Crítica – Los hermanos Sisters


El realizador galo Jacques Audiard, ganador en 2015 de la Palma de Oro por Dheepan, debuta en territorio americano con Los hermanos Sisters, un excéntrico western que narra las desventuras de Charlie y Eli Sisters –interpretados por Joaquin Phoenix y John C. Reilly respectivamente–, dos hermanos que trabajan como secuaces a las órdenes de un terrateniente apodado El Comodoro. Tras regresar de su última misión, este les manda cazar a Hermann Kermit Warm (Riz Ahmed), un buscador de oro a quien sigue John Morris (Jake Gyllenhaal), un investigador que contrató el propio Comodoro. Pese a contar con todos los ingredientes necesarios para alcanzar el éxito, algo marcha mal en esta obra desde el momento en que inicia hasta su mismo final.

No creo que exagerase si dijese que esta es la película que más me ha decepcionado en lo que va de año, por múltiples razones. Primero, porque teniendo a actores de semejante envergadura, uno confía en ver un producto que añada algo nuevo a este longevo género; segundo, porque esperaba una historia cuanto menos coherente, que supiese explotar de forma innovadora conceptos ya vistos; tercero y último, porque tenía más esperanzas depositadas en este realizador y guionista del que tanto y tan bien había oido hablar y que tan prolífica carrera había tenido en Francia. A falta de ver más obras de su filmografía, no entiendo cómo puede alguien con esas credenciales hacer un trabajo tan desdibujado. Porque, por encima de todo, Los hermanos Sisters es un lío de cuidado.

Argumentalmente, la película no tiene un verdadero hilo conductor que la mueva hacia delante, partiendo por una premisa que arranca con la absurda idea de que El Comodoro mande a alguien para ir de pueblo en pueblo siguiendo a su objetivo y más tarde envíe a otros para acabar con el mismo. Sé que parece una estupidez, un pequeño detalle que no debería repercutir en la calidad del filme; el problema es que todo el desarrollo pivota sobra este principio. Además, muchas de las situaciones que surgen por el camino se deben en gran medida a que son dos en lugar de uno los grupos que buscan a Hermann y sin embargo, Audiard no ve ninguna necesidad en explicarnos por qué alguien tomaría una decisión tan perjudicial para sus propios intereses. Entiendo que este tal Hermann, como cualquier otro prospector, estará o habrá estado en alguno de los puntos de extracción de oro más señalados de la zona, así que, ¿por qué no mandar a los tres juntos en su búsqueda? ¿Por qué no llevar a cabo una sola investigación en lugar de varias? ¿Acaso El Comodoro no puede encontrar a alguien que pueda hacer ambas cosas? No sólo se estaría ahorrando dinero sino también potenciales quebraderos de cabeza. Cuando la premisa con la que partes hace aguas, todo lo demás se va también por el retrete.


Por otra parte, el personaje de Riz Ahmed no es más que un MacGuffin con patas al que, para mi sorpresa, intentan darle profundidad en la recta final del filme. Lo cierto es que Audiard parece tener un aprecio especial hacia este personaje, razón por la cual le da muchos más minutos de los que realmente merece, alargando artificialmente su rol y de paso entorpeciendo su ya de por sí errático ritmo. Su relación con el resto de personajes no termina de funcionar ni a nivel de química ni tampoco en lo narrativo y por si fuera poco, la explicación por la cual éste busca oro parece sacada más de una película de fantasía medieval que de un western.

Es francamente difícil conectar con la narración cuando ésta navega entre los despropósitos de los hermanos Sisters y los desvaríos de Warm y John Morris que a menudo me hicieron dudar si estaba viendo una película o un simposio. Fueron muchas las ocasiones en las que me esperaba algún giro, alguna sorpresa que me enganchara a esta historia y todas ellas terminé frustrado. Así durante dos largas horas en las que ni sabe sacar provecho a los increíbles paisajes en los que se ambienta –a excepción de un par de planos– ni propone una banda sonora con aroma a western. Nada.


En lo que respecta a las actuaciones, el mejor y más carismático resulta ser John C. Reilly, un grandísimo intérprete injustamente encasillado en papeles secundarios y cómicos. Aquí muestra más facetas además de la humorística, convirtiéndose el verdadero alma de la historia; el único personaje con el que conectamos y empatizamos en todo este disparatado viaje. Joaquin Phoenix cumple bien en su papel de hermano loco, tirado a la bebida y metido en todos los fregados imaginables pero falla a la hora de darle significado a su comportamiento, terminando reducido a una mera caricatura. Y es que Audiard no sabe o no le interesa explorar la destructiva relación entre estos dos hermanos, ambas balas perdidas, que vagan de un lado a otro sin mayor propósito en la vida más que matar. Sabemos que algo les atormenta pero en ningún momento desarrolla la idea, tan sólo crea situaciones artificiales de enfrentamiento para tratar de engañar al espectador con fuegos de artificio. Audiard utiliza el drama como un verdadero trilero. En cuanto a Gyllenhaal y Ahmed, me cuesta valorar sus interpretaciones cuando sus personajes resultan tan planos y su relación tan forzada.

En definitiva, si esperabais como yo una joya moderna del western, me temo que Los hermanos Sisters no cumple ni de lejos con dichas expectativas. Su historia carece de sentido, es inconexa y francamente soporífera; los personajes son en su mayoría insoportables; las escenas de acción están mal rodadas, les falta impacto y gran parte de ellas tienen lugar en la oscuridad de la noche; la fotografía desperdicia planos panorámicos impresionantes en favor de absurdos primeros planos nunca antes vistos en el género. La cinta de Audiard naufraga a todos los niveles y lo peor de todo es que parece no importarle lo más mínimo. Tiene tal confianza en sí mismo y en su producto que, en lugar de rectificar, vuelve a incurrir en los mismos errores, lo cual es una pena vista la calidad del reparto y el esfuerzo que los protagonistas depositan en sus personajes. Al final, la película se queda en un quiero y no puedo; un intento de emular otros títulos recientes sin el ímpetu ni el ingenio de estos.


4/10: ¿CENTAUROS DEL DESIERTO? ¡MAS BIEN LUCKY LUKE!

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