La semana pasada celebramos el
cumpleaños de un tal Quentin Tarantino, realizador y guionista de algunas de
nuestras películas favoritas del S. XXI. Su carrera es una demostración de cómo
el amor al cine puede (y debe) ser condición necesaria para tener éxito en
Hollywood. Porque Tarantino es un aficionado más, como tú y como yo; una rata
de videoclub que creció viendo películas de kung-fu y mamando cultura pop. Sus
detractores lo acusan de recurrir excesivamente a otras películas de
referencia, dicen que su cine es poco original y tosco y que su estilo no es
más que una amalgama de otros cineastas a los que admira. Yo digo que son tonterías.
Te puede gustar más o menos, pero no podemos negar el impacto que Tarantino ha
tenido para el cine moderno y eso no se consigue copiando a otros. Y es que,
pensándolo detenidamente, ¿qué hace a una película original? Yo creo que
originalidad no es lo mismo que invención. Mientras la segunda nace de la
necesidad de crear algo que antes no existía, la primera no es más que tomar
ideas preexistentes y combinarlas de formas nunca antes vistas. Individualmente,
los elementos de Matrix, por ejemplo, ya se habían visto antes: el cyberpunk,
la distopia y la filosofía que trata pueden encontrarse en otras obras
literarias y/o cinematográficas. Lo que hizo especial a Matrix era que nunca
antes las habíamos visto todas juntas en pantalla de esa forma. Con el cine de
Tarantino ocurre lo mismo.
Después de soltar mi parrafada
introductoria habitual (¡qué paciencia tenéis conmigo!), entremos de lleno en
el tema del artículo: mi ranking personal de la filmografía tarantiniana. Antes
de empezar decir que esta lista sólo incluirá los largometrajes dirigidos
exclusivamente por él, no así sus colaboraciones, con lo cual descarto Sin City
y Four Rooms. Además, trataré los dos volúmenes de Kill Bill como una sola
película, que es como fue ideada. Dicho esto, ¡que empiece el show!
8 – Los odiosos ocho. Reconozco que
cuando la vi por primera vez me gustó, quizá porque el hype me cegaba o porque
quería engañarme, creyendo que Tarantino no podía hacer nada que no fuera
notable. Sin embargo, con el tiempo, siento que su segundo western no alcanza
el nivel de Django desencadenado. Para empezar, sus dos horas y media de
metraje me parecen excesivas, más aún desarrollándose casi exclusivamente en la
mercería de Minnie. Para que una apuesta tan arriesgada como esta funcionase,
tenía que gozar de unos personajes inolvidables y tampoco es el caso. De los
ocho protagonistas, sólo Jennifer Jason Leigh tiene el descaro y el carisma
necesario para mantenerme despierto. Los demás, por una razón u otra, terminan
cansando pero el principal problema no radica en la actuaciones, sino en el
guión. En su octava película, Tarantino dejó de inspirarse en el cine con el
que creció y pasó a fijarse en su propio trabajo. Craso error. Los personajes
no tienen la frescura esperada y, aunque pasan muchas cosas en la mercería,
todo se antoja demasiado teatral. Impostado. Quentin perdiendo la partida
contra su mejor versión de sí mismo. Aún así, pese a considerarlo su peor título,
ni mucho menos es una mala película. La banda sonora, la puesta en escena y la
atmósfera que logra construir entre esas cuatro paredes están bien conseguidas.
7/10
- Esta marcó la cuarta ocasión (tercera consecutiva) que un personaje recibe un disparo en las pelotas en su filmografía.
- Los exteriores se filmaron en Colorado. Desafortunadamente, hizo tan buen clima durante el rodaje que les fue casi imposible recrear la tormenta, ya que la nieve se derretía. Un día, Tarantino y el reparto le rezaron a los dioses de las nieves y coincidencia o no, nevó dos días después.
- Las lentes usadas se emplearon anteriormente para filmar la escena de la carrera de cuadrigas de Ben-Hur.
