Batman v. Superman: discusión con SPOILERS

¡ATENCIÓN, SPOILERS! 

NO SIGAS LEYENDO SI NO HAS VISTO AÚN LA PELÍCULA. 

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Una vez terminada la crítica oficial sin spoilers, me gustaría adentrarme en los aspectos positivos y aún más en los negativos que presenta BvS. Empezaré comentando que la primera mitad sobra, puesto que la gran mayoría de lo que aquí acontece tiene escasa o ninguna repercusión en el desenlace. Ninguno de los ingeniosos planteamientos son llevados a buen puerto, dejándonos con la miel en los labios -¿qué llevó a Batman a convertirse en un antihéroe? ¿Cuáles son las consecuencias a las que tendrá que hacer frente Superman tras su pelea con Zod y cómo aceptan los hombres el hecho de estar rodeados de dioses? ¿Quién es Lex Luthor Jr. y por qué quiere acabar con todo rastro heroico? ¿De dónde sale Wonder Woman?-. Si el único fin de Snyder y co. es sacarse un monstruo indestructible de la manga y así tener una nueva excusa para destruir otra ciudad, entonces que no me cuenten historias sobre cómo Superman tiene que enfrentarse a las leyes de La Tierra por sus actos vistos en El hombre de acero, porque en lo que llevamos de este universo oscuro de DC, sus historias se fundamentan en el caos absoluto y la destrucción total. De verdad que me gustó la dirección que tomaban en la primera hora pero sino vas a llevar esa idea hasta el final, si vas a traicionarla para caer en convencionalismos, entonces no intentes darle profundidad a una historia vacía. Dejando de lado el “arco” del personaje del último hijo de Krypton me gustaría centrarme en los motivos que mueven a Batman a cabrearse con Superman, porque por mucho que su estilo atormentado y desengañado luzca muy bien en pantalla y Affleck haga lo posible por sustentarlo, eso no basta para justificar su despótico comportamiento. Si hubieran hecho una película individual de Batman antes que ésta, al menos habríamos entrado a la sala sabiendo qué esperarnos, olvidando la versión radicalmente opuesta de Bale y Nolan. Si tuviera que resumirle a alguien en una palabra las dos horas y media, esa sería apresurada y no solo en la presentación de Batman sino también en la de los futuros miembros de la Liga de la Justicia: Aquaman, Flash, Cyborg y Wonder Woman. Mientras esta última hace acto de presencia para soltar un par de frases mal dichas y pelear contra Doomsday, los otros tres ni siquiera se dignan a ello, limitándose a aparecer en forma de pequeños teasers dentro de unos archivos de ¿Lex? guardados en un ordenador Tres largos años, mil noventa y cinco días de producción ¿y la manera más espectacular que se les viene en mente a Terrio y Goyer para presentarnos a estos superhéroes es a través de una pantalla de ordenador? ¿Acaso son conscientes de que el año que viene se nos viene la primera parte de La Liga de la Justicia y que aquí tenían que hacer la primera toma de contacto con la audiencia? En fin, cambiando de tema, las pesadillas protagonizadas por Bruce Wayne son visualmente espectaculares pero tampoco guardan relación con nada en el filme y tampoco se esfuerzan demasiado por mencionarlo de nuevo. Mirad, entiendo que tengan que sembrar el terreno con las vistas puestas en una amenaza mayor -Darkseid- pero lo que no pueden pretender es embutir chapuceramente todo lo posible en esta obra con el propósito de alcanzar aquello que Marvel construyó desde Iron-Man (2008). Pero bueno, pese a todo, guardaba la esperanza - o quizá era ingenuidad- de presenciar un duelo épico entre estos pesos pesados y, aunque cumple su tarea, lo hace con pinzas. Nuevamente las secuencias son espectaculares pero de nuevo carecen de sustancia o relevancia alguna, puesto que si viste los trailers ya sabes como acaban y salvo la no muerte de Superman, no se reserva ninguna sorpresa. Pero es que ni siquiera logra el propósito de interesarnos por los motivos que mueven a estos dos superhéroes a enfrentarse, aparte de que Bruce Wayne esté pasando por una crisis existencial y que la madre de Superman -interpretado por Diane Lane- fuera secuestrada por enésima vez -en El hombre de acero Zod ya hizo lo mismo-. Estaba convencido de que las diferencias filosóficas en su código ético, serían el motivo de su violento enfrentamiento. ¿Qué quién provoca la pelea? Ese no puede ser otro que Lex Luthor Jr. Como lo habéis oído, ni siquiera se dignaron a poner al patriarca Luthor en el origen del problema, teniendo que resignarnos para nuestra desgracia con este piltrafa ególatra obsesionado con la destrucción. ¿Y Doomsday? ¡Qué forma más perezosa de presentar un villano a la altura! ¡Ni Panoramix tiene la habilidad para crear las pociones mágicas de Lex Luthor Jr.! Lo único que necesita es un cuerpo sin vida, un tanque de agua del espacio, un poquito de sangre y…¡equilicuá! Es tan risible que parece sacado de un episodio de El increíble Hulk de Lou Ferrigno. En realidad todo el acto final parece sacado de una comedia “spoof” dirigida por Mel Brooks o los hermanos Zucker. Todas las acciones que suceden en pantalla son tan atropelladas e inconexas que provocan la indiferencia -y ocasional cachondeo- del espectador ¿Y la trama de Lois Lane en África? Un pastiche mal presentado, confuso, innecesario e intrascendente. No necesitamos ver sus pesquisas periodísticas si Superman va a terminar rescatándola cada ocasión. Gran culpa de la confusión viene por el nefasto trabajo de los editores que, al parecer, deben trabajar asiduamente con el director porque literalmente todas sus obras pecan en el mismo aspecto a excepción de 300. La gran mayoría de tramas -la de Lois Lane, la senadora, Lex o Batman- no repercuten en nada al devenir del filme


De verdad no me gusta ser un cenizo, creo que todos esperábamos que BvS fuera un gran producto de entretenimiento que arrancara otro universo comiquero donde poder sumergirse, pero es que, ni siquiera sus esporádicos momentos de grandeza -léanse las coreografías en las escenas de acción y alguna que otra conversación ingeniosa- pueden salvarla de arder en la hoguera. Que nadie me venga con la excusa de que ésta era una película para fans porque yo crecí con las películas de Batman de Tim Burton y Michael Keaton y guardo excelentes recuerdos de la serie de animación así como de Batman: La máscara del fantasma, que surgió de dicha producción televisiva. Lo que diferencia a estas sólidas obras de BvS es que no tienen prisas, no insisten en atizarnos con diversas tramas presentadas a destiempo porque no están obsesionadas por crear un universo entorno a ellas lo antes posible. Las grandes franquicias son aquellas que se toman su tiempo para contar buenas historias, fomentar vínculos emocionales con sus protagonistas y sorprender al espectador en cada ocasión. Por una parte, Ben Affleck debió disfrutar junto a Jeremy Irons de su propia película antes de lanzarnos a la cara esta versión radical de El caballero de Gotham. Mientras, Superman cae víctima de la prontitud de WB muriendo por ocurrencia del guión, gastando una valiosa bala en la recámara, desperdiciando una oportunidad de oro para crear una verdadera película dramática de superhéroes. Batman v. Superman recuerda a un adolescente virgen en su noche de estreno; torpe, acelerado e inseguro de sí mismo. La supuesta madurez alcanzada por Zack Snyder ni está ni se le espera y ahora, ante el papelón de corregir este desastre, deberá hacer sus deberes raudo y veloz porque su próximo test está a la vuelta de la esquina y se ha quedado sin comodines.

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