Esta
cinta de intriga dirigida por John Krasinski y protagonizada por Emily Blunt
nos sitúa en un futuro post-apocalíptico donde una raza alienígena caza humanos
mediante el sonido.
Hace
tiempo que se estrenó en gran parte del mundo Un lugar tranquilo, película de
suspense con tintes de terror que consiguió captar la atención de buena parte
de la comunidad cinéfila. Con un discreto presupuesto de $17 millones de
dólares, el director y guionista John Krasinski logró recaudar más de $300
millones de dólares en todo el mundo, debido en gran medida a su original
premisa y a una atmósfera de tensión bien conseguido; una prueba más de la
rentabilidad de este tipo de obras. No obstante, ¿se convertirá esta obra en la
última sensación dentro del género de moda, como ya lo fuese el año pasado
Déjame Salir, o caerá en el olvido con el paso del tiempo?
Me
gustaría empezar hablando de uno de los pilares fundamentales de este título,
como es el argumento. El guión está co-escrito por Scott Beck, Bryan Woods y el
propio director, John Krasinski y he de decir que me sorprende ver tantos
nombres, puesto que la historia se resume básicamente en una frase: una familia
trata de sobrevivir en un mundo post-apocalíptico dominado por unos extraños seres
que nos cazan gracias a su desarrollado sentido del oído. Esto traerá
consecuencias evidentes, ya que sus protagonistas no podrán emitir ningún sonido fuerte: ni gritar, ni hablar, ni
disparar…ni siquiera hacer movimientos bruscos. Además, su comunicación queda
reducida al lenguaje de signos y a eventuales susurros, lo cual conlleva una
absoluta ausencia de conversaciones. El guión hace un buen trabajo en la escena
inicial, que sirve para sentar las bases del que trata de construir: uno donde
el más mínimo despiste puede costarte la vida. El problema para mí llega más
adelante, cuando la narración parece estancarse, quedándose en un suceso de
desventuras y obstáculos que nuestros protagonistas tendrán que solventar de
maneras variopintas. No es tanto que deje de ser imaginativa sino que no
arriesga más allá de su planteamiento inicial; se vuelve una cinta
post-apocalíptica estereotípica. Como dije antes, los diálogos brillan por su
ausencia -lo cual le resta efecto dramático a la obra- pero ni siquiera estos
hubiesen podido salvar un tercer acto donde todo viso de realismo se tira por
la ventana a favor de unas escenas de acción que rompen absolutamente con el tono
contenido y atmosférico establecido previamente. También me costó conectar con
los personajes –a excepción del de Emily Blunt- aunque creo que se debe más a sus
actuaciones que al guión en sí. Por si fuera poco, el final es uno de los más
abruptos y faltos de sentido que he visto en mucho tiempo; una forma bochornosa
de echar el cierre que me dejó con un sabor de boca más amargo que dulce.
En
cuanto a la dirección y la fotografía, Krasinski hace un buen trabajo creando
tensión y un sentido de la invulnerabilidad bastante logrado, sobretodo en los
primeros compases del filme. Para ser su primera incursión en el género, lo
cierto es que supo mantener con acierto el ritmo y el interés del espectador.
Tampoco es que destaque especialmente por su iluminación ni por una fotografía
sugestiva. Los escenarios son escasos y repetitivos; no ofrecen suficiente
variedad ni originalidad como para llamar visualmente al espectador.
Las
actuaciones tuvieron resultados dispares: por una parte, Emily Blunt es la gran
estrella y protagonista del filme; por la otra, John Krasinski sigue
pareciéndome un actor pasable y los niños no tuvieron el desparpajo ni la
soltura de una película de Spielberg, Donner o Reiner. Es ella la que ejerce de
líder y la que atraviesa los peores momentos, con lo cual es sencillo empatizar
con ella. Sin embargo, me hubiese gustado ver algo más del resto de integrantes
de esta familia de supervivientes y cómo lidian con su nuevo estilo de vida.
En
definitiva, Un lugar tranquilo es un interesante experimento de intriga y
suspense que brilla especialmente en el primer acto y que va perdiendo fuelle
conforme se acerca al desenlace. Su peculiar premisa construye una atmósfera
tensa y opresiva por momentos, donde hasta el menor de los ruidos puede
costarle la vida a un personaje, aunque el guión también se permite ciertas
licencias narrativas que rompen con dicha norma. Lo mejor que se puede decir de
ella es que entretiene al aficionado al género y que su hora y media de metraje
nunca se hace pesada. Sin embargo, no puedo dejar de lamentarme, ya que esta
historia podría haber dado mucho más de sí en otras manos más talentosas –quizá
más incluso como una serie de Netflix, AMC o HBO– y se queda a medias de todo.
5.5/10:
RUIDOS MORTALES.
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