Crítica sin spoilers - Saint Maud

En una sombría localidad costera de Gran Bretaña, cuyo nombre nos es desconocido, una joven e introvertida enfermera llamada Maud trabaja cuidando a ancianos, enfermos crónicos y otras personas desvalidas en sus hogares. 

Tiene un carácter retraído, a raíz de un misterioso pasado que la atormenta y del que intenta huir, buscando refugio en la fe cristiana. Sin embargo, cuando entra a trabajar en casa de Amanda, una extrovertida y excéntrica bailarina que sufre cáncer, Maud entenderá su trabajo como un designio divino, una prueba de su lealtad a Dios.


Rose Glass debuta en la dirección con Saint Maud, un perturbador drama psicológico, que sigue la línea del “terror elevado” encabezado por realizadores como Robert Eggers o Ari Aster, entre otros.

Estamos ante una película atmosférica y en su mayor parte sosegada. Un estudio de personaje con una premisa sencilla, aunque no por ello insustancial, que retrata con éxito la solitaria vida de Maud, una chica con graves problemas psicológicos que ve peligros y tentaciones por doquier. 


Esperaba Saint Maud como agua de mayo y puedo decir que no me ha defraudado. Glass escribe y dirige con sorprendente madurez, metiendo el bisturí en la deteriorada psique de una joven que encuentra en el dolor y en el castigo constante un modo de vida.

Si, al igual que yo, tenéis ganas de verla, haceros un favor y evitad cualquier tráiler promocional. Como ya ocurrió con otras cintas del estilo, a Saint Maud se le está haciendo un flaco favor vendiéndose como un producto de terror; solo porque ahonda en temas tabú, como las enfermedades mentales, no se la puede etiquetar de esa forma. 

Maud es un personaje ciertamente perturbador y complejo. Una chica angustiada y dominada por sus innumerables miedos y fobias. No obstante, enseguida queda claro que la intención de la directora no es tanto asustarnos, como adentrarnos en el día a día de una persona a todas luces trastornada. Alguien que, conforme transcurre el metraje, se va sumiendo en una espiral de locura.


Saint Maud es un viaje psicológico y un análisis sobre los efectos nocivos del fervor religioso en una mente desequilibrada y desconectada, cada vez más, de la realidad. Sí, es una historia que deja poso e incluso mal cuerpo, pero no busca el susto clásico. Por eso, resulta frustrante ver cómo se sacan de contexto algunas de las imágenes que mejor representan la personalidad de Maud, para disfrazarla como una película de terror al uso.

Las interpretaciones rinden todas a muy buen nivel, destacando la de Morfydd Clark. La actriz galesa, a la que pronto veremos en la serie de El Señor de los Anillos, resulta hipnótica en el papel de Maud. Su mirada fría y esquiva y sus comportamientos erráticos dan vida a un personaje difícil de llevar a la pantalla con tal precisión.


Visualmente, Saint Maud no hace demasiados alardes, pero sabe seducir al espectador. La ambientación es tan austera y reservada como la propia vida de la protagonista, transmitiendo al espectador una sensación de desasosiego constante. La iluminación brilla por su ausencia. Los cuartos oscuros, colores tenues y la atmósfera deprimente ayudan a elevar una historia que, por momentos, puede ralentizarse.

Sin duda, una de sus mejores cualidades es su escaso metraje. Acostumbrados a un terror moderno muy propenso a irse por las ramas, caso de Hereditary o Midsommar, se agradece una historia que va directa al grano. Glass nos mete en el meollo de la acción desde el primer minuto.

Como conclusión, Saint Maud es una más que recomendable propuesta para todos aquellos amantes del cine más inquietante y reflexivo acerca de las miserias humanas. Es una película muy sólida, bien filmada y narrada con pulso por una directora prometedora.


Además, cuenta con un elenco realmente inspirado y algunas imágenes que se quedan grabadas en la mente durante mucho tiempo. Su mensaje es duro y desesperanzador, de esos que ponen el dedo en la llaga y se regocijan mostrándonos el lado más oscuro de la psique humana. 

Puede que el guion deje algunas cosas sin explicar, quizá deliberadamente, y que su acto final exija que el público ponga un poco de su parte, pero, llegados a ese momento, Saint Maud ya nos ha relatado un sermón escalofriante.

7,5/10: EL LADO OSCURO DE LA FE.

2 comentarios:

  1. Muchas ganas de verla tras leer tu crítica.

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    1. Muchas gracias, Wargo!! Me alegra saber que gracias a la reseña te han entrado ganas de verla. Solo espero que no te decepcione. Un abrazo y Feliz Año Nuevo!!

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