Una vez que Neo se ha quitado el "jet lag" y se ha acomodado en la nave Nebicaneser –nombre inspirado en Nabucodonosor II, rey de Babilonia y liberador de su pueblo de la dependencia de Asiria–, Morfeo y él luchan dentro de un programa, donde este le enseña a nuestro protagonista a librarse de sus creencias y a abrazar una única regla: en el mundo ilusorio de Matrix, no hay ninguna regla que no pueda romperse porque nada existe. “¿Crees que es aire lo que estás
respirando?” le dice Morfeo tras propinarle una tremenda paliza. Todo lo que
ve, oye y siente no es más que una proyección mental, señales que el cerebro envía a su cuerpo, así que “no creas, sábelo”.
Sólo la certeza lo guiará en el camino hacia la verdad, sólo así podrá convertirse en el elegido –recordemos que Neo no es sino un anagrama de One, el único–, permitiéndole ganar la guerra y liberar a la humanidad de su yugo.
Poco después nos introducen al
personaje de Cifra, uno de los villanos encubiertos del filme y el único que se
atreve a desafiar al mundo real. El no cree en Morfeo ni tampoco en su misión,
ya que para él el placer es más importante que el conocer; sentir el sabor de un jugoso filete es más importante que saber la verdad. En contraposición a Morfeo, Cifra vive aprisionado por el
miedo: miedo a que los agentes lo atrapen, miedo a que nunca más pueda ser
feliz, miedo a la verdad. En la alegoría de la caverna él sería un incrédulo,
alguien que prefiere una dulce mentira a la cruda realidad. Sin embargo, ¿quién dice que esté equivocado? En el Filebo, diálogo platónico sobre el papel del placer y del conocimiento en una vida orientada a la felicidad, éste distingue entre placeres falsos y verdaderos. Estos últimos se originan de creencias verdaderas, es decir de conocimiento, mientras los segundos nacen del placer mismo. Pese a todo, incluso sabiendo que todo es mentira, ¿cómo determinar que la sensación placentera que nos produce también lo es? He ahí la cuestión que motiva a Cifra. La lógica nos dice que el ser humano no sólo desea el placer, sino saber que éste es real y por ende, elegiría siempre el placer real por encima del falso. Pero, ¿y si la elección fuese la de un mundo real lleno de dolor y uno falso lleno de satisfacción? ¿Qué elegiríamos entonces? Pongamos que Sión sea nuestro mundo real, plagado con trabajo, sufrimiento e impuestos y contrapongámoslo al virtual, donde toda la experiencia sirve a un único propósito: hacernos felices. Cifra es el Judas de esta historia pero, ¿podemos culparle?
La traición de Cifra, que acabará
matándolo, acaba logrando su objetivo: Morfeo ha sido capturado por los agentes y toda
su rebelión parece aplastada. Ahora entra en juego la predicción de
El Oráculo, un personaje secundario pero de gran carga filosófica para la saga,
que hace referencia al Oráculo de Delfos griego. Este le dice a Neo que,
llegado el momento, deberá elegir entre salvarse él o salvar a Morfeo. Por
supuesto, sus palabras terminan materializándose, lo cual plantea la siguiente
pregunta: ¿sabe El Oráculo todo lo que va a pasar? ¿Está predestinado a ocurrir
o hay elección posible? El determinismo y el libre albedrío son polos opuestos
en el concepto de libertad humana y estarán enfrentados a lo largo de toda la saga.
Ya casi hemos llegado al final, en
el que Neo decide arriesgar su vida para salvar la de Morfeo y como
consecuencia de su elección acaba perdiendo cualquier sombra de duda que le
quedara. Ya no tiene miedo de abrazar su verdadero yo. Sin embargo, antes de concluir
esta historia y escuchar el maravilloso y superheavy Wake Up de Rage Against
The Machine, hay un acontecimiento crucial del que debemos hablar. Se trata del enfrentamiento final entre
el agente Smith y Neo, que acaba con este último destruyéndolo por dentro.
