¿Qué ocurriría si hicieran una
película para niños sobre la depresión o la frustración o cualquier otra
emoción, a menudo negativa, que los adultos sienten a diario? En la escuela
nos enseñaron mucho conocimiento, gran parte del cual nos hemos olvidado con el
tiempo o el desuso, pero muy poco acerca de nuestro cuerpo y nuestra mente; nos
mandaron memorizar un sinfín de definiciones y personajes históricos, nos
enfrentaron al terrible análisis sintáctico –recuerdo intentar pasar desapercibido
cuando el profesor oteaba el horizonte en busca de un incauto al que dejar en
evidencia– pero no recuerdo que ningún profesor
se atreviese siquiera a explicarnos qué es la tristeza, la desesperación o el
miedo ni cómo deberíamos hacerle frente. Eso, amigos, nos lo enseñó la vida, el
profesor más exigente y cabrón de todos, uno al que le encanta poner exámenes
sorpresa y al que no puedes engañar por mucho que lo intentes. En ese caos de
hormonas y emociones fluyendo a flor de piel, todos nosotros tuvimos que
aprender, por las buenas o por las malas, a quitarnos la tontería y crecer de
una maldita vez. Se llama madurar y es la gran némesis de todo adolescente
despistado. Para intentar poner orden en semejante desaguisado, Pete Docter y
el conocido estudio de animación Pixar se proponen hacer una película que,
además de entretener como solo ellos saben, pueda guiar a los más jóvenes en
ese camino hacia la madurez. La película, estrenada allá por 2015, se titula
Del revés y estoy seguro que muchos de vosotros ya la conoceréis. Con un elenco
de voces que incluye a veteranos como Amy Poehler, Bill Hader, Diane Lane y
Kyle MacLachlan entre otros, esta pequeña joya es una de las mejores películas de
animación en lo que llevamos de siglo. ¿Que por qué motivo le hago una crítica
ahora y no en su momento? Pues quizá fue por apatía o por olvido, quizá tenía
miedo de que nadie la leyera o simplemente no tuve tiempo pero, tras
revisionarla, algo ahí arriba me dijo que merecía la pena hacerlo.
Del revés está dirigida por Pete
Docter, un veterano en la animación norteamericana, que cuenta ya con otras
grandes obras como Monstruos S.A. y Up. La primera causó furor por su original
enfoque narrativo, que tomaba como protagonistas a dos monstruos sacados de
pesadillas infantiles y les daba una vuelta de tuerca. La segunda se centraba
más en la exploración de las emociones humanas y en la contraposición de la
juventud y la vejez; uno empieza a construir sus sueños, mientras el otro busca terminar conquistándolos. En Del revés, imaginación y emoción se unen maravillosamente
para contarnos una historia que entretendrá a los más pequeños y sorprenderá a
los más mayores. Y es que una de las cualidades que más valoro de este tipo de
cine es su longevidad; que el espectador pueda verla por primera vez a los ocho
años y que, cuarenta años después, la vea otra vez con ojos distintos. Muchos
de los mensajes que esconde esta aventura cerebral no serán captados por los
más jóvenes; por lo tanto, cuando crezcan, tendrán una experiencia
completamente distinta y reveladora.
El gran
culpable del éxito de esta película es, sin duda, su argumento. Pocas veces he
visto una película para niños con un guión tan perfectamente hilado; sin
errores ni excesivo infantilismo, con ingenio y sutileza. Docter no trata a los
niños como cabezas de chorlito, los respeta y los educa dentro de sus límites
cognitivos. Pero, lo que más me asombra
de esta impresionante obra, es su arriesgada apuesta por ahondar en la última
barrera que le queda por explorar al Hombre; la mente es en el peor de los
casos un tema tabú y en el mejor, un complejo entramado neuronal, dividido en
regiones dispares que trabajan al unísono para orquestar cada uno de nuestro movimientos y pensamientos. Todos tenemos una definición de la
mente, una idea abstracta y subjetiva que cambia según nuestra experiencia
vital. Sin embargo, la síntesis que hace Docter personificando nuestras
emociones en asco, miedo, ira, tristeza y alegría, es perfecta y universal. Pixar
es reconocida por habernos traído algunas de las cintas de animación más
divertidas y mejor hechas de las últimas décadas; con Del revés se desmarca de
las demás, elevándose a una categoría superior. Al igual que ocurre con un niño,
hemos asistido al nacimiento de esta productora californiana, la hemos visto
crecer y florecer y en 2015 podría decirse que alcanzó su madurez creativa. Soy
un admirador de sus películas, de todas, pero Del revés juega en otra liga.