7 – Death Proof. En 2007, Tarantino
y Robert Rodríguez –colaboradores habituales desde la exótica y vampiresca
Abierto hasta el amanecer donde, entre otras cosas, descubrimos el fetiche del
bueno de Quentin en aquella inolvidable escena con la Hayek– se proponían
recuperar el género exploitation con Grindhouse, una doble sesión compuesta por
Planet Terror y Death Proof. El resultado fueron dos títulos salvajemente
entretenidos, con altas dosis de violencia, gore y sexualización. Si bien
considero ésta su peor película, tanto a nivel narrativo como visual e
interpretativo, he de admitir que tiene un encanto especial que la distingue
del resto de su filmografía. Aparte de la obvia connotación sexual de las
chicas, ninguna otra producción suya cuenta con un protagonista tan retorcido
como el Especialista Mike y no será por escasez. Al habitual magnetismo de Kurt
Russell, hay que unirle la habilidad innata de Tarantino para convertir lo
mundano en inolvidable –un claro ejemplo siendo la escena del baile de Rosario
Dawson a Russell, tan inesperada como sensual–. Además, tiene unas
persecuciones en coche brutales en homenaje al cine de acción de finales de los
sesenta y los setenta. 7/10
Curiosidades:
Curiosidades:
- El jukebox que aparece en la película pertenece al mismísimo Tarantino y también apareció en Asesinos natos de Oliver Stone.
- El título original era "Thunder Bolt".
- La placa del Chevy Nova que conduce Especialista Mike es la misma que lleva el Mustang de Steve McQueen en Bullitt.
- Mickey Rourke, Sylvester Stallone, Ving Rhames y John Jarratt fueron considerados para el papel de Especialista Mike.
6 – Malditos bastardos. Hasta ahora
creo que la gran mayoría de mis lectores estarán más o menos de acuerdo con el
ranking pero, como no podría ser de otra manera tratándose de una filmografía
tan excelsa como esta, las desavenencias tenían que aparecer tarde o temprano.
Para muchos, esta “sutil” reinterpretación de la II Guerra Mundial es su mejor
obra y no les culpo: tiene actuaciones estelares de Christoph Waltz y Brad Pitt
entre otros, la estética está más cuidada que en ningún título previo del
realizador tejano y bueno, la historia es un auténtico despiporre de principio
a fin. Tarantino bebe del cine bélico clásico y de las figuras principales del
cine propagandístico nazi para contar su propia versión de los acontecimientos;
un acto de venganza magistral que haría llorar de emoción al mismo William
Shakespeare. La secuencia de la proyección cinematográfica del desenlace
quedará por siempre grabada en la retina de estos y de todos los ojos que la
vean y ésta no es sino una de muchas, como la del inicio donde somos testigos
de la maquiavélica, fría y aún así carismática personalidad de Hans Landa.
Probablemente la interpretación de Waltz sea la mejor que haya dado cualquier
filme de Tarantino. Mi problema con esta película es que el género bélico ya ha
sido tratado tantas veces y de tan diversas formas, que Malditos bastardos se
me queda como un híbrido entre el descaro de Pulp Fiction y la madurez tras la
cámara de un Tarantino que empieza a acomodarse. Tras visionarla de nuevo, he
notado que ese flechazo que sentí en el cine ha desaparecido y que su éxito
depende demasiado de la actuación de Waltz. 8/10
P.D. Mi escena favorita es la del bar, un guiño total a El desafío de las águilas de Richard Burton y Clint Eastwood. Hay que reivindicar ese tremendo peliculón de aventuras. Sí, totalmente inverosímil pero, ¿y lo bien que te lo pasas con el comando de espías liderado por Burton?
Curiosidades:
- Tarantino trabajó en el guión durante casi una década.
- Marcó la última colaboración entre Tarantino y la editora Sally Menke, debido al fallecimiento de esta última. Trabajaban juntos desde su debut en Reservoir Dogs.
- El papel del padre de Shosanna (que apareció brevemente debajo del suelo de la casa de Pierre LaPadite) lo interpretó Patrick Elias, cuyo padre, Buddy Elias, era primo de Ana Frank.
