduce en un ritmo irregular y una frialdad más que evidente; no es una película que busque provocar emociones en el espectador y eso puede llegar a exasperar. El mayor problema que le veo a la cinta es que no consigue transmitir la vergonzosa y humillante situación por la que pasan sus personajes ni tampoco el odio hacia sí mismos que muchos de ellos sintieron. Aún así, la historia no deja de ser original y esclarecedora. Ofrece una perspectiva diferente a la que estamos acostumbrados. Además, las actuaciones están bien, la dirección es sólida y el metraje, de hora y media aproximadamente, no se extiende innecesariamente. Si te interesa conocer más sobre este nefasto capítulo de nuestra historia reciente, Los falsificadores es una película necesaria dentro de vuestra filmografía.
Ficha técnica (Filmaffinity): https://www.filmaffinity.com/es/film737417.html
HACE 20 AÑOS...
Nadie es perfecto, ¿verdad? El realizador y guionista Andrew Niccol quiso demostrarnos lo contrario con esta historia de ciencia ficción que dejó una huella imborrable en todos aquellos afortunados espectadores que tuvieron la oportunidad de encontrarse con ella a finales de los 90. Fue un rotundo fracaso en la taquilla norteamericana, cosechando poco más de 12 millones de los 36 que había costado su producción y con el tiempo se convertiría en película de culto –como le ocurriese a Blade Runner en los 80–. La acción se ambienta en un futuro cercano, en el que la mayor parte de los niños son concebidos in vitro y empleando técnicas de selección genética. La sociedad busca la perfección más absoluta y para ello recurre a los avances de la ciencia para conseguirlo. Sin embargo, pese a sus esfuerzos, aún nacen niños concebidos de forma natural. Estos son marginados y tratados como inválidos por el resto de la sociedad, relegándoles a los trabajos más desagradables e indeseables. Vincent (Ethan Hawke) es uno de ellos. El sueña con ser astronauta, aunque su condición física se lo impida. Esta cinta cuenta con un reparto de primera, una fotografía exquisita y una banda sonora magnífica pero por encima de todas estas facetas se encuentra el guión de Niccol. Una auténtica maravilla, injustamente ninguneada y olvidada tanto por el público como por la crítica, que mereció mucho más de lo que obtuvo. En la historia encontramos innumerables mensajes sobre el ser humano y cómo su incesante búsqueda de la perfección le lleva incluso a prescindir de su propio alma; también nos habla del miedo al diferente y su marginación; de la lucha por alcanzar un sueño y de la importancia del amor y la empatía. Gattaca es un ejercicio fascinante de ciencia ficción compleja y bella, todo un desafío destinado al cinéfilo empedernido. Imprescindible.
Ficha técnica (Filmaffinity): https://www.filmaffinity.com/es/film895828.html
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