Quizá Toy Story o Buscando a Nemo sean más fáciles de ver pero carecen de esa profundidad en el mensaje que transmite.
Y hablando
del mensaje, ¿qué nos enseña esta película? Las interpretaciones son múltiples
y pueden ir tan lejos como la investigación académica y científica nos lo
permita. No obstante, el objetivo de Del revés no es resolver todas nuestras dudas, sino interesarnos
en el profundo mundo de la mente. Ahora bien, dicho esto, Docter y cía. tratan de
dejarnos algunas enseñanzas básicas para la vida; el dolor o la tristeza no es
malo en sí y no puedes evitarlo, ya que forma parte de todos nosotros. Huir de la
tristeza escondiéndose tras una máscara de felicidad es algo que se estila cada
vez más, especialmente ahora que las redes sociales nos permiten proyectar la
imagen más bonita de nosotros mismos. Pero no podemos pretender estar siempre
contentos, igual que no debemos dejar que la amargura se apodere de nosotros. Ni
todo es blanco ni todo negro: el equilibrio es la clave de la vida. Sin él
estaríamos siempre dando tumbos, tristes o felices, animados o indolentes, sin un término medio. Aceptar los
sentimientos negativos es un paso imprescindible hacia la verdadera plenitud.
Como sociedad, tenemos que perderle miedo a sentir nostalgia u a aflicción. Mirar por el retrovisor de vez en cuando no es malo, mientras nos mantengamos
en ruta hacia delante. Y no, no existe la eterna felicidad, eso es una leyenda, igual que El Santo Grial o el Big Foot, así que dejemos de perseguir quimeras y
afrontemos la realidad.
En
definitiva, Del revés encapsula todas las cualidades del buen cine; cultiva
nuestra imaginación, amplia nuestro conocimiento y nos ayuda a ser la mejor
versión de nosotros mismos. Estoy convencido de que este tipo de obras –los
clásicos de Disney, Pixar o el anime de Ghibli, entre otros– son las que despiertan verdadera pasión por
el cine y por eso es tan importante preservarlas y pasarlas de generación en generación, para
que este medio nunca muera. Yo me inicié en el cine de esta forma y aunque han
pasado unos pocos años de aquello, aún mantengo indeleble el recuerdo de algunas
de mis cintas VHS favoritas, aquellas que veía una y otra vez sin cansarme. Recuerdo
pasarme delante del cine de mi barrio, ese que ha terminado engullido por las
grandes cadenas y quedarme prendido por sus luces y su olor a palomitas, observando los carteles de los estrenos más recientes. Tirarme horas en el
videoclub mirando carátulas y leyendo sinopsis, imaginándome cómo continuaría la historia de ese
título prohibido que tanto ansiaba ver. Esos tiempos ya han quedado atrás, pertenecen a
los recuerdos esenciales, como diría la película, pero las emociones son las
mismas ahora que antes.
10/10: CINE QUE ABRE LA MENTE A LA VIDA.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------------------------------------------------
Movie review - Inside Out
What would happen if someone made a movie for children about depression or
frustration or any other emotion, often negative, that adults feel daily? At
school, teachers taught us many things, much of them we have forgotten over
time and disuse, but they taught us very little about our body and our mind;
they made us memorize endless definitions and historical figures and we had to
go through the frightening syntax analysis - I remember trying to go unnoticed
when the teacher looked for an unwary person to embarrass. It never worked, by
the way-. However, I don’t remember any teacher even daring to explain to us
what sadness, despair or fear was or how to face it. That was taught to us by
life, the most demanding and the biggest bastard of all teachers; one who loves
to put surprise tests and one you can’t fool, no matter how hard you try. In
that chaos of hormones and emotions flowing through, all of us had to learn, by
hook or by crook, to clean off our foolishness. It’s called growing the fuck up
and it’s the great nemesis of every clueless teenager. Trying to bring some order
to such a mess, Pete Docter and the well-known animation studio Pixar intend to
make a film which, on top of entertaining us as only they know, can also guide
the youngest on that path towards maturity. The film, released around 2015, is
titled Inside Out. With a cast of voices that includes veterans like Amy
Poehler, Bill Hader, Diane Lane and Kyle MacLachlan among others, this little
gem is one of the best animated movies of the century. Why do I make a review
now and not then? Maybe it’s because of apathy or forgetfulness, maybe I was
afraid that nobody would read it or I just didn’t found time to do it. Maybe it
hit me too hard to write anything about it, but after rewatching it, something
up there told me it was worth the while.