5 – Django desencadenado. Llegado
este punto, imagino que la mitad de vosotros estaréis llevándoos las manos a la
cabeza, gritando a vuestra pantalla, mientras ponéis en duda mis gustos
cinéfilos: “¿¡Django mejor que Malditos bastardos!?”. Tengo que admitir que
estas dos películas fueron las más difíciles de clasificar: tengo muy claro
cuáles me gustan más y cuáles menos, pero es en ese terreno intermedio en el
que me entran sudores fríos y comienzo a marearme. Dependiendo del día, una
está por encima de la otra y vicerversa, así que, después de comerme la cabeza
un buen rato, decidí mandarlo todo a la mierda. Los motivos por los que la pongo por encima son, principalmente, porque soy un enamorado del género,
porque creo que merecía (y merece) un regreso a los cines por la puerta grande
y porque me resulta más divertida que Malditos bastardos. Me encanta la química
que hay entre Waltz y Foxx, la acción y el gore encajan más en el Oeste que en
la Alemania nazi y la banda sonora es más redonda. Tarantino con el western era
un amor correspondido desde que en el ’92 estrenara Reservoir Dogs y por fin,
tras años de espera, podríamos ver el resultado. Las salvajadas de Quentin
habían encontrado el mejor género para desatarse y qué mejor que haciendo
homenaje a otra salvajada como la original de Corbucci…y recordad, ¡la D es
muda! 8’5/10
Curiosidades:
Curiosidades:
- En la escena en la que DiCaprio se corta con cristales y empieza a sangrar, esa sangre era de verdad. En lugar de cortar la toma, DiCaprio continuó metido en el personaje hasta el final y ésta terminó incluida en la versión final.
- Tras un accidente en el que Waltz se cayó del caballo y se rompió la pelvis, Foxx le hizo un regalo para que se sintiese mejor: una silla de montar con cinturón.
- Broomhilda von Shaft, ¿de qué os suena ese apellido? Como gran aficionado al Blaxploitation, Tarantino quiso hacer un guiño al famoso personaje interpretado por Richard Roundtree en los setenta, Shaft. Su idea era que Django y Broomhilda fuesen antepasados suyos.
4 – Jackie Brown. Siempre me ha
parecido que se hablaba poco de esta pequeña joya que combina una novela de
Elmore Leonard con el género Blaxploitation. Protagonizada por Pam Grier, icono
de ese género, quien interpreta a la mujer de armas tomar que da nombre a la
película, Jackie Brown es quizá la producción menos tarantiniana de todas y eso
no es algo malo, más bien al contrario. Cuando un director como él registra su
propio sello (igual que otros grandes como Scorsese, Orson Welles o Spielberg),
resulta muy difícil salirse de ese marco que ellos mismos se han creado. Con
esto no quiero decir que parezca hecha por otra persona, ya que sigue contando
con algunos de los valores de producción, de los diálogos cachondos y actores
fetiches como Samuel L. Jackson, pero su ritmo es mucho más pausado al que nos
acostumbra y su historia más compleja que cualquier otra. Jackie Brown es el
producto de un admirador del cine negro y de la cultura afroamericana de los
sesenta y setenta (de ahí que la banda sonora, la mejor empleada de todas sus
obras, incluya a Los Delfonics, Bill Withers o Bobby Womack entre otros) y sabe
muy bien que para que estos dos elementos funcionen en pantalla, debe
mantenerse “cool” como diría Jules en la escena final de Pulp Fiction. Quizá
por esa razón no se hable tanto de ella, porque muchos no la asocian con
Quentin; no hay sangre ni vísceras, tampoco hay momentos de locura como la
escena de Zed en Pulp Fiction o la de Michael Madsen en Reservoir Dogs. Es esa
calma, ese esfuerzo por contenerse lo que me fascina de esta película.
Tarantino entiende que la historia y los personajes que hay en ella valen lo
bastante como para prestarles el escenario. 8’5/10
Curiosidades:
- Para Samuel L. Jackson, ésta es su película favorita de Tarantino. ¡Y ya sabéis, mamones: lo que diga el cabronazo de Samuel L. Jackson no se discute, joder!
- El Honda que conduce Pam Grier en la película es el mismo que condujo Bruce Willis en Pulp Fiction.
- Cuando vemos a Max Cherry (Robert Forster) salir del cine, la música de los créditos finales de esa película son los mismos que los de Jackie Brown.
3 – Kill Bill. A estas alturas ya
estaréis al tanto de que el bueno de Quentin solo planea hacer diez películas.
Después se despedirá como John Wayne hizo al final de Centauros del desierto. Quizá
estéis también enterados de Kill Bill: The Whole Bloody Affair, una versión
de la película donde Tarantino une ambos volúmenes en uno solo. Esta versión
del director fue proyectada en el Festival de Cannes y yo la considero prueba
de que Quentin las cuenta como una obra y no dos. Dejando esto de lado, el
título que encumbró a Uma Thurman a la categoría de estrella de cine tiene
todos los ingredientes del buen cine de artes marciales. El enemigo, un
enigmático Bill, encarnado con ese aura de misticismo y peligrosidad que solo
un actor salido de la serie B setentera y con una controvertida vida como David
Carradine puede interpretar. La acción, protagonizada por nuestras buenas y
letales amigas japonesas las katanas, empuñadas por mujeres con la misma mala
ostia que Ilsa y el código de honor samurái que ya le gustaría tener a Tom
Cruise en El último samurái. Son bellas y letales y no les importa una mierda
tus disculpas de nenaza. Kill Bill marcó un antes y un después para Tarantino,
ya que muchos medios empezaron a acusarle de ser todo estilo y poca sustancia.