Parece que aquí acaba la historia del estirado agente encarnado por Hugo Weaving,
¿verdad? Pues no. Al fin y al cabo, Matrix no es más que un programa
informático, unos y ceros al servicio de un equilibrio matemático; cuando surge
una anomalía, es decir Neo, Matrix debe encontrar su némesis. ¿Cómo corregir
una anomalía en el sistema? Creando otra que la contrarreste. Tras su
desintegración y posterior reaparición en Matrix Reloaded, el agente Smith se
ha convertido en el yang que se opone al yin de Neo; cada uno está a un lado del
signo de igualdad y sólo acabando con ambos podrá reequilibrarse la ecuación.
Matrix es una obra única e
irrepetible, que toma inspiración de tantas fuentes distintas –desde la
literatura hasta el anime, pasando por la filosofía– que es imposible negar su
originalidad. Y es que a nadie se le habría ocurrido hacer semejante popurrí y
menos aún conseguir que funcione…bueno, nadie excepto los hermanos Wachowski –o
hermanas, ya no sé muy bien–. Lo único cierto es que hemos sido afortunados de
presenciar ante nuestros ojos el nacimiento de esta bomba audiovisual y
narrativa sin precedentes, que marcó un antes y un después en el medio
cinematográfico y enganchó a millones de jóvenes al cine. Técnicamente, la película original no ha perdido un ápice de
espectacularidad: su tiempo bala aún no ha sido superado por nadie –ni creo que
lo vaya a ser– y la fórmula que encontraron para conseguirlo sigue siendo un
hito digno de admiración. A su vez, la música y la estética encajan como un guante, yendo en
perfecta sintonía con el ritmo del mundo decadente y post-tecnológico que
construye.
Tendemos la vista al futuro y observamos una sociedad cada vez más proclive al mundo digital; muchos han desechado su gris realidad a favor de un mundo de fantasía, donde todo es posible y en el cual construimos la persona que nos gustaría ser y no la que realmente somos. ¿Para qué sufrir un trabajo o una relación de mierda cuando podemos evadirnos a una realidad paralela, que atiborra nuestra confianza y autoestima a base de likes y seguidores? Como ocurre con Cifra, todos deseamos sentirnos seguros, huir del miedo, la inseguridad y el abandono y así es cómo se presenta la elección ante nosotros: ¿verdad o engaño? ¿realidad o ficción? Quedarse en la cueva o salir de ella. Ver la luz. Yo sólo sé que la experiencia física e intelectual de compartir esta película con otra persona vale más que cualquier programa informático.
Tendemos la vista al futuro y observamos una sociedad cada vez más proclive al mundo digital; muchos han desechado su gris realidad a favor de un mundo de fantasía, donde todo es posible y en el cual construimos la persona que nos gustaría ser y no la que realmente somos. ¿Para qué sufrir un trabajo o una relación de mierda cuando podemos evadirnos a una realidad paralela, que atiborra nuestra confianza y autoestima a base de likes y seguidores? Como ocurre con Cifra, todos deseamos sentirnos seguros, huir del miedo, la inseguridad y el abandono y así es cómo se presenta la elección ante nosotros: ¿verdad o engaño? ¿realidad o ficción? Quedarse en la cueva o salir de ella. Ver la luz. Yo sólo sé que la experiencia física e intelectual de compartir esta película con otra persona vale más que cualquier programa informático.
10/10: ¿REBELION O SUMISION?
Al final Zifra le quita el enchufe a Neo? La escena se muestra ambigua. El " No, no me lo creo" hace referencia a que ha desconectado el cable a Neo y sigue vivo o no se cree que Tanque, el de la nave haya podido sobrevivir? Gracias.
ResponderEliminarEn la escena de la que hablas, creo que Cifra se refiere a Tanque, porque minutos antes creía haberlo matado con el rayo y luego vio que no era así. No parece que hubiese tenido tiempo a desconectar a Neo, aunque su teoría de "comprobar si es o no El elegido desconectándolo" es interesante. El intentó hacerlo pero no pudo, ¿estaba el destino impidiendo que algo ocurriese para que se cumplan sus planes o fue un milagro que Tanque se despertase en ese preciso instante? Un saludo y gracias por pasarte!
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