A veces, los lugares más pequeños ocultan los peores secretos. Esto es especialmente cierto en la humilde localidad de Easttown, Pennsylvania, donde una inspectora de la policía local (Kate Winslet) se enfrenta a un caso de asesinato, que sacará a relucir los trapos sucios de una comunidad aparentemente tranquila, despertando en ella los fantasmas de un pasado traumático.
Esta es la premisa inicial de Mare of Easttown, la nueva y aclamada miniserie producida por HBO y creada por Brad Ingelsby, guionista reconvertido en showrunner cuyo currículum incluye títulos como Out of the Furnace (2013) o la reciente The Way Back (2020).
La serie está encabezada por Kate Winslet, una de las actrices más contrastadas del panorama internacional, que aquí además se estrena en labores de producción. El resto del reparto lo completan entre otros muchos, Evan Peters, Julianne Nicholson, Sosie Bacon, Jean Smart y Angourie Rice.
El primer gran acierto de esta serie recae, sin duda, en el guion escrito por Ingelsby. Este avezado guionista es el verdadero héroe en la sombra, sin el cual no habría sido posible esta magnífica obra. Echando un vistazo a su carrera, se entiende mejor cómo fue capaz de confeccionar una historia tan dura en lo emocional e intrigante en lo narrativo.
Sus personajes se caracterizan por la soledad y la aflicción que pesa sobre ellos, construyendo un mundo de desesperanza que contagia al propio espectador. Esto ya ocurría en Out of the Furnace, The Way Back y ahora también ocurre en Mare of Easttown.
Mare Sheehan (Winslet) es algo más que la protagonista. Ella encapsula el estado de ánimo que impregna la serie de principio a fin. Su vida es un caos: vive con su madre, a quien no soporta; su hija adolescente, con la que apenas se habla; su exmarido, que vive enfrente; y encima de esto, ha de cuidar a su nieto de 5 años, cuyo padre ha fallecido en misteriosas circunstancias.
No, la vida no le ha sonreído a Mare y esto nos queda claro desde un principio, como también nos queda claro que Easttown, pese a su monótona fachada, alberga un gran dolor y oscuridad. Juntos conforman uno de los retratos más amargos y deprimentes que haya visto la televisión en mucho tiempo.
Mare of Easttown podría limitarse a ser un drama, uno muy bueno, por cierto, pero no se conforma con eso. A esta ya de por sí potente trama, se une la investigación del atroz asesinato de una joven, cuyo cuerpo aparece en un tétrico bosque a las afueras de la localidad. Estas dos líneas argumentales se entrelazan exquisitamente para ofrecerle al público una experiencia tan emocionante, que te dejará exhausto.
Un pueblo es como una gran familia y todas las familias tienen sus diferencias. Por mucho que Easttown lo intente disimular, hay una herida abierta que no deja avanzar a sus habitantes. Cada personaje de este lúgubre cuento tiene algún problema en su hogar, que exterioriza culpando al resto y en ese intercambio de rencores, corren ríos de sangre y de veneno.
Algo que me fascina de esta serie son las capas de profundidad que tiene. A simple vista, te llama la atención como thriller policíaco. Más tarde, descubres su fuerte componente dramático y al final, caes en la cuenta de que esto no es sino un intenso drama familiar.
Resulta refrescante ver a un guionista dedicar tanto tiempo a explorar la psique de sus personajes, dándoles margen para evolucionar conforme transcurre el metraje. Se agradece, además, que lo haga con tanto gusto; sin caer en clichés absurdos o estereotipos manidos. Sin duda, Mare of Easttown será recordada por su gran tratamiento del estrés postraumático y de otras condiciones mentales.
Por otra parte, también he de alabar su estructura y ritmo. El medio televisivo acostumbra a sufrir el llamado “síndrome del relleno”, una afección que comienza a manifestarse cuando la historia se alarga en exceso y las subtramas crecen como los hongos, solo para acabar en un callejón sin salida.
En esta serie, todo está medido. Cada pieza del rompecabezas que nos presentan tiene un encaje, solo es cuestión de tiempo saber cómo y dónde. A lo largo de los 7 episodios que la conforman, Ingelsby se las arregla para satisfacer las inquietudes del televidente, a la vez que le suscita otras dudas. De esta forma, jamás nos sentimos estafados, como si el showrunner estuviese haciendo tiempo para soltarnos la bomba, jugando con nuestras expectativas cual tahúr.
Pero sería un crimen cerrar una crítica a Mare of Easttown sin hablar de las actuaciones, una para ser más concretos. Sin desmerecer el trabajo del resto del reparto, que hacen un esfuerzo admirable, Kate Winslet juega en otra liga… ¡qué demonios, en otra galaxia!
Pero sería un crimen cerrar una crítica a Mare of Easttown sin hablar de las actuaciones, una para ser más concretos. Sin desmerecer el trabajo del resto del reparto, que hacen un esfuerzo admirable, Kate Winslet juega en otra liga… ¡qué demonios, en otra galaxia!
Si alguien aún tenía dudas sobre el talento de esta poderosa actriz británica, ya es hora de reconocer que sí, es una de las mejores de su generación. Su actuación como la ruda y amargada detective, Mare Sheehan, es un escándalo; algo reservado a los intérpretes del Olimpo cinematográfico.
Muy pocas actrices pueden mirar de tú a tú a este personaje sin arrugarse en el intento; Kate Winslet es una de ellas. Una de las grandes tragedias del cine es que, a veces, lo que se plasma sobre el papel no se traduce en la pantalla.
Ingelsby retrata a Mare como una persona atormentada, traumatizada por los devenires de la vida, pero que rara vez lo exterioriza. Quizá sea debido a la presión que soporta en su trabajo o al pavor de que los demás la vean vulnerable; lo cierto es que tiene una coraza protectora. Este tipo de personalidades a menudo resultan difíciles de representar, ya que requieren una gran precisión y empatía por parte del actor/actriz. Winslet alcanza un equilibrio perfecto entre la frialdad emocional y el histrionismo, transmitiendo una gran autenticidad en cada escena.
El único borrón que le veo a este maravilloso título está en su recta final. Sin destripar nada del argumento, el guionista emplea un recurso que esta historia no pedía. Es casi como si hubiese tenido algún reparo (o toque de atención) con el final y pretendiese adornarlo con fuegos de artificio.
Tampoco quedé muy satisfecho con el rol que le atribuyeron a Guy Pearce en la trama. El veterano actor de Memento y L.A. Confidential no tiene prácticamente nada con lo que trabajar, resultando en un personaje insulso. Siempre es una lástima cuando un intérprete de calidad resulta desaprovechado.
En definitiva, Mare of Easttown es una de las citas imprescindibles de este año 2021. Una miniserie compacta, narrada con fuerza y cargada de emoción, que te llevará al borde de las lágrimas en más de una ocasión. Ingelsby nos regala una historia retorcida y rica en matices, que empuja a los personajes al borde de un insondable agujero de amargura y tormento. Demuestra que no le tiembla el pulso a la hora de ahondar en temas complejos y escabrosos, de esos que incomodan al espectador y hacen que reflexione acerca de la naturaleza de las relaciones humanas.
8/10: MARE, EL ALMA DE EASTTOWN.
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