Yo me pregunto: ¿qué más sustancia queréis de una mujer en busca de venganza
tras ser disparada en la cabeza cuando estaba embarazada y a punto de casarse? Si
los críticos esperaban un análisis frío y cerebral sobre la violencia, se
equivocaban de película y de director desde el principio (aunque en verdad sí
es cerebral, literalmente). Me encanta la estructura de la película, la
aventura en sí, las escenas de acción encierran todas sorpresas y los
personajes, tanto si son buenos como malos, tienen un carisma que los hace
únicos, desde O-Ren Ishii (soberbio anime para introducírnosla) hasta un Michael Madsen pasota y pasado de
kilos que recuerda a una versión más sosegada de Vic Vega. El entrenamiento de
Pai Mei, el lore que desarrolla entorno a su figura y la de Hatori Hanzo, todo
en Kill Bill contribuye a crear un universo independiente, que sobrevivirá a
Tarantino y lo reivindicará por siempre como el gran narrador de historias que
es. 9/10
Curiosidades:
Curiosidades:
- La escena en la que Gogo (Chiaki Kuriyama), la sicario de O-Ren vestida de colegiala, juega con la maza alrededor de su cabeza, ésta le golpeó accidentalmente a Quentin. Además, esta actriz fue específicamente elegida para el papel debido a que Quentin es un gran admirador de Battle Royale y ella aparece en ese filme.
- La famosa coñoneta que conduce la Mamba negra es propiedad de Tarantino. Aparece en varios videoclips como, por ejemplo, el de "Telephone" de Lady Gaga y Beyoncé.
- La historia que Esteban Vihaio le cuenta a la Mamba negra sobre un joven Bill chupándose el dedo mientras ve a Lana Turner en pantalla es, en realidad, una historia real que Kurt Russell le contó a Tarantino. En dicha historia, un joven Russell hacía lo mismo pero no con Lana Turner, sino con Marilyn Monroe.
2 – Reservoir Dogs. ¿Ya sabéis de lo
que trata "Like a Virgin" de Madonna? Tarantino nos lo resume muy gráficamente en
la escena inicial de esta fantástica película de suspense, protagonizada por
verdaderos hijos de puta. En su debut como director, Tarantino asentaba las
bases de su cine: buena música setentera, violencia y gore a cascoporro y
protagonistas que no son ni héroes ni antihéroes, ni lo pretenden. Del elenco
de actores destacan cuatro: Harvey Keitel, Tim Roth, Michael Madsen y Steve
Buscemi. Estos ocuparán la mayor parte de la acción, que se desarrollará
mayoritariamente en un almacén abandonado. En esencia, Reservoir Dogs es una
obra teatral, lo cual demuestra la predisposición natural de Tarantino a este
medio –de hecho ha llegado a confesar que le gustaría llevar algunas de sus
historias al teatro–.La chispa de sus diálogos, el juego de encontrar al topo
en el que participan tanto los ladrones como los espectadores, las vísceras y
la utilización de la música, en forma de radio, para levantar emociones de buen
rollo ("Little Green Bag") y de mal rollo ("Stuck in the Middle with You"). El
bailecito del Madsen, la historieta de Tim Roth, los flashbacks, la relación
paternofilial entre Keitel y Roth y la posterior traición, ese guiño al duelo
final de El bueno, el feo y el malo, etc. Reservoir Dogs tiene el ritmo y el
tono perfecto y para nada depende de su giro final; es más, la experiencia
cambia radicalmente una vez conoces su final, volviéndose mucho más
hitchcockiana que en su primer visionado. Con un presupuesto de apenas $1 millón
de dólares, Tarantino asaltaba Hollywood por primera vez. 10/10
Curiosidades:
Curiosidades:
- Madonna vio la película y, aunque le gustó, refutó la teoría de Tarantino sobre el temazo "Like a Virgin". Un tiempo después, ella le envió una copia de su álbum "Erotica" firmado por ella, donde se puede leer: "Para Quentin. No se trataba de una polla, trataba del amor. Madonna."