Inside Out is directed by Pete Docter, a veteran in American animation, who
already has other great movies under his belt, such as Monsters Inc. and Up.
The first one was a big sensation due to its original narrative approach, which
took two nightmare monsters as main characters and gave them a lighthearted,
warm twist. His second movie was more focused on the exploration of human
emotions and the differences between youth and old-age; one begins to build
their dreams, while the other seeks to conquer them finally. Regarding Inside
Out, imagination and emotion is beautifully balanced in order to tell us a powerful
story that will entertain the little ones and surprise the older ones.
Longevity is one of the qualities that I value most on this type of movies; the
fact that the viewer can enjoy it for the first time when they were eight and,
forty years later, see it again with the same eyes of fascination. The reason
why I say this is because many of the messages hiding behind this movie won’t
be understood by the kids and therefore, when they grow up, they will have a
different, eye-opening experience.
Nonetheless, the main reason why this movie rocks is, without doubt, its story.
Few times have I seen a children's movie with a script so perfectly written
(and I’ve watched many); no errors and no silly things, with wit and subtle
storytelling. Docter does not treat children as dickheads, he respects them and
educates them. What amazes me the most about this piece of work is its
commitment, as risky and crazy as it may seem, to delve into the last thing
that remains uncharted territory for mankind; in the worst case scenario, the
mind is considered taboo and at best, it’s seen as a complex neural network,
divided in regions that work somehow in unison to orchestrate each and every of
our moves and thoughts. We all have a definition of what the mind is, an
abstract and subjective idea that changes according to our life experience.
However, Docter's synthesis, embodying our emotions in disgust, fear, anger,
sadness and joy, is absolutely perfect.
Pixar is recognized for bringing us some of the funniest and best-made
animation films of recent decades; with Inside Out it stands out from the rest,
rising to a higher quality standard. As in the case of a child, we have witnessed
the birth of this Californian movie-production company, we’ve seen it grow,
we’ve seen it blossom and, in 2015, it reached maturity. I'm a big fan of all their
movies (I almost feel sorry for saying this) but Inside Out plays in another
league. Toy Story or Finding Nemo may be easier to watch but they lack such an
impactful message as that of this film.
And speaking of message, what does this movie try to tell us? I’m sure there
are as many interpretations as there is academic and scientific research about
it, though Inside Out’s goal isn’t solving all of our doubts but to catch our
attention about this controversial (and often avoided) topic. Now, with that
said, Docter and Co. do give us some basic teachings for life; Pain or sadness
is not bad in itself. Like it or not, it’s within all of us, so you can’t (and
you shouldn’t) avoid it. Hiding from sadness behind a mask of happiness is
something that is becoming more and more common nowadays, especially with
social media, which allows us to show to the others the best image of ourselves
(never the worst). But we can’t pretend to be forever happy, just as we
shouldn’t let bitterness and anger dominate us. Balance is the key to life.
Without it we would always be lurching, sad or happy, with no middle ground. In
my opinion, accepting negative feelings is a key step towards true happiness. As
a society, we have to start losing the fear of feeling nostalgia or affliction;
you don’t have to be ashamed for looking in the rear-view mirror from time to
time, as long as we stay on the right track. And no, there is no eternal
happiness, that's a legend, just like the Holy Grail or the Big Foot, so stop
chasing pipe dreams and let’s face reality.
In short, Inside Out encapsulates all the qualities of good cinema; it cultivates
our imagination, expands our knowledge and helps us to be the best version of
ourselves. I’m convinced that these sort of movies –Disney classics, Pixar
movies or Ghibli’s anime, among others– are the ones that inspire people from
an early age, that’s why it’s so important to pass them from generation to
generation, so that cinema keeps on living. As a kid, I started watching these
movies and though a few years have passed since that, I still cherish the
memories of sitting down and viewing some of my favorite VHS tapes, which I saw
on repeat until they worn out. I also remember going past the cinema in my
neighborhood, amazed at the lights and the posters that hanged outside. I
remember spending hours in the video store, looking at VHS covers and reading the
plot of those movies that I was yet too young to rent, picturing in my mind how
the story would unfold. As the film would say, these moments have become
essential memories, however the emotions remain the same.
10/10: MOVIES THAT OPEN YOUR
MIND TO LIFE.
0 comentarios:
Publicar un comentario