Crítica sin spoilers - Viuda negra

El personaje de la Viuda negra, interpretado por la polifacética Scarlett Johansson, lleva años siendo una constante en el universo Marvel. Desde su fugaz aparición en Iron Man 2 (2010), hasta su consolidación un par de años después en Los vengadores, el público no ha dejado de preguntarse por qué motivo no ha gozado de su propia franquicia. Pues bien, ese momento ha llegado; como diría aquel, Disney siempre paga sus deudas –aunque en ocasiones lo haga mal y tarde–.


Si habéis seguido el reciente devenir de los superhéroes marvelitas, sabréis el destino que la ha deparado a nuestra querida espía soviética en Vengadores: Endgame (2019). Este título, que fue la culminación de una épica historia construida a lo largo de diez años, dio el pistoletazo de salida a la llamada “Fase 4” del UCM –nombre que suena más a experimento macabro del Área 51–. Esta fase prometía nuevas y emocionantes aventuras con superhéroes inéditos… o no.

Viuda negra se sitúa justo después de los eventos acontecidos en Capitán América: Civil War –fijaos si ya llovió de aquello–, en los que Natasha Romanoff y el resto de vengadores se han fracturado y convertido en tránsfugas. Huyendo de todo y de todos, Romanoff deberá enfrentarse a su traumático pasado cuando su hermana Yelena (Florence Pugh) le pide ayuda para derrotar a un enemigo común. 

Aunque Viuda negra entre oficialmente dentro de esta nueva fase, en realidad anda en un limbo difícilmente clasificable. Es como ese episodio de tu serie favorita que te saltaste sin querer y al que regresas tiempo después de haberla terminado. No te esperas gran cosa, pero igualmente lo ves porque, al fin y al cabo, qué demonios, es tu serie favorita.


Podría decirse que esta película llega demasiado tarde a la fiesta, aunque no por culpa suya. Viuda negra no tiene nada que envidiar a muchas de las 20 y pico películas que conforman el universo cinematográfico de Marvel. Sin embargo, su extravío dentro de la cronología de la saga le resta peso a una aventura a todas luces correcta. 

Sorprende y mucho que alguien tan calculador como Kevin Feige haya cometido semejante error con una de sus más grandes estrellas. Y es que no puedo dejar de pensar que Viuda negra es el resultado de una disculpa con los fans, más que un verdadero proyecto destinado a encajar en la engrasada maquinaria marvelita.

No obstante, según se mire, esa indefinición en la que vive es un arma de doble filo. Por un lado, Black Widow puede ser vista como la oveja negra de la franquicia, el personaje al que le quedan las sobras que dejan los grandes titanes; por otro, cabe verla como el único espíritu libre dentro de una fábrica de producir héroes en masa. La aventura de Natasha Romanoff podría perfectamente existir fuera del UCM, lo cual es un valor añadido a todos aquellos que no estamos inmersos en ese mundo de ficción.


Como cinta de acción, Viuda negra cumple con nota. Scarlett Johansson demuestra una vez más porqué es una de las grandes divas de Hollywood. Su presencia y carisma frente a la cámara sigue tan presente como siempre. Después de tantos años interpretando al personaje, se la ve muy cómoda, dominando la escena a su antojo. Disney le ha dado la oportunidad de lucirse y ella no lo desaprovecha. 

La historia, aunque muy prosaica, sabe encadenar escenas de acción sin resentir el ritmo. Por mucho espionaje que quieran vendernos, aquí hemos venido a ver a Scarlett y a Florence repartir leña y eso es justo lo que la directora Cate Shortland y su equipo nos entregan.

Tras un fulgurante arranque, el primer acto se esfuerza –quizá demasiado– en construir un contexto dramático entorno a nuestra protagonista. Lamentablemente, el intento por darle profundidad a la espía de negro se queda en eso, un intento. Al final, es el propio reparto el que empuja la película hacia delante a fuerza de puro carisma.

Si algo hay que concederle a Disney es la capacidad para encontrar el actor ideal para cada rol. El caso más célebre es el de Robert Downey Jr. como Iron Man, pero otros como el de Paul Rudd y Ant-man o Benedict Cumberbatch en el papel de Dr. Strange tampoco le van a la zaga. 


A estas alturas, nadie se imagina una Viuda negra sin la imagen de Scarlett Johansson y lo mismo ocurre con el personaje de Yelena, interpretado por la fantástica Florence Pugh. Ambas actrices parecen haber nacido para compartir pantalla. Su química femenina es el verdadero motor del film y una de sus mayores bazas. 

Un dúo cañero, con mucho rock and roll y una energía en pantalla que haría derretir los casquetes polares. Por separado son letales; juntas, imbatibles. Sobretodo Pugh, quien aprovecha su primer gran taquillazo para robarle escenas a su compañera de reparto. Decir que es una revelación no solo se queda corto, sino que sería poco menos que un insulto –su talento interpretativo ya ha quedado más que demostrado–, así que diré que ha nacido una estrella (de acción).
 

La gran decepción llega con unos secundarios de lujo (Rachel Weisz, David Harbour y Ray Winstone) que sufren las consecuencias de un guion anémico. Sus personajes no pasan de ser burdos clichés, siendo el caso más flagrante el de Harbour, quien ha quedado encasillado en el papel de padre cafre, pero con gran corazón y sentido del humor que ya viéramos en Stranger Things. Son actores profesionales, cierto; les tiras un melón y te sacan petróleo, pero están trágicamente desaprovechados.

En definitiva, Disney y Kevin Feige le han hecho más mal que bien a esta película, estrenándola a destiempo y fuera de la cronología que tan cuidadosamente habían construido hasta ahora. Tampoco ayuda que la historia sea un refrito de otras películas, teniendo poco que aportar a un universo tan vasto como este.


Viuda negra corre el peligro de caer en el olvido, pero creo que, más allá del pobre trabajo del guionista Eric Pearson, el resto del equipo ha hecho todo lo posible para darle una despedida por todo lo alto a Natasha Romanoff. El reparto está compenetrado y comprometido, la directora ofrece un trabajo sobrio –aunque algunos dirían que impersonal– y el espectáculo pirotécnico está garantizado. Es una pena que después de tanta lucha, Natasha y Yelena queden cautivas en la sala de la indiferencia que la mandona Disney ha creado para ellas. 

6/10: A ESTA ARAÑA LE HAN SACADO EL VENENO.

0 comentarios:

Publicar un comentario