- Tim Roth rechazó hacer una audición para el papel. En su lugar, se llevó a Tarantino y Keitel de copas y accedió a hacer la audición solo cuando estuviesen borrachos.
- Tony Scott leyó los guiones de Amor a quemarropa y Reservoir Dogs y le dijo a Tarantino que le gustaría dirigir este último, pero Tarantino se negó y le contestó que podía quedarse con el primero.
- La elección musical para la escena de la banda paseando a cámara lenta fue inicialmente "Money" de Pink Floyd. Sin embargo, cuando Tarantino escuchó "Little Green Bag" por la radio, cambió de opinión. El resto es historia.
1 – Pulp Fiction. La obra maestra
del genio de la cultura pop, una película que une a varias generaciones en una
experiencia cinematográfica sin parangón. Pulp Fiction es la historia del amor
al cine a lo largo de las décadas: desde la escena en el restaurante cincuentero,
donde trabajan imitadores de Marilyn o Elvis, hasta la relevancia de las drogas
en la sociedad de los noventa, pasando por un John Travolta que encapsula el
ritmo de los setenta y ochenta. Tarantino empleó L.A. como telón de fondo para
narrar una historia universal en la que todos podemos encontrar una referencia
a nuestra infancia o adolescencia. Y es que Tarantino sabe que crecimos, igual
que él, viendo mucha televisión y cine y mamando cultura americana. Esa es la
idea para captar nuestra atención –el cartel de la película con una sugerente
Uma Thurman es buena muestra de ello– pero no se conforma con eso. Tarantino
elabora una historia no lineal de vidas cruzadas que asombra a propios y
extraños por su magnífica estructura, sus personajes inolvidables y sus
momentos ingeniosos. Pulp Fiction convierte una charla de carretera o una
conversación de restaurante en algo excepcional y memorable. A Tarantino le
encanta jugar con nuestras expectativas y lo hace como un malabarista: tan
pronto nos encontramos relajados, escuchando a Jules en su coche hablando de
milagros divinos con Vincent, como pasamos a tener el asiento trasero bañado en
sangre. Podemos estar ante la historia más emotiva del filme, la del reloj de
oro, pero justo en el momento en el que Christopher Walken entra en los detalles
escatológicos, el relato trágico se convierte en hilarante. Son esos
contrastes, esa forma que tiene el guión de revertir nuestras expectativas, las
que hacen cada conversación irrepetible. Pulp Fiction es como una caja de
bombones, nunca sabes cual te vas a encontrar, ni cómo va a terminar la vida de
ninguno de nuestros protagonistas pero lo que importa es el viaje que
compartimos con ellos. No sé vosotros, pero Pulp Fiction es una de las pocas
películas de las que no me importaría ver un spin-off de cada uno de sus
personajes. ¿Acaso no molaría seguir los encargos de Jules y Vincent, mientras
hablan de sus movidas y discuten sobre la connotación sexual de un masaje en
los pies? ¿O saber cómo le irá el matrimonio a Jimmy cuando su mujer encuentre
la toalla del baño en la que tan cuidadosamente se secó las manos llenas de
sangre Vincent Vega? ¿No querríais saber si Butch ha sacado toda la pasta del
combate y Fabienne se ha dejado barriga? Quizá Vic Vega trate de vengarse del
bueno de Butch por la muerte de su hermano. La grandeza de esta obra es que
todos sus personajes tienen una historia anterior y posterior a los hechos que
relata. 11/10
Curiosidades:
- Cuando Nick Furia (Samuel L. Jackson) visita su tumba en Capitán America: El soldado de invierno, el epitafio dice lo siguiente: "El camino del hombre recto..." de Ezekiel 25:17. Esto va en referencia a la famosa frase de Jules, que originalmente aparecía en el guión de Abierto hasta el amanecer, dicha por el personaje de Harvey Keitel.
- Construir el set del restaurante de Jack Rabbit Slim costó la friolera de $150.000 dólares.
- Daniel Day-Lewis quería el papel de Vincent Vega pero Quentin lo declinó.
- La escena en la que Travolta le clava la jeringa en el pecho de Thurman fue filmada al retroceso, con la aguja clavada en el inicio. En postproducción, la cinta se reproduce al revés, dando la impresión de que Travolta está clavando la aguja en vez de sacarla.
- Uma Thurman rechazó en un principio el papel de Mia Wallace. Tarantino, que estaba desesperado, la convenció leyéndole el guión de 159 páginas por teléfono